Estamos
lector, en una semana en la que es muy difícil el humor.
Desde hace unos días el horror, lo siniestro, se manifestó
(o volvió a manifestarse) en toda su dimensión, y
nada indica que esto no vaya a continuar. Se decía que un
optimista es un pesimista poco informado. Hace poco
leí una frase del monologuista norteamericano Henny Youngman
(fallecido hace un año) que decía: Una persona
que no está confundida es porque está muy poco informada.
Hubiéramos querido, lector, que este fuera un suplemento
sobre el Día de la Primavera. O, siendo ya surrealistas,
sobre cómo la Argentina podría salir de su crisis.
O un tema que ahora parece lejano, siendo tan cercano, como las
campañas electorales en vista de los comicios de octubre,
para los que falta menos de un mes. O todo un mes, si tomamos en
cuenta cómo puede cambiar la realidad del mundo en pocos
días.
Pero no pudimos soslayar lo que está pasando. Entre otras
cosas, porque el humor trata de eso, de lo que angustia. No del
horror en sí, no de lo siniestro en sí, pero sí
de todo lo que lo rodea. Por eso, lector, vamos a hablar de la Argentina
y su reacción frente a lo que ocurre. De lo que va a pasar
con la Argentina. De lo que puede, o no, hacer la Argentina. Y los
argentinos. De lo que le pueden, o no, hacer a la Argentina. De
un país del Primer Tercermundo. De cómo vemos. De
cómo nos ven, cuando nos ven.
Hasta el próximo sábado, lector.
Rudy
|