Sábado 25. Aniversario de la Revolución de Mayo. Plaza Giordano Bruno. Caballito. Las Fulbitas terminan el partido, elongan rápido y se agolpan al lado de una bandera argentina que desplegaron las profes al costado de la cancha, junto a algunos marcadores. Quieren dejar su firma y su mensaje de aliento en el trapo que viajará a Francia unos días después.

“Que se diviertan mucho”, expresa Caterina, quien con 8 años tiene una gran claridad sobre lo que significa el fútbol para ella. Es lo que tratamos de transmitir: que ante todo jueguen limpio y se diviertan. Que la rival es una compañera también, que sin el otro equipo no se puede jugar, y que acá estamos para disfrutar juntas este hermoso deporte.

“Mucha suerte, estoy segura de que van a ganar”, les transmite Sofi (9). Ella viene todos los sábados desde San Martín, provincia de Buenos Aires, hasta Caballito, y hace doble clase: la de las chicas de su edad a las 11, y la de las más grandes, a las 12. Es la definición viva de lo que comúnmente llamamos “manija”. La familia de fierro, la traen, la alientan, proponen ideas (como la de hacer esta bandera), la llevan a cada rincón donde pueda jugar un rato al fútbol.

alma fernández
¡A JUGAR! EN POLLERA O SHORT, LO IMPORTANTE SON LAS COMPAÑERAS.

Todas las familias de las más de 100 chicas que vienen a la escuelita son un gran soporte, bancan los trapos siempre, siempre, para organizar rifas, coser las banderas, ir a torneos, pintar murales, garantizar mate cada sábado, y principalmente para alentarlas a que hagan lo que las hace felices: jugar al fútbol. Algunes, madres sobre todo, ya llevan casi cuatro años de este hermoso trajín.

“Gracias por representarnos”, escribe Luly (14), dimensionado lo que significa que estas 23 jugadoras estén presentes hoy en Francia. Martu, también de 14, les dice a las jugadoras en el vídeo que grabamos ese mismo día para alentarlas desde nuestras redes: “es un orgullo que hayan entrado después de 12 años a un Mundial y también es un orgullo el progreso que tiene el fútbol femenino acá en Argentina”. Ana, de 10, también desborda de alegría cuando la filmamos y les dice a las 23: “Estoy muy feliz porque ustedes van a representar a Argentina y es un gran logro porque ustedes entrenaron demasiado y ahora van a estar en el Mundial”.

CAMILA CAGLIOLO
UNA DE LAS TRES SANTAFESINAS DE LA SELECCION, BELÉN POTASSA, VISITANDO A LAS FULBITAS.

“Las Fulbitas”, el espacio que nos une en esta plaza, nació en 2015. El grupo de entrenadoras fue mutando, pero siempre fuimos todas mujeres. Es una decisión política. Queremos que las pibas tengan referentas, mostrarles desde lo corporal y desde lo simbólico que el fútbol es un derecho de todes, y que nadie se los puede negar.

Las pibas saben que esta lucha viene de hace rato: les contamos sobre Las Pioneras y su hazaña en México 1971, y todas sumamos nuestra voz al reclamo para que el 21 de agosto sea declarado Día de las Futbolistas.

Tuvimos el honor de que nos visiten 3 jugadoras de la Selección actual: Belén Potassa, Mariana Larroquette y Milagros Menéndez. Dejaron sus marcas: cada vez que transmiten los partidos de UAI por la TV, Belén (9) se saca fotos con la pantalla y le pide al papá que nos mande a las entrenadoras. “Miren, ¡está Potassa en la tele!” nos graba por WhatsApp. También hemos ido a verlas en el predio de Villa Lynch, en vivo. La carita de emoción que tenía Belén ese día es imborrable. El partido de ida del repechaje con Panamá, para la clasificación al Mundial, lo vivimos desde las tribunas con las peques. Salimos en caravana desde Constitución. Era la primera vez que pisaban un estadio, y lo hicieron junto a más de 11 mil personas, en su mayoría mujeres, rodeadas de cantos y banderas feministas. Una experiencia única.

LAS PIBAS EN ACCIÓN.

Son muchos los movimientos que atraviesan a las infancias y adolescencias hoy en día. Los 8 de marzo, 24 de marzo y 3 de junio son fechas muy especiales en la plaza. Son tres momentos importantes del año en los que paramos la pelota para reflexionar un poco, además del balance que hacemos a fin de año. Desde la Escuelita –y sabemos que desde muchos otros espacios–, trabajamos, tanto desde la práctica cotidiana como en estas instancias, sobre Derechos Humanos y el derecho a la identidad, sobre cuestiones de género, sobre cuerpos disidentes, sobre la ocupación del espacio público, sobre las desigualdades con los varones, sobre el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la propia vida, sobre el deseo y la libertad de hacer lo que las haga felices. Y las pibas, con la claridad de los 4, 8 o 15 años, no dejan de enseñarnos día a día sobre cada una de estas cuestiones. “Me dicen que el fútbol no es para mujeres, pero a mí no me importa porque me gusta jugar”, escribió Meli, con 7 años, el 3 de junio de 2017.

Como cantamos en las tribunas: esta nueva generación, sin dudas, trae en los botines revolución. 

Carolina Lebermann: Lic. en Ciencia Política y estudiante para DT. Entrenadora de Las Fulbitas.