John Lasseter, Ash Brannon y Lee Unkrich
En la primera secuela Woody es robado por un adulto, dueño de una juguetería y coleccionista de muñecos vintage, con la intención de completar su colección. El vaquero descubre su verdadero origen y debe decidir entre pasar el resto de su vida en un museo o regresar al cuarto de su dueño, Andy. Buzz, en tanto, se enfrenta al vacío de la existencia y redescubre su verdadero destino. Como ocurría en el film original, la aventura se da puertas afuera, donde una nueva galería de personajes (incluyendo una Barbie guía) se suman al contingente de juguetes. La vaquera Jessie remeda sus tiempos de muñeca con dueña y acerca al relato un componente emotivo apenas insinuado en Toy Story, uno de los grandes logros narrativos de las producciones Pixar en general y de esta saga en particular.