Desde el gobierno reiteran que aún no tienen precisiones sobre cuál fue la causa que el domingo dejó sin luz a unas 50 millones de personas en Argentina y partes de Brasil, Uruguay y Chile. Lo único seguro es que la falla inicial se produjo en el corredor litoral que estaba trayendo energía de Yacyretá, Salto Grande y el sur de Brasil. Como informó PáginaI12 el lunes, dos líneas de 500 kilovoltios salieron de servicio casi simultáneamente poco después de las 7 de la mañana. Si la situación hubiera sido normal, nada hubiese pasado porque habitualmente son tres las líneas que transportan energía por ese corredor pero, según reconoció Cammesa en un informe preliminar, la tercera línea estaba desconectada desde el 18 de abril. Pese a ello, el gobierno incrementó las compras de energía hidroeléctrica para reducir costos sobrecargando un corredor que ya venía debilitado. Por lo tanto, cuando se produjo la falla, el corredor se desestabilizó rápidamente y fue el factor desencadenante que terminó con el apagón.
Las autoridades oficiales y de Transener explicaron ayer que no existen posibilidades de que el hecho se repita, ya que ahora limitarán la intensidad del uso de esas líneas a un nivel que podría ser absorbido por el sistema nacional en caso de otra falla. Lo harán a pesar de que esa decisión representará mayores costos. Resulta evidente que si hubiesen tenido esa misma precaución dos días antes, el apagón no se hubiera producido.
El subsecretario de Energía Eléctrica, Juan Luchilo, fue el encargado de confirmar que reducirán los envíos de energía provenientes del corredor litoral. “Se va a bajar la potencia máxima transmitida para reducir el riesgo de que ante una falla se produzca un evento de características similares. Eso se va mantener hasta tanto se tenga certeza de cuál fue el origen de la falla”, aseguró Luchilo en un encuentro con periodistas realizado ayer por la mañana en la secretaría de Energía. Esta medida fue la que llevó al secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, a asegurar que hay cero posibilidades de que el apagón se repita.
La energía hidroeléctrica que deje de llegar del litoral será reemplazada por Gas Natural Licuado, que tiene un costo significativamente mayor. Luchilo aclaró que el costo de producción de energía con GNL para un ciclo combinado está en el orden de 50 dólares por megavatio-hora (MWh), mientras que la energía de Brasil era de costo cero, pero con obligación de devolución en primavera. “El costo neto de una generación de ese estilo hubiera sido del orden de 30 dólares por megavatio-hora. Eso introduce un mayor costo de 20 dólares por megavatio-hora de sobrecosto por cada megavatio que dejamos de traer de Brasil o de Yacyretá porque son valores relativamente parecidos”, aseguró. El funcionario estimó que esas medidas precautorias, consistentes en reemplazar la energía hidroeléctrica por GNL, supondrán un costo adicional de 3,5 millones de dólares. En el caso de los usuarios residenciales y comerciales, que tienen precios regulados, ese mayor costo repercutirá en un incremento de subsidios, mientras que para los grandes usuarios que pagan el costo real de la energía supondrá una suba de tarifas.
–¿Entonces para los grandes usuarios la falla va a repercutir en mayores costos? -le preguntaron a Luchilo.
–No lo expresaría así porque en realidad estábamos aprovechando recursos que reducir el costo respecto de lo planificado. La programación de mediano plazo no incluía la oportunidad de contar con ofertas excedentarias hidroeléctricas en la zona del litoral. Hace un mes que estábamos importando energía a costo muy bajo. Ese beneficio deja de estar disponible por estos 15 días.
–¿Son 15 días de reducción de la potencia del corredor del litoral?
–Hasta que vuelva a entrar en servicio la torre 412 (desconectada el 18 de abril) y permita normalizar…Bueno, no diría normalizar sino estar en condiciones. Es decir, que todos los equipos instalados en el Litoral estén disponibles.
Luchilo recibió a los periodistas junto a Juan Garade, secretario de Recursos Renovables y Mercado Eléctrico; Carlos García Pereira, gerente general de Transener y Jorge Ruiz Soto, subgerente general de Cammesa.
Transener, controlada por Pampa Energía y la estatal Ieasa, está puesta en la mira luego del apagón, porque es la firma encargada de controlar la transmisión eléctrica. Pese a ello, García Pereira estuvo a cargo de dar la mayoría de las explicaciones sobre lo ocurrido como si fuera un funcionario más. Primero aseguró que el apagón fue “un evento extraordinario que se originó por una falla simple”. En sintonía con el informe de Cammesa confirmó que dos líneas salieron de servicio por un problema registrado a las 7:06 horas del domingo y luego confirmó que la tercera línea de transporte (Colonia Elía-Nueva Campana) no está disponible desde el 18 de abril por un problema en una torre a la que identificó con el número 412. “Hay una obra en construcción para desplazar una torre de 120 metros que está emplazada en medio del río Paraná y que se ve cuando se cruza el puente Zárate-Brazo Largo. Tiene riesgo de colapso y está en un proceso de corrimiento hacia tierra firme. La torre nueva ya está levantada pero ese tramo de línea estaba fuera de servicio”, disparó.
Luego sorprendió al afirmar que “todo el sistema funcionó correctamente”. “Esto lo termina de mostrar la recomposición del sistema. La línea que salió de servicio fue una de las primeras que se recuperó. Ahí mostraba que no había una falla franca, no había roturas, no había nada que impidiera que esa línea pudiera estar en servicio”, sostuvo un día después de que 50 millones de personas se quedaron a oscuras.