* Jessica Jones (Netflix). Retornó la incorrecta heroína de la faceta televisiva del Marvel Cinematic Universe. Alcohólica e inestable, Jones regresa y a la vez se despide, ya que, como es sabido, el lanzamiento de la plataforma Disney+ conlleva el levantamiento de todo su material en la web de la N roja. Poco se supo en la previa de esta tercera temporada, más allá de que la detective se enfrenta a un nuevo villano que la acusa de ser "una tramposa, un fraude", y que promete matarla. Queda mucho por explorar en la relación de Jessica con su hermana Trish (que acaba de desarrollar sus propios poderes y se convertirá en la superheroína Hellcat), pero no hay ningún indicio de que vuelva a aparecer Luke Cage --o alguno de los otros Defenders-- o Kilgrave. Sí volverá a verse a la gran Carrie Ann Moss como la abogada Jeri Hogarth, en una temporada que marca el debut como directora de la actriz Krysten Ritter.
* Boardwalk Empire (HBO). ¿Cómo resistirse a la tentación de una serie sobre el mundo criminal en el comienzo de la Ley Volstead, con el protagónico del enorme Steve Buscemi y un primer episodio -el piloto más caro de la historia, una producción de 18 millones de dólares- dirigido por Martin Scorsese? Desde la primerísima noche de la "Ley Seca" en 1920 -con una alegre muchachada festejando la prohibición del alcohol entre ríos de alcohol- hasta el arranque de la Gran Depresión en 1930, Boardwalk Empire dibuja con precisión el mapa de una era varias veces visitada por el mundo audiovisual, pero que siempre parece ofrecer un nuevo matiz. El centro, claro, es la historia de Enoch "Nucky" Thompson, el siniestro personaje con una cara de político encantador de serpientes anti-alcohol y otra que lo pone al mando del contrabando de alcohol desde la mítica Atlantic City. Y sí, todo el elenco se luce, pero todo es un Gran Show Buscemi. Y está bien.
* Happy! (Netflix) ¿Podía conseguirse un tono más siniestro y delirante en la serie protagonizada por un Christopher Meloni desquiciado y su amiguito imaginario, el unicornio azul con alas? Sí, podía. Con más elementos sobrenaturales y un Nick Sax luchando dignamente por mantener la sobriedad y ser un padre decente para la ya-no-tan-pequeña Hailey, Happy! retoma al inquietante Blue Scaramucci (poseído por un dios romano de la muerte llamado Orcus), al lascivo ídolo infantil Sonny Shine queriendo imponer un nuevo festejo de la Pascua, el sádico Smoothie, una Amanda que sufrirá todo un trip de drogas extraterrestres y la ex detective Merry, cuyo nuevo oficio de agente inmobiliaria no le impedirá volver a meterse en problemas con Sax. En el medio de todos ellos, un par de intervenciones inolvidables de Ann-Margret. Y Meloni descosiéndola como de costumbre (incluso encarnando a su madre), un antológico debut sexual de Happy, monjas que explotan y judíos ortodoxos que trafican órganos. Imperdible.