El vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, se defendió de las sanciones financieras impuestas por el gobierno de los Estados Unidos, que lo acusa de supuestos vínculos con el narcotráfico internacional. “Recibo esta miserable e infame agresión como un reconocimiento a mi condición de revolucionario antiimperialista”, expresó via twitter.

El Aissami, un influyente dirigente del oficialista Partido Socialista Unido, fue incluido ayer en una lista de sanciones de la OFAC (Office of Foreign Assets Control) y se convirtió en el funcionario venezolano de mayor rango en ser sancionado por los Estados Unidos. El vicepresidente señaló hoy que “ante la agresión imperialista” tiene la “moral intacta”, “mayor firmeza y convicción antiimperialista” y “mayor conciencia chavista”.

En la serie de mensajes, aseguró también que estas son "miserables provocaciones", pero su "principal tarea" es acompañar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la recuperación económica del país caribeño.

Fuentes de la administración Trump quisieron aclarar que no se trata de una represalia diplomática o política, sino que el vicepresidente debe responder a la investigación por narcotráfico. “Las acciones de la OFAC son la culminación de una investigación de varios años contra los importantes traficantes de narcóticos en Venezuela y demuestra que el poder y la influencia no protege a aquellos que realizan estas actividades ilegales”, manifestó su director interino, John Smith.

El flamante presidente todavía no había cargado contra Venezuela o Cuba porque todos sus dardos apuntaban a la frontera mexicana y a los inmigrantes que viven en su país. Sin embargo, su par peruano, Pedro Kuczynski, comentó el domingo que el magnate le consultó por la situación de Venezuela con cierta “preocupación”. Lo mismo hizo el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que afirmó que ambos discutieron “la importancia de promover respeto por las instituciones democráticas en el Hemisferio Occidental”.

“Se está informando sobre estos dos casos”, aseguró después un vocero de su gobierno, en referencia a Cuba y Venezuela. La carta de 34 legisladores, demócratas y republicanos, sería la base para poner en marcha acciones en estas dos naciones. En ella sostienen que “una acción decidida , en respuesta a los acontecimientos que se desarrollan en Venezuela como una de las primeras acciones de política exterior de su administración, enviaría un poderoso mensaje al régimen de Maduro y al pueblo venezolano”.