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SUPLEMENTO DE HUMOR DE PAGINA/12

 

 

¿No le parece, lector, que algunos días uno se despierta en otro país, o en otra galaxia? Hace un par de semanas, por ejemplo, se hablaba de la tinellización, que vendría a ser algo así como que “el Gobierno inició una campaña contra un programa de tevé, muy exitoso, porque con su imitación daña la imagen presidencial? ¿Es esto creíble? ¿Es posible que los medios creyeran que el Gobierno no tuviera nada más importante que hacer que agarrárselas con alguien que lo imita? Y que si lo imita, no lo imita “en las funciones más importantes”. Quiero decir: quizá el Gobierno sí podría enojarse con aquellos que deciden el rumbo político del país, y acusarlos de “imitarlos”, suponiendo que eso sí es una atribución del Estado. Pero nadie parece enojarse con esos “imitadores”. Los medios tampoco hablan de “la efemeización” del país, ni nada parecido.
También resulta increíble la resonancia del tema en los medios. ¿No es como demasiado? Digo: parece haber temas más graves, ¿no? Digo: ¿no suena, en algún punto como que alguien dijera: “Hagamos algo para que los pasajeros se entretengan mientras el Titanic se hunde”? Y los argentinos parecemos, en eso, ser peores que el perrito de Pavlov. ¡Cada vez que suena el timbre del escándalo, ladramos una semana, y mientras tanto no mordemos a nadie, y nos olvidamos de que hace rato que no nos tiran un hueso con un poquito de carne.
Después vino el postre: “El Presidente se bajó el sueldo a la mitad, y ahora no le alcanza para comer”. Seguramente, para el café nos darán bombones como: “Cavallo les va a hacer juicio a los que lo vean calvo” (esto dará lugar a una semana de entrevistas a todos los peluqueros del país), “el riesgo país sube por culpa de que Boca sale campeón”, dirá algún funcionario hincha de River, y se vendrán dos semanas de notas a la mitad más uno (quien esto escribe, incluido), que constituimos la parcialidad boquense.
Siempre hubo humor político de actualidad: bueno y malo, afín al poder y/o cuestionador del mismo; chabacano y/o elaborado; original y/o repetido. Ese no es un tema nuevo. A veces fue prohibido, con lo que se pueden crear mártires ridículos; a veces fue tolerado y cooptado por los poderosos, como manera de que la gente se ría “de lo que quiera que se ría”; a veces fue incluso estimulado. Este tema no es nuevo.
Lo que sí parece nuevo es el auge de estos temas, si se quiere superficiales, quizás interesantes en un país que funciona, e incomprensibles, o quizás tristemente comprensibles, en esta realidad que nos toca.
Hasta el sábado, lector.

Rudy

DANIEL PAZ

KIOSCO12