Por
Alejandra Junco*, Catherine Rosas** y María José Ferrari***
Actualmente,
los trasplantes son un procedimiento habitual; permiten mejorar la calidad
de vida y solucionar variedad de enfermedades. El número de receptores
se incrementa, y cada vez son más los donantes vivos relacionados,
ya que los órganos cadavéricos cubren sólo en parte
la gran demanda de hígados y riñones. Con esta realidad
trabajamos, y vamos descubriendo los efectos que el trasplante produce
desde los puntos de vista afectivo, familiar, social y laboral; no sólo
en el receptor sino también en aquella persona que, siendo mayor
de edad y acreditando vínculo sanguíneo o conyugal de cinco
años o más, se dispone a ceder una parte de su cuerpo.
La exigencia de que el donante vivo demuestre relación familiar
directa se debe a la necesidad de deslindar sospechas vinculadas con la
circulación de dinero. En nuestro país y en muchos otros,
los órganos no son una mercancía, y no deberían llegar
a serlo. La donación escapa a las leyes del mercado, pero nos retrotrae
al problema de la deuda y del intercambio. En ninguna sociedad está
bien visto que alguien reciba un regalo sin ofrecer nada a cambio. Acostumbramos
a cambiar cosas por dinero, o bien comprar regalos; aquel que recibe está
obligado a devolver y, más allá de los valores
que se pongan en juego, recibir obliga a dar.
La cesión de un bien de una persona a otra, convierte a éstos
en partenaires, y agrega una cualidad más al valor recibido,
escribió C. LéviStrauss en Las estructuras elementales
del parentesco.
Se nos presentan aquí tres primeras cuestiones:
* Si los órganos no son ni deben llegar a ser una mercancía,
no podemos entonces pensar la donación como un fetiche, en tanto
hay que tratar de conocer qué tipo de relación afectiva
es la que produce una donación, ya sea potencial o
efectiva.
* De qué manera se podrá saldar la deuda, luego de haber
recibido un riñón o una parte de hígado de alguien
que se dispuso a cederlo, no porque le sobrara sino porque aceptó
producir voluntariamente una falta concreta en su cuerpo. Es imposible
devolver un órgano. Por lo tanto; ¿qué
cosa ofrece aquel que dona un órgano, y qué espera a cambio?
* Cómo producir algo del orden del intercambio con aquel que dona
después de muerto. Si el hecho de donar produce vínculo,
puede ser pensado quizá como herencia de alguien que nunca existió
como antepasado del sujeto sino postmortem.
Nosotras somos hermanas de riñón..., dice una
paciente, en referencia a otra con la que comparte el legado de sendos
riñones cadavéricos de un mismo hombre. Aparentemente, se
hace necesario construir un andamiaje simbólico (muertopadre)
que pueda soportar el peso de lo real del órgano donado, para imaginarizar
un vínculo fraterno que, al mismo tiempo, alivia la angustia que
produce el sentimiento de obtener un privilegio individual entre un grupo
sujetos que comparten la misma necesidad.
La recepción de un órgano impacta en lo subjetivo y despierta
numerosas fantasías. Una de ellas es la de embarazo especialmente
en tanto el riñón y el hígado se implantan en la
región abdominal: esta representación puede ser intolerable
en los varones y deriva a veces en la pérdida del implante o, en
pocos casos, en delirios de transmutación sexual. Otra fantasía
es la de adopción: ...Yo lo siento como a un hijo que llegó
para cuidarme. Otra es la de asesinato: Yo estoy bárbaro
con mi trasplante, pero el fiambre no debe pensar lo mismo; Yo
estoy bien... porque alguien se murió. No quiero saber quién
es, trato de no pensar en esto. O bien, la fantasía de robo:
un paciente que, luego de múltiples complicaciones, perdió
el implante, comentaba: Yo no lo perdí... porque nunca fue
mío. Además, ladrón que roba a un ladrón.....
La figura del robo pone claramente de manifiesto el problema de la propiedad
del objeto en cuestión. Cualquier cosa robada pertenece a aquel
que fue despojado de ella, tanto desde el punto de vista legal como desde
el social y el subjetivo; nunca será propiedad del ladrón.
Poseer un objeto robado es prueba de culpabilidad, y aquel paciente pudo
finalmente proveerse de cien años de perdón.
Cuando el órgano proviene de un donante vivo relacionado, se agregan
fuertes fantasías incestuosas: Mi mamá y mis hermanos
se ofrecieron a donar, pero yo no quiero. Si mi mujer resulta compatible,
bien; si no, espero un cadavérico. Otro caso: ...Primero
me donó mi mamá, pero pasé un año terrible.
Me dijeron que el riñón era bárbaro, que la compatibilidad
era altísima, pero yo no sé... yo no lo aguantaba más...
me lo pasaba llorando y pensaba en morirme. Por fin me lo sacaron, y ahora
tengo uno cadavérico... parece que era de un viejito, no sé.
Yo estoy bien, casi no tuve problemas con el viejito.
En el plano familiar, el órgano es recibido por todo el grupo.
Se debe aprender a convivir con un nuevo integrante el
órgano cadavérico y con un miembro de la familia que
ya no es como antes. La expectativa de una vida mejor y de una enfermedad
distinta y no tan discapacitante produce un abanico de afectos a veces
contradictorios en tanto aquel enfermo conocido comienza a ser un sano
por conocer, que comienza a recuperar su independencia, a modificar su
rutina anterior, a cambiar en parte su fisonomía debido a la medicación
y a manifestar deseos que, tal vez, se consideraban perdidos para siempre.
En el caso del implante con donante vivo, muchas veces observamos situaciones
de extremo control por parte de aquel que donó; un tipo de vigilancia
muy persecutoria acerca de cómo se cuida al órgano. Yo
le agradezco mucho a mi mamá que me haya dado su riñón,
y se lo dije, pero ya no aguanto más: si tomé la medicación,
si dormí, si comí... que mi mujer no me cuida, que no cocina
para mí... Un día fue a mi casa a ver si el baño
estaba limpio y quiso ponerse a limpiarlo de nuevo. Desde ese día
no la dejo entrar más.
Topológicamente, el órgano donado pareciera que no pertenece
a ningún cuerpo. El riñón es de mi mamá,
dice una paciente con muchos años de trasplantada. Obviamente no
pertenece a la madre, porque lo donó, pero tampoco pertenece a
aquella que lo porta. Esta díada donantereceptor reforzó
un vínculo madrehija por demás controvertido: a una
previa relación muy poco discriminada se agrega esta donación
que la paciente vive como una deuda que deberá pagar de por vida:
Yo no soy dueña de tomarme un café con mis amigas...
bueno, ya no tengo amigas; no quiero pensar cuánto hace que no
las veo. Voy del trabajo a casa y de casa al trabajo, porque si no vienen
los reproches: que ella cuida a mi hijo, que vivo en su casa, que ya le
llevé dos maridos..., y que le dio un riñón.
Pareciera ser que esta paciente entrega en ofrenda cuanto objeto afectivo
pudiera pertenecerle, pero no alcanza para pagar aquello que hizo su madre
con donar: no alcanza para condonar la deuda contraída.
Algunas mujeres viven el embarazo postrasplante como el pago de una deuda
contraída con la sociedad luego de haber recibido el privilegio
del don de un órgano vital (cadavérico). Aquellas que recibieron
un órgano de un familiar tratan, por lo general, de buscar consenso
dentro de su familia con relación al posible embarazo. Si ese consenso
no se logra, bien puede ser que se renuncie al embarazo, o, de lo contrario,
es posible que se genere un gran conflicto familiar, en tanto retornan
las cuestiones en relación a la propiedad, a la deuda, a las fantasías
incestuosas, al deseo de independencia que no siempre es reconocido como
un derecho, junto con la recuperación de una sexualidad no estigmatizada
por la enfermedad: todo esto enmascarado tras la dicotomía planteada
entre cuidar el órgano o ponerlo en peligro. El donante necesita
ser cuidado como tal, debido a que la dimensión de su acto no debería
correr el riesgo de devenir en puro resto.
En el plano sociallaboral, los receptores intentan saldar la deuda
que soportan en relación con la sociedad y en relación consigo
mismos. Los pacientes renales y hepáticos perciben durante el período
de su enfermedad subsidios o jubilaciones por invalidez. Al año
de realizado el trasplante exitosamente, estas subvenciones se suspenden,
ya que se considera que el paciente ha recuperado la salud. No obstante,
además de la desocupación actual en nuestro país,
estos ciudadanos son discriminados en el mercado laboral por su condición
de trasplantados. La sociedad que los cura es la misma que los expulsa.
Desde 1994 a la fecha, recibimos en la consulta psicopatológica
obligatoria pretrasplante un promedio anual de 150 pacientes hepáticos
y 200 pacientes renales en el Hospital Público. Aquellos que acceden
al trasplante continúan en entrevistas de seguimiento psicológico.
El panorama que hemos descripto nos presenta una variedad de efectos y
realidades subjetivas y sociales contradictorias.
El momento histórico actual nos enfrenta a un cuerpo humano tomado
por el sujeto de la ciencia. El problema ético no se sitúa
entre renuncia o satisfacción. Se trata, antes bien, de saber qué
deseo se satisface: ¿es un deseo vergonzante o un deseo responsable
de sus consecuencias? Se trata de restaurar el deseo que hace vivir y
no de impulsar a que el sujeto se identifique con su goce vivido en el
registro de la culpabilidad. En esto queremos hacer consistir nuestro
trabajo.
* Psicoanalista;
psicopatóloga del Equipo de Trasplante Renal del Hospital Argerich.
** Psicoanalista; psicopatóloga del Equipo de Trasplante Hepático
del Argerich.
*** Psicopatóloga de Trasplante Hepático del Argerich.
SOBRE
LA PSICOSIS DEL ESCRITOR JAMES JOYCE
El hombre que inventó su propio nombre
Por Juan
Carlos Mosca *
Según
Lacan, en el postfacio del Seminario 11, James Joyce introdujo el
escrito como noaleer... al hacer de la palabra trazo más
allá de las lenguas. Tal como recordó Mario Pujó
en esta misma sección el 15 de marzo, en el curso de su Seminario
23 Jacques Lacan se pregunta si Joyce estaba loco. La cuestión
es si esta pregunta se toma en el sentido de las psicosis. Cuando se lo
entiende así, se lee ese seminario en continuidad con los desarrollos
tempranos de Lacan sobre la psicosis, como Una cuestión preliminar...
y el Seminario 3. Lectura posible y provechosa para darle una nueva vuelta
al tema con los aportes que introduce en su configuración nodal
y la Verwerfung de hecho con la que Lacan se refiere a la
carencia paterna en Joyce. Y al synthome como lo que permite su anudamiento,
de un modo similar a la estabilización que permite la metáfora
delirante, evitando el desencadenamiento psicótico.
Pero el diagnóstico de psicosis de Joyce, que Lacan no pronuncia,
pero parece suponer, no resuelve la función del artificio, del
synthome, si lo limita a la estabilización de una estructura clínica.
Más allá o más acá de la psicosis joyceana,
por la solución que Lacan encuentra y escribe con el nudo de Joyce,
es decir un imaginario anudado mediante el egosynthome, la respuesta
a la pregunta de Lacan, acerca de si Joyce estaba loco, no parece sencilla.
En el Simposio Internacional James Joyce, en la Sorbona, Lacan afirmó:
Le doy a Joyce, al formular este titulo, Joyce el synthome,
nada menos que su nombre propio. El NombredelPadre funciona
en la metáfora asignando significación, significación
que es siempre fálica. En esta nueva elaboración del NombredelPadre
lo ubica en otra posición, produciendo no tanto el orden de las
significaciones en la referencia al S2, sino como S1 que nombra. Padre
que nombra, padre del nombre. Recuerda esa figura bíblica de Dios
junto a Adán nombrando los seres del Edén.
Lacan diferencia creación de invención. La nominación
daría cuenta de la función del Padre que nombra, más
que del NombredelPadre. El nombre propio no es tan propio,
ya que nos fue impuesto, y, si el inconsciente es un saber hecho de palabras,
éstas también nos fueron impuestas. Joyce nos recuerda la
posibilidad de apropiarnos de ese destino que se presenta determinado
por el Otro, Joyce se inventa un nombre al apropiárselo, nombre
del que aun hablamos, como el mismo Joyce predijo. Y se apropia de las
palabras nombrando con ellas de una manera imposible, en la que su literatura
lleva el lenguaje al limite de lo enigmático y de la producción
translingüística. Su escritura, su manera de nombrar, los
neologismos, su uso del lenguaje, no prescinden del Otro, pero no se validan
en él.
Neologismos, translingüismo, desabonado del inconsciente, ¿psicótico?
De la relación de Joyce con el psicoanálisis dice Lacan,
en Lituraterre, que el escritor irlandés nada hubiera ganado, yendo
derecho a lo mejor de lo que se puede esperar del psicoanálisis
en su fin. Por otra parte, tres años mas tarde, al final
de aquellas conferencias en la Sorbona, Lacan manifiesta su asombro de
que Joyce consiguiera ese goce opaco, por excluir el sentido, goce del
synthome, sin el recurso a la experiencia analítica. En estos comentarios
encuentro un Joyce más cercano a quien ha pasado por un análisis
que a la psicosis. En esta línea, el Seminario 23, ¿podría
servirnos como texto acerca del fin de análisis?
* Psicoanalista.
Integrante del grupo Reanudando con Joyce. Fragmento del trabajo ¿Joyce
estaba loco?.
Discriminan
a psicólogos bonaerenses
El gobierno
de la provincia de Buenos Aires discrimina a los psicólogos e incumple
la Ley de Carrera Profesional Hospitalaria, ya que se niega a convalidar
los concursos que les permitieron acceder a puestos de jefatura: lo denunció
el Colegio de Psicólogos bonaerense. Legisladores provinciales pidieron
informes y manifestaron su repudio. La ley 10.471, que regula la carrera
profesional en los hospitales bonaerenses, establece que los psicólogos
y otros profesionales no médicos tienen posibilidad de ser jefes de servicio.
Varios psicólogos, luego de concursos de oposición y antecedentes, vienen
desempeñándose en esos cargos. Sin embargo �según el Colegio de Psicólogos
de la Provincia de Buenos Aires�, Juan José Mussi, ministro de Salud bonaerense,
se niega a convalidar los resultados de concursos para jefaturas ganados
por psicólogos. Los psicólogos bonaerenses señalan el caso de Horacio
Zalloco, cuya designación en el Hospital Abraham Piñeiro de Junín fue
rechazada por resolución del ministro Mussi. Los senadores provinciales
Eduardo Sigal, Carlos Baldino y Carlos Ruay presentaron un pedido de informes
al respecto; el diputado Zuelgaray propuso que la Cámara baja bonaerense
manifestara su �repudio� a la actitud del ministro y el diputado Pedro
Azcoiti solicitó que el gobierno �proceda a la brevedad a la convalidación
de todos aquellos concursos�.
POSDATA
|
Femenino. El temor de lo femenino, por Jean
Cournut, presidente de la Société Psychanalytique
de Paris, el 20 a las 20.30. 4322-0068. Auspician APA, APdeBA y
SAP.
Angustia. La angustia y la clínica, seminario
intensivo por Ana María Gómez, el 16. Grupos Clínicos
de Buenos Aires. 4636-0302.
Goce. Del goce en Freud, desde el 25 a las 20
por Héctor López en Centro Psicoanalítico Argentino.
4822-4690.
Arte. Arte y psicoanálisis, con Adriana
Abeles, Mariano Botet y Claudio Curutchet, el 16 a las 17 en Escuela
Superior de Bellas Artes de San Isidro. 4747-7873.
Psicogeronto. Curso de auxiliar en psicogerontología en el
Hospital Alvear, desde el 22. Gratuito. 4777-0956.
Cáncer. Cáncer, ritmo y temporalidad:
un enfoque psicosomático, con Susana Rotbard en el
Hospital Municipal de Oncología. Con proyección de
video de Sami-Ali. El 23 de 9 a 17. 4826-8974.
Psicosis. Introducción a la clínica lacaniana.
Las psicosis, por Haydée Rosolen en Escuela de la Orientación
Lacaniana (EOL). El 14 a las 15 en Callao 1033. Gratuito.
Ley. Primer Coloquio Internacional Deseo de Ley. Responsabilidad
y política, del 15 al 17 de octubre. Presentación
de trabajos hasta el 31 de agosto. 4856-4787. www.deseodeley.com.ar
Amor. Qué es el amor?, el 29 a las 20
con Cristina Daneri, Pablo Dreizik, Guillermo Maci y Eduardo Pérez
Peña en Centro Psicoanalítico Argentino. Rivadavia
4307. 4822-4690. Gratuito.
Paz. Homenaje a Gervasio Paz y presentación de su
libro Entre Narciso y Prometeo. El 19 a las 19 en Corrientes 1551.
Paz perteneció a la Federación Argentina de Psiquiatras
(FAP), al Foro Psicoanalítico de Buenos Aires y al Club de
Cultura Socialista José Aricó; falleció el
20 de abril.
Psicodrama. Encuentro de Psicodrama, Grupos e Instituciones,
con Eduardo Pavlovsky, Hernán Kesselman, Angel Fiasché,
Fidel Moccio, Carlos Martínez Bouquet, Gilou García
Reynoso, Armando Bauleo, Marta de Brasi, Juan Carlos Volnovich,
Osvaldo Saidón, Ana Fernández. El 22 y el 23 de 10
a 21. Centro de Psicodrama Psicoanalítico Grupal, 4962-4583.
[email protected]
Joyce. Video sobre Joyce, con puntuaciones por Pablo Fuentes
y Rolando Karothy y con debate: el 23 a las 15.30 en Honduras 3784.
Gratuito. Círculo Psicoanalítico Freudiano; Lazos,
Institución Psicoanalítica.
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