El crimen en Los Piletones también sacude el tablero político del sur porteño. Rafael Osuna, único detenido de la causa, integra la Cooperativa Los Piletones, contratada por el Gobierno de la Ciudad para la urbanización de aquella villa en el barrio de Soldati. A su vez, vecinos aseguran que los Osuna son socios directos de Isidro Altunez, esposo de Margarita Barrientos. Voceros de la Fundación desmintieron los vínculos entre la trabajadora social y los punteros que trabajan para el Pro.

Para entender la trama política en el asesinato de Bernardo Vera es necesario, en primer lugar, regresar diecisiete años atrás. En agosto de 2000, en la Legislatura porteña se sancionó una ley que dispuso la creación de la Corporación Buenos Aires Sur, organismo estatal que tiene como objetivo “favorecer el desarrollo humano, económico y urbano integral de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires”.

Tal como indica la página web, la urbanización de la villa de Los Piletones es una meta central para la Corporación Buenos Aires Sur. En un acto oficial en diciembre del 2015, el propio presidente Mauricio Macri aseguró que “la zona de Los Piletones es un ejemplo de urbanización” y prometió extender aquel modelo en todo el país. Para cumplir con el proceso de urbanización, la sociedad estatal emplea a distintas cooperativas barriales, quienes se encargan de las tareas de mantenimiento, seguridad, recolección de basura, entre otras. ¿Cuáles son las organizaciones contratadas por aquella Corporación? Cooperativa Los Piletones, del imputado Rafael Osuna y su hermano Miguel, y Cooperativa La Unión Limitada, cuyo titular es el esposo de Margarita Barrientos, Isidro Antunez, según informó a PáginaI12 un vocero de la Corporación Buenos Aires Sur. Sin embargo, al ser consultado por quién se encarga de designar las contrataciones en Los Piletones, la misma fuente gubernamental prefirió no responder.

“El que maneja todo acá es Antunez, el marido de Margarita. Él decide a dónde van los fondos de la Corporación, qué tareas se deberán hacer y a quienes les pagarán por hacer el trabajo. Miguel Osuna es su socio: a veces se pelean por poder, por quién le quedará tal obra, pero finalmente terminan arreglando y se reparten el dinero de la (Corporación) Buenos Aires Sur”, indicó Ruejas. Todos los vecinos interrogados por el crimen en la villa “modelo” de Macri no dudaron: la patota que asesinó a Vera, encabezada por los Osuna, son todas personas contratadas por el organismo gubernamental. En una entrevista de Perfil en septiembre del año pasado, el ex policía Miguel Osuna se autoproclamó “puntero del Pro” en Soldati.

“No tenemos nada que ver con los Osuna”, se defendió por su parte ante PáginaI12 el sobrino de Barrientos, Mario, quien también trabaja en el comedor popular. Explicó que en la Fundación, además de ayudar a los vecinos en materia de alimentación y salud, funcionan aulas de apoyo escolar, una guardería y se dictan varios talleres para aprender oficios. “Pero si quieren saber quién es (Miguel) Osuna, pregunten en el barrio”, aseguró.

Rafael Klejzer, del Movimiento Popular La Dignidad, argumentó lo contrario: “Salvo por Antunez y Osuna, Los Piletones es una zona vedada para el resto de los laburantes del barrio. Ellos, con su cooperativas, adquieren todas las licitaciones de la Corporación Buenos Aires Sur, se las dividen y no dejan lugar a otras agrupaciones barriales. Los manejos de ambos son similares: aprietes, despedir a quien piensa distinto y no cumplir con la totalidad de las obras. Esperemos que la muerte de Vera sirva para romper el cerco mediático de Los Piletones y se den cuenta de cómo funcionan estas mafias”.

Informe: J. B.