Todavía pueden pasar varios días hasta que salga a la luz un informe técnico que delimite las responsabilidades sobre el apagón histórico que afectó a gran parte de la población continental de la Argentina (Tierra del Fuego e islas del Atlántico Sur no fueron afectadas, por no estar interconectadas al sistema eléctrico nacional). Pero hay cuatro nombres de empresas, poco habituales para el público en general, cuya actuación será examinada durante la investigación sobre los hechos que derivaron en el colapso energético. Transener, Cammesa, Yacylec y Litsa están bajo la lupa, porque intervienen en distintas etapas de gestión en el corredor Litoral de generación y transmisión eléctrica. También se deberá juzgar la responsabilidad de la secretaría de Energía como organismo de control y garante del sistema y la prestación del servicio, cuyo titular, Gustavo Lopetegui, tuvo la poco feliz idea de asegurar que no se iba a repetir el colapso, aunque confesando desconocer por qué había pasado.
Transener, responsable de la red troncal de transmisión eléctrica en alta tensión (anillo del sistema que interconecta a todo el territorio continental), es propiedad mayoritaria de Pampa Energía, cuyo titular es Marcelo Mindlin, de estrecha relación personal con Mauricio Macri y de negocios con el clan familiar. La falla en el sistema se produjo en las líneas de transmisión que transportan la energía desde el Litoral al resto del sistema interconectado, según un informe preliminar de Cammesa, la administradora del mercado mayorista, empresa mixta bajo gestión estatal. Transener recibe el fluido eléctrico desde las grandes centrales hidroeléctricas a través de dos subcontratistas privadas, Yacylec y Litsa, en las que tienen participación Cartellone y Sideco (grupo Socma), aunque la responsabilidad de la prestación recaería sobre Transener.
En caso de un incidente que interrumpa el suministro de una parte de los generadores, el sistema administrado por Transener debería dar la señal a Cammesa para que otros generadores entren en servicio para reemplazar a los salientes y restablecer el equilibrio. Lo que queda en evidencia de los acontecimientos del domingo, es que algo falló para que el mecanismo, en vez de actuar como factor estabilizador, provocó lo contrario: un colapso en todo el sistema. Por qué causa y por responsabilidad de quién, es lo que se investiga.
El informe preliminar de Cammesa, del mismo día del colapso, indicaba que de las tres líneas de transmisión que operan en el Litoral, una (Colonia Elía-Nueva Campana) está fuera de servicio por reubicación de una torre en el cruce del Río Paraná Guazú, próximo al puente Zárate-Brazo Largo, desde abril, bajo responsabilidad de Transener. Esta línea transporta la electricidad desde Yacyretá y Salto Grande al área metropolitana del GBA. De las otras dos líneas de alta tensión en servicio, Colonia Elía-Belgrano y Mercedes-Colonia Elía, en la primera se produjo un cortocircuito el domingo a las 7.06 y la última “se desenganchó por causas aún no precisadas”. Al perder el aporte de las centrales de Yacyretá y Salto Grande, el sistema se “desestabilizó”. El sistema no respondió para restablecer el equilibrio y la sobrecarga en el resto del sistema provocó el apagón.
Los técnicos de Cammesa, como responsable oficial del sistema, deberán dar una respuesta técnica más acabada, la cual se espera para los próximos días. Mientras tanto, las sospechas y denuncias sacan a la luz una serie de falencias que ponen de manifiesto una variedad de razones que podrían haber dado lugar al colapso. Es decir: no ocurrió un “encadenamiento de hechos que no puede volver a repetirse”, como señaló Lopetegui, sino que sucedió una entre varias situaciones que podrían haberse dado para que el sistema colapsara.
Entre las diferentes “irregularidades que se señalan, que pondrían en riesgo el suministro se señala:
- La torre 412, sobre el Paraná Guazú, debía sustituirse para emplazar otra en tierra porque la corrosión habrían “comido” la base, con lo que peligraba su estabilidad. La “necesidad” de reemplazarla se planteó en 2015, pero la tarea recién se encaró hace tres meses.
- Algunas opiniones atribuyen la desconexión de Yacyretá a falencias en el sistema de control y gestión del proceso, por vetusto y por la demora en su reemplazo o actualización. Pero detrás de esta controversia también existe una disputa por una propuesta de contratación que representa cifras millonarias (varias decenas de millones de dólares).
- La falta de control oficial sobre el cumplimiento de obligaciones de inversión de los concesionarios privados, varios de ellos con vinculación directa con integrantes del Gobierno. Los argumentos oficiales en estos últimos días, tratando de atribuir el colapso energético a imponderables de imposible repetición, llevó a muchos a pensar que la intención de encubrir las verdaderas responsabilidades no es ajena a esta trama.