El directorio del Conicet reclamó que el gobierno nacional mejore los salarios de investigadores y becarios científicos, tras advertir que en muchos casos los estipendios “están por debajo de la línea de pobreza”. El cuerpo integrado por representantes de las distintas áreas del conocimiento aprobó por unanimidad una declaración donde ratifica su “acompañamiento a los reclamos en materia de mejoras salariales y de condiciones de trabajo que se plantean en cada uno de los estamentos del organismo y de la comunidad científica y tecnológica”, y también anunció la realización de “gestiones tendientes a revertir esta situación”.
“La recuperación de salarios y estipendios dignos y acordes a las tareas del personal del organismo, trabajadores o becarios, como así también el pase a planta permanente de trabajadores que llevan muchos años desempeñándose bajo la figura de contratos, es un problema que requiere una solución definitiva”, plantearon las autoridades del Consejo Nacionales de Investigaciones Científicas y Técnicas. Y allí fue que añadieron: “Numerosos salarios, incluso, están por debajo de la línea de pobreza determinada por el Indec. Esta situación se refleja también en los estipendios asignados a la planta de becarias y becarios”.
Desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri, los ingresos de los becarios e investigadores del Conicet vienen sufriendo una caída constante. Entre octubre de 2015 y diciembre de diciembre de 2019 la pérdida de poder adquisitivo de los científicos llega al 37,6 por ciento. El dato surge de un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra-CTA), que analiza la evolución de los salarios de los trabajadores del Conicet bajo la gestión de Cambiemos y concluye que este sector y el de la administración pública son “dos ejemplos de ajuste de la masa salarial implementada por el gobierno nacional que se acentuó en el marco del acuerdo con el FMI”.
El informe, elaborado por el investigador Mariano Barrera, señala que en el caso de un becario doctoral, “la pérdida de ingresos en el acumulado de los cuatro años de gestión de Macri alcanza los 121.851 mil pesos”. La pérdida oscila en torno de los 463.014 pesos para un investigador principal y de los 170.720 pesos para categoría B2 con título terciario.
El estudio indica que, para diciembre próximo, cuando concluya la gestión de Cambiemos, el financiamiento a la función Ciencia y Técnica habrá descendido un 37,7 por ciento en términos reales (en base al presupuesto actual y la inflación proyectada). Esto implica un “recorte de 28.421 millones de pesos en valores de 2019 actualizados por inflación”. Parte del ajuste, que empezó desde el inicio del gobierno, fue agravado en el 2018 por el acuerdo con el FMI y el fin del “gradualismo”.
Asimismo, la función Ciencia y Técnica sufrió una caída relevante como porcentaje del gasto total del Estado. “Mientras que en los años previos a la asunción de Cambiemos oscilaba en el 1,45 por ciento del presupuesto, en 2019 caería al 1,11 por ciento”, señala el informe.
El recorte en el presupuesto de Ciencia y Tecnología afecta de diferente manera a los organismos del sistema. La Conae fue uno de los organismos más golpeados por el ajuste: si no hay cambios antes de fin de año, su financiamiento caerá un 70 por ciento entre 2015 y 2019. Luego, le sigue el Ministerio de Ciencia y Técnica, reconvertido en Secretaría en 2018, cuyas partidas presupuestarias bajarán en un 57,5 por ciento, el Instituto Nacional del Agua con una pérdida del 46,4 por ciento y el INTI con una caída del 45,1 por ciento. En ese sentido, el Conicet es el organismo con menor recorte relativo, ya que sus partidas habrán perdido un 27,7 por ciento entre 2015 y 2019. “Se trata de una reducción de 6353 millones de pesos en valores constantes de 2019”, destaca el informe de Cifra.
Sin embargo, pese a ser el Conicet uno de los organismos con menor caída relativa, por su magnitud “explica el 22 por ciento del recorte en la Función Ciencia y Técnica, en la medida en que representa alrededor de un tercio del presupuesto general”.
Las transferencias para financiar actividades académicas y científicas sufrieron uno de los mayores recortes en el Conicet, con una caída del 76 por ciento en sus partidas presupuestarias. En tanto, las partidas de mantenimiento y funcionamiento en general, lo cual se refleja concretamente en las dificultades cotidianas que enfrentan los investigadores para realizar sus tareas, percibieron una baja del 52 por ciento.
“Así, no sólo no se expanden los fondos como estaba previsto en el Plan 2020, sino que se contraen –señala el informe de Cifra–. El hecho de que la inversión en Conicet represente apenas el 0,4 por ciento del gasto total del Estado y que el pago de servicios de la deuda sea 45 veces mayor, refleja que el desfinanciamiento es una decisión política y no económica”.
Para ofrecer una comparación con la historia reciente, el estudio da cuenta de que el ajuste salarial impuesto por el actual gobierno generó una caída salarial entre los científicos similar a la que enfrentaron tras la crisis de 2001. “En 2019 el poder de compra de la beca doctoral se situaría apenas 10 por ciento por encima del mismo nivel registrado en la crisis económica de 2002. Se trata de un retroceso de 16 años”.