“Los papás de hoy comparten la crianza” es uno de los mitos que desarmamos junto a Alejandro Grimson en Mitomanías de los sexos. Cuidan algo más de lo que lo hicieron sus abuelos, pero las encuestas de uso del tiempo indican que su participación sigue siendo marginal, con independencia de su nivel educativo y clase social. Según la OIT, globalmente, se invierten 16.000 millones de horas diarias en cuidados no remunerados. Sólo el 23,8 por ciento están a cargo de los varones. En Argentina los resultados no son mucho mejores. El ritmo de cambio en esta distribución es tan lento que –de no mediar cambios contundentes– faltarían 210 años para cerrar la brecha.
Las mujeres se volvieron malabaristas de la vida cotidiana: articulan el trabajo remunerado y los cuidados, suman tensiones cruzadas, reducen descanso y ocio en sus vidas. A veces, renuncian a obtener un mejor empleo o salario. Rara vez una decisión semejante es tomada por un varón. Sus trayectorias laborales son más lineales y no se interrumpen por los eventos de la vida cotidiana. En la mayoría de los casos, la paternidad se ejerce en los ratos libres.
Investigaciones realizadas por la ONG Promundo muestran que los varones que cuidan a la par de las mujeres desarrollan habilidades y emociones que les permiten una vida más plena y los aleja de comportamientos de riesgo para su salud y sus vidas. Se sienten más felices personalmente y en sus vidas familiares. Sus hijos e hijas transforman las imágenes de persistente desigualdad, porque el ejemplo educa.
Desarrollar paternidades cuidadoras es una cuestión de justicia y de bienestar. La aplicación de la ESI es una de las llaves para superar modelos estereotipados de género y masculinidades. En la adultez, es indispensable incentivar nuevas dinámicas. El cuidado no siempre ni sólo es amor. Bienvenidos quienes crían con amor, pero cuidar es un trabajo sistemático, un compromiso cotidiano que se renueva cada día. Ojalá podamos celebrar paternidades cuidadoras sin esperar otros 210 años.
* Doctora en sociología, autora de El cuidado infantil en el siglo XXI. Mujeres malabaristas en una sociedad desigual (Siglo Veintiuno Editores).