Armani (5): No tuvo mucho para hacer en el gol de Sánchez, pero cometió un grave error en el final del primer tiempo, cuando en vez de rechazar la pelota de primera, intentó controlarla y lo hizo tan mal que para salvar la situación debió cometer una fuerte falta que le costó la amonestación. Se reivindicó por completo al atajarle el penal a Derlis González y poner a Argentina otra vez en partido.
Casco (4): Estuvo hiperactivo en los minutos iniciales, en los que pareció que el tándem con Pereyra aportaría soluciones a los problemas que en la banda derecha se evidenciaron con Saravia. El problema eran los espacios a sus espaldas, que no cerraba bien Pezzella. Ese hueco lo aprovechó Almirón para mandar el centro que terminó en el 1-0 de Paraguay. La jugada pareció desanimarlo y volverlo conservador, tanto que en la segunda etapa se limitó al trabajo defensivo.
Pezzella (4): Desde el arranque evidenció dificultades para tomar al grandote Santander, y volvió a mostrar desinteligencias para complementarse con Casco y con Otamendi. En el 1-0 paraguayo quedó a mitad de camino: no fue a cortar el centro y estaba lejos para evitar el remate goleador de Sánchez.
Otamendi (3): Mucho más adelantado que contra Colombia, mostró dudas cuando buscaron sus espaldas, algo que se hizo evidente en el penal que le cometió a Derlis González en el segundo tiempo. A esta altura queda claro que no es casualidad lo poco que Guardiola lo tuvo en cuenta en la temporada en el Manchester City.
Tagliafico (5): Sólido para defender, siempre dispuesto a aportar en ataque por su banda. Cuando el equipo quedó en desventaja se desesperó y se lanzó al ataque dejando espacios por los cuales Paraguay estuvo a punto de estirar la diferencia. Sin embargo, en el complemento corrigió ese descontrol y recuperó su solvencia.
Pereyra (3): Impresionó en el comienzo del partido, por su intensidad y sus ganas. Pero con el correr de los minutos sólo mantuvo las ganas, por ello pareció lógico que fuera reemplazado.
Paredes (5): Criterioso para limpiar la jugada, su gran deficit es la marca, y eso facilitaba el trabajo de los mediocampistas guaraníes. Al estar tan atrasado, no pudo explotar su buen remate de media distancia.
Lo Celso (5): Sin obligaciones del ida y vuelta, cada vez que agarraba la pelota insinuaba, pero concretaba poco. Lo mejor apareció en la segunda etapa, arrancando desde más atrás.
Messi (5): Posicionado en campo contrario, sin desgastarse en corridas cuando los paraguayos salían desde su arco, intentó con movilidad pero también hablando y gesticulando asociar a sus compañeros en circuitos de juego corto. Al quedar en desventaja Argentina, retrocedió para asumir la conducción. Sus apariciones en la etapa final revivieron las esperanzas del triunfo. Lástima que Scaloni le dejó poco tiempo en el campo a socios muy ofensivos como Agüero y Martínez.
Martínez (5): Intenso para colaborar en el trabajo de contención, por su fortaleza física peleó de igual a igual con dos centrales tan fuertes como él. La primera chance de gol la tuvo recién en el segundo tiempo, habilitado por Agüero. Su remate pegó en la mano de Gómez y el VAR marcó el penal que derivó en el 1-1 convertido de penal por Messi.
De Paul (5): Se mostró comprometido con el juego. Estacionado en el extremo izquierdo, como en la primera etapa, o por el costado derecho, en el complemento, buscó desdoblarse en ataque y colaborar en la recuperación. Protagonizó un par de jugadas en las que eligió el pase cuando lo indicado era buscar el arco.
Agüero (5): Entró por Pereyra, con la necesidad de la Selección de cambiar el resultado. Desde su ingreso, Martínez y Messi tuvieron un acompañante en ataque. Y la apuesta fructificó en la igualdad en uno, que llegó por el toque atrás del Kun para que Lautaro rematara y diera en la mano de Gómez.
Di María (3): Ingresó en el lugar de Lautaro Martínez, en otro cambio polémico de Scaloni, quien rompió la fórmula de ataque para darle lugar al hombre del PSG, que no influyó.
Suárez (-): Reemplazó a De Paul. Jugó poco más de cinco minutos.