“No te voy a mentir: lo hicimos para cambiar”, asegura Persse, álter ego de Guido Caruso, líder y fundador de Lxs Familia, acerca del nombre de su proyecto musical. “La ‘x’ fue escrita antes de que llegara el lenguaje inclusivo a nuestras vidas. Como Jvlián puso la ‘v’, nosotros la ‘x’”, ilustra. Tras hacerse visible el año pasado, en medio de la revolución que experimenta la música urbana argentina, el trío está llamado a ser uno de los artistas revelación de la escena musical local en 2019. Y en buena medida se debe a su síntesis de la elegancia hip-hopera de Digable Planets, el discurso combativo de Makiza, el ejercicio R&B de Janelle Monáe, la traducción rioplatense del reggaetón y del punto de inflexión conceptual que estableció Ca7riel.
A esta terna de cantantes, cuando no se presentan en formato soundsystem, la acompañan DJ Pimp, Chidi en bajo, Timmy Callandrol en teclado, Sacha Pereyra en guitarra eléctrica y Joseph Youts en batería. Y además de sus shows, el grupo lleva adelante la fiesta Tentación, cuyo nombre está tomado de una de las canciones de su mixtape.
“Con Sofi (Pollito) me relacioné toda la vida (son hermanos), y al Dala (Julián Cohen, alias Dalí) lo conocí en el secundario. Somos del Cortázar, un colegio hippie de Flores en el que hacíamos tomas y marchábamos, un lugar social re piola. Yo era delegado y estaba re comprometido con la causa”, cuenta Persse sobre la pandilla con la que viven un momento que sin dudas es imponente: luego de romperla como acto soporte de la inglesa IAMDDB, ahora se perfilan como candidatos a llevarse la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires.
Con tamaño recorrido, parece irónico que la música les llegara de forma casual, a través del freestyle, en unas vacaciones en Villa Gesell. “En una peatonal vimos a Tata y Nigga MC, y ahí arrancamos. Esa noche fuimos a un boliche y regresamos al camping para intentar hacer lo mismo. Comenzamos los dos y luego se sumó Sofi. El primer tema del grupo, que nunca salió, surgió así. No pensamos en un estribillo ni en nada de eso. Sólo era freestyle. Un poco antes de eso empecé a escribir poesía y a compartirla en ciclos, pero no me encontraba. Me sentía re mal haciéndolo. No quería exponer mi arte, pero tampoco deseaba dejar de hacerlo. Entonces el Fara, ex integrante de la primera formación del grupo, me sugirió grabar una canción de rap, a la par que íbamos con el freestyle. Me armó una estructura de estribillo y estrofa, y me sentí cómodo de esa manera. Para moverme más y ver cómo poder usar el micrófono, comencé a ver videos de raperos. Y ahí invité a los chicos.”
A pesar de lo flamante del proyecto y del repertorio, el sonido de Lxs Familia goza de una identidad propia. ¿Cómo consiguieron aunar a todos estos estilos?
Persse: Como muchos artistas de mi generación, vinimos a romper todos los odios que existan entre el hip hop y el reggaetón o entre el dembow y el rock. Cuando comencé en esto, escuchaba a Spinetta, que era mi Dios, y luego a Daddy Yankee. Eso convivió siempre en nosotros, no lo impusimos.
Dalí: En una letra o en una base nuestra vas a encontrar a Daddy Yankee, a De La Ghetto, a Charly García y a Lisandro Aristimuño. Esa combinación es justamente lo que hace a Lxs Familia.
Entre tanta cultura rockera local y el espacio que la cumbia villera le ganó al rap, era impensable que el trap, el hip hop y el reggaetón se transformaran en parte de la banda de sonido de esta época. Ni hablar de lo lejos, geográficamente, que está Buenos Aires de las capitales de la cadencia. No obstante, y para sorpresa de todos, hoy Argentina es una de las potencias de la música urbana y Lxs Familia están al tanto. “Sentimos lo que está pasando, y eso se refleja en las letras y la música, así como en la manera de vestirnos. Al mismo tiempo, tenemos estilista y eso te encara la imagen para otro lado: te despegás y esa cosa de no ser tan argentino, sino más global, está buena”, dice Persse. “Probamos cosas todo el tiempo. Encontrás algo con lo que te sentís cómodo y le das más atención; eso fue forjando un estilo y una personalidad en cada uno”, amplía Sofía. A veces, cuenta Dalí, terminan viendo videos de músicos que admiran, como C Tangana. “Y decimos: ‘¡Qué finura!’. De todos sacamos algo.”
Si bien se hacen cargo, y no tienen pruritos con respecto a eso, ¿no temen que ese interés por la estética termine banalizando la propuesta?
Sofi: Para nada. Que digan más, si quieren. En los shows de Lxs Familia buscamos que se genere otra cosa. Tratamos de hacer acá lo mismo que vemos afuera, por eso tenemos estilista.
Persse: Yo escuchaba gangsta rap hasta que descubrí a Jvlián y me fascinó ese rap de consciencia, al punto de que terminé viéndolos a lo largo de dos años y aprendiendo de sus movimientos en el escenario. Por otro lado, Lisandro Aristimuño me influyó mucho la manera de entender la música como espacio.
Dalí: La empezamos a flashear con Kódigo y Dtoke, y también admiramos a pibes como Duki e YSY A.
Persse: Siempre fuimos a El Quinto Escalón, como ejercicio y juego. Pero, por otro lado, ahora vamos a sacar un tema nuevo que le pasamos a varias personas y nos dijeron que nos parecíamos a Coral Casino. También ellos, así como Francisca & les Exploradores y Sara Hebe, han sido vitales en la evolución de nuestra propuesta.
En diciembre de 2018, Lxs Familia puso a circular en plataformas musicales su primera producción, el mixtape Bendecidxs, en el que amplifican la deconstrucción, la lucha social, el vínculo de la avanzada centennial y la desinhibición sobre la base de un crisol de estilos jangueadores. “Es re intrínseco y profundo”, describe Persse acerca del debut discográfico de un grupo cuyas edades oscilan entre los 20 y 24 años. Sobre el disco, Sofi explica: “Es nuestra realidad y nuestra vida. Pero aunque las letras tratan sobre nosotros y lo que nos pasa, es inevitable describir esta época. Si nos escuchás, verás que no hay vestigios de lo que sucedió 30 años atrás o incluso en los últimos cinco”.
Y para vos, como música, es además una época especial, ¿o no?
Sofi: Sí y lo re siento sobre el escenario. Yo les canto a las pibas, desde ahí escribo. Lo que quiero decir es lo que me pasa y eso es una flecha maravillosa, ¿cómo no voy a escribir sobre esto? ¡Si es parte de mi vida! Pero hay gente que sabe de feminismo y lo explica, por lo que no hablo solo de eso. Del feminismo hablo pero desde un lugar personal. No es explícito, sino que viene desde el sentimiento. No hay una bajada de línea. Herramientas tengo, por escuchar a mis compañeras, pero no es la forma en la que me siento cómoda de mostrarlas.
Persse: Que una mujer se anime a hablar de eso, algo rompe. Que tire esas canciones es un flash. Recuerdo un show en Niceto Club en el que tras salir Dalí y yo al escenario, entró ella y la sala se vino abajo. A partir de eso, tuvo un crecimiento y se dio cuenta del poder que tenía en el público y de que la liberación es tangible.
Dalí: “No somos libres, pero sí bandidos”, dice una de las letras de Los Flía. Es muy difícil sentirse libre, pero encontramos cosas que nos hacen flashear que lo somos. Por lo menos un rato.
A manera de presentación de la crew, advierten: “Tenemos la licuadora donde ponés tu cerebro”. ¿Eso responde al escepticismo de sus letras?
Persse: La conciencia es personal, aunque te la deseo compartir. Los Flía venimos de la nada...
¿Son una pyme de conciencia?
Persse: Ponele… Es que de algún lado hay que agarrarse, en algo hay que creer.
* Lxs Familia tocán hoy a las 21 en La Tangente (Honduras 5317) y el domingo 23 desde las 13 en la BienalSur, en Plaza Mitre (Avenida del Libertador entre Agüero y República del Líbano). Además, el sábado 29 su fiesta Tentación tendrá un mano a mano con la Sudan en Niceto Club (Niceto Vega 5510), desde la medianoche.