¿No
le parece, lector, que algunos días uno se despierta en otro
país, o en otra galaxia? Hace un par de semanas, por ejemplo,
se hablaba de la tinellización, que vendría a ser
algo así como que el Gobierno inició una campaña
contra un programa de tevé, muy exitoso, porque con su imitación
daña la imagen presidencial? ¿Es esto creíble?
¿Es posible que los medios creyeran que el Gobierno no tuviera
nada más importante que hacer que agarrárselas con
alguien que lo imita? Y que si lo imita, no lo imita en las
funciones más importantes. Quiero decir: quizá
el Gobierno sí podría enojarse con aquellos que deciden
el rumbo político del país, y acusarlos de imitarlos,
suponiendo que eso sí es una atribución del Estado.
Pero nadie parece enojarse con esos imitadores. Los
medios tampoco hablan de la efemeización del
país, ni nada parecido.
También resulta increíble la resonancia del tema en
los medios. ¿No es como demasiado? Digo: parece haber temas
más graves, ¿no? Digo: ¿no suena, en algún
punto como que alguien dijera: Hagamos algo para que los pasajeros
se entretengan mientras el Titanic se hunde? Y los argentinos
parecemos, en eso, ser peores que el perrito de Pavlov. ¡Cada
vez que suena el timbre del escándalo, ladramos una semana,
y mientras tanto no mordemos a nadie, y nos olvidamos de que hace
rato que no nos tiran un hueso con un poquito de carne.
Después vino el postre: El Presidente se bajó
el sueldo a la mitad, y ahora no le alcanza para comer. Seguramente,
para el café nos darán bombones como: Cavallo
les va a hacer juicio a los que lo vean calvo (esto dará
lugar a una semana de entrevistas a todos los peluqueros del país),
el riesgo país sube por culpa de que Boca sale campeón,
dirá algún funcionario hincha de River, y se vendrán
dos semanas de notas a la mitad más uno (quien esto escribe,
incluido), que constituimos la parcialidad boquense.
Siempre hubo humor político de actualidad: bueno y malo,
afín al poder y/o cuestionador del mismo; chabacano y/o elaborado;
original y/o repetido. Ese no es un tema nuevo. A veces fue prohibido,
con lo que se pueden crear mártires ridículos; a veces
fue tolerado y cooptado por los poderosos, como manera de que la
gente se ría de lo que quiera que se ría;
a veces fue incluso estimulado. Este tema no es nuevo.
Lo que sí parece nuevo es el auge de estos temas, si se quiere
superficiales, quizás interesantes en un país que
funciona, e incomprensibles, o quizás tristemente comprensibles,
en esta realidad que nos toca.
Hasta el sábado, lector.
Rudy
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