El 9 por ciento de las empresas metalúrgicas pidió la asistencia del Estado para poder pagar los sueldos de sus trabajadores o directamente inició el Procedimiento Preventivo de Crisis para ajustar sus estructuras a un menor ritmo de actividad. El dato fue presentado por Adimra, una de las cámaras de esta importante rama fabril, junto con la información de que en abril se anotó la séptima caída consecutiva en el nivel de producción. La baja fue del 5,9 por ciento interanual y completó un declive de 7,5 por ciento en el primer cuatrimestre del año.
Los ministros Nicolás Dujovne, de Hacienda, y Dante Sica, de Producción y Empleo, aseguran que la recesión económica tocó piso en diciembre del año pasado. Sin embargo, los distintos indicadores oficiales y privados los desmienten una y otra vez.
“En línea con el magro desempeño de la actividad metalúrgica, el nivel de empleo se redujo en abril un 1,9 por ciento frente al mismo mes del año anterior. En el acumulado del primer cuatrimestre, la variación fue negativa en 2,4 por ciento”, precisó Adimra en su relevamiento sectorial. Además, advirtió que “en abril se observa una reducción del porcentaje de empresas que aumentaron el nivel de empleo y poco menos de la mitad de los empresarios indicó haber reducido su plantilla de personal en relación al año anterior, revelando un importante deterioro en el nivel de empleo”.
En efecto, abril marcó el peor registro en tres años en cuanto a fábricas metalúrgicas que incorporaron personal. Lo hicieron solo el 13 por ciento de ellas, contra un promedio del 19 por ciento durante el primer trimestre del año. Hay que remontarse al segundo trimestre de 2016 para encontrar un clima más frío que el actual, cuando solo el 10 por ciento de las industrias sectoriales tomaron empleados. Ya van seis trimestres consecutivos con estancamiento o caída de la ocupación en esta rama fabril. Del otro lado, las empresas que despiden operarios lleva nueve meses seguidos en sus máximos históricos. En abril, el 46 por ciento de las metalúrgicas achicaron sus planteles, en tanto que el 41 por ciento los mantuvo sin cambios.
La información deja en evidencia el error de diagnóstico de las autoridades respecto del inicio de una supuesta etapa de recuperación de la economía. Ni siquiera la cosecha récord consiguió equilibrar al sector metalúrgico, ya que son mayoría las ramas que siguen presentando caídas de la producción. El peor lugar lo ocupa el segmento dedicado a carrocerías, remolques y semirremolques, con un desplome del 20,9 por ciento. Le sigue otra rama que desde el inicio de la gestión de Cambiemos padece una menor demanda de otros eslabones fabriles por la importación de productos, en especial de China, y la contracción de la demanda. Se trata de la fundición, que en abril retrocedió un 16,2 por ciento interanual. Entre las proveedoras del sector de autopartes la baja fue del 12,5 por ciento. Luego siguen los participantes de la cadena de bienes de capital (-7,5 por ciento), equipos y aparatos eléctricos (-6,4), otros productos de metal (-2,7) y equipamiento médico (-0,4). El único rubro con mejora interanual fue el de maquinaria agrícola, con un alza de 5,3 por ciento, ayudado por la baja base de comparación del año pasado producto de la sequía. Aún así y con cosecha récord, las mayores importaciones terminaron aprovechando esas circunstancias especiales y desplazaron producción nacional.
Adimra sostiene que frente a esta realidad se observan distintos comportamientos defensivos de las empresas que terminan por achicar la masa salarial. Esa situación agrava el círculo vicioso de caída de la demanda, retroceso de la producción y destrucción de empleo. El 37 por ciento de las metalúrgicas declararon que en abril disminuyeron las horas extras, el 12 por ciento redujo la jornada laboral, el 9 por ciento solicitó el auxilio del plan Repro –para que el Estado nacional las ayude a cubrir una porción del sueldo de sus trabajadores– o directamente inició el Procedimiento Preventivo de Crisis, otro 9 por ciento suspendió personal y el 3 por ciento elevó la utilización de agencias de servicios eventuales.
“Considerando el desempleo de la actividad metalúrgica por cadena de valor a la que se destina la producción, en abril la actividad que más traccionó a la baja siguió siendo Consumo final y equipos domésticos”, señaló la cámara empresaria. Línea blanca, heladeras y cocinas son las más afectadas, con un 61 por ciento de firmas metalúrgicas con retroceso en la producción contra abril de 2018, frente al 23 por ciento que registró una suba. En construcción e infraestructura la proporción fue 61 por ciento de industrias con caída y 24 con alzas; en automotor la relación fue -60 y 25 por ciento, respectivamente; en alimentos y bebidas, -58 y 35 por ciento; en agroindustria, -58 y 30; en energía, -52 y 26, y en petróleo, gas y minería, -46 y 36.
Finalmente, en la encuesta de Admira para el trimestre mayo-julio, las expectativas empresarias siguen siendo negativas, con un 32 por ciento que prevén la continuidad de las caídas en la producción contra solo el 20 por ciento que anticipó una mejora.