Los únicos dos hogares estatales que están en terreno porteño son el Hogar Permanente San Martín, en La Paternal; y el Hogar Permanente Guillermo Rawson, en Constitución. Los tres restantes están en el conurbano bonaerense –tal es el caso de los hogares Martín Rodríguez y Viamonte, fusionados en un mismo centro ubicado en Ituzaingó– y en Necochea, a más de 500 kilómetros de la ciudad, como es el caso del Hogar Alejandro Raimondi.

“Solo ese dato es sorprendente, porque cualquiera que recorra la ciudad nota que hay un alto porcentaje de mayores de 65 años que están en situación de calle”, sostuvo Vilma Paura. Y es que la Ciudad de Buenos Aires tiene la población más envejecida del país. Según datos del último censo, el 16 por ciento de sus habitantes tiene más de 65 años, lo que significa casi 500 mil personas. Los que tienen de 65 a 79 años representan el 11,4 por ciento mientras que los mayores de 80, el 4,5 por ciento. “En la ciudad, donde hay mayor cantidad de población envejecida y, más aún, donde hay un crecimiento de esta población en situación de vulnerabilidad socioeconómica, resulta llamativo que no haya una mayor capacidad para recibir a quienes necesiten alojamiento”, agregó.

A la poca oferta estatal se suma el mal estado de los hogares, que han sido judicializados en distintas ocasiones por este motivo. “El caso del Viamonte es grave. Las condiciones en las que viven las personas allí me trajo la imagen de un hospicio del siglo XVIII”, manifestó. Deterioro en la infraestructura, mobiliarios destruidos y escasos recursos para la atención médica de quienes allí residen son algunos de los problemas que señaló Paura. “Me llamó mucho la atención la cantidad de personas residentes sin dentadura. Entonces, me comuniqué con el servicio de odontología que funciona dentro del propio centro y me explicaron que ellos sólo pueden atender extracciones porque no tienen ni el equipamiento ni los recursos para poder hacer tratamientos de otra índole. Entonces, como muchas de las personas que están alojadas allí llegan con un estado de infección avanzada, la única solución posible es la extracción de la pieza dental. Y esto implica no solo dificultades para la alimentación de las personas mayores sino también para su autoestima y su vida social”, manifestó.

En esa misma línea, Gustavo Moreno, asesor tutelar ante la Cámara del fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la ciudad, aseguró que “el estado de los hogares para adultos mayores en la ciudad nunca ha sido bueno”. “No es algo propio de esta gestión, sino que históricamente no ha habido una política de Estado para adultos mayores en la ciudad. Lo que se advierte claramente es siempre una política de emparches”, agregó al tiempo que recordó que todos los hogares para adultos bajo gestión porteña estuvieron judicializados.