Hay en cartel en Buenos Aires una obra que revolucionó las principales plazas teatrales del mundo. Se trata de El curioso incidente del perro a medianoche, una obra del inglés Simon Stephens basada en el best seller de Mark Haddon que cuenta la historia de Christopher, un chico de 15 años que es “diferente” al resto de su entorno. Ganadora de muchos premios, entre ellos el Tony a la Mejor Obra de Teatro, aquí es producida por The Stage Company, la misma que trajo exitosos espectáculos de teatro musical, como la multipremiada Shrek. Con un tono similar a las que venía presentando el grupo, sin embargo, esta es una obra de texto y, según los responsables de la compañía, “una de las más profundas” que llevaron a escena. “Es una obra necesaria que modifica al espectador y le hace cambiar su cabeza”, cuenta a PáginaI12 Carla Calabrese, directora de la pieza. 

Protagonizada por Pablo Alarcón, Iñaki Aldao y Melania Lenoir y con un elenco que completan Pablo Sultani, Marcos Rauch, Andrea Lovera, Sebastián Prada, Manuel Victoria, Fernando Margenet, Geraldine Farhat, Mariano Caligaris y la propia Calabrese, la obra comienza cuando el protagonista se entera de la misteriosa muerte del perro de su vecina e inicia una investigación para encontrar al culpable. Ese viaje lo llevará a descubrir mucho más de lo que pensaba sobre sí mismo y su familia. También a aislarse y transitar el difícil camino de ser adolescente e ir a la escuela, que la mayor parte del tiempo le resulta agobiante.

Como en su puesta en Londres, que arrasó con los prestigiosos Premios Olivier, o en la de Broadway, la versión local de El curioso incidente… tiene un énfasis fortísimo en tecnología. “Hay efectos especiales que nunca se vieron en el teatro local”, cuenta la directora, para quien lo técnico “tiene que estar al servicio de la historia”. También opina en línea el joven Aldao, que encarna a Christopher, y que fue elegido tras una extensa audición: “Lo tecnológico amplió mucho el espectro de público, le dio otro empujón para venir a mi generación. Antes mis amigos me iban a ver a otras obras medio de compromiso; ahora vinieron, vieron la puesta y me dijeron que quieren volver”, cuenta.

Sobre la adaptación al público porteño, la decisión de The Stage Company fue sólo aplicar el castellano, pero mantener el resto en su lugar: la historia transcurre en Inglaterra, los personajes tienen sus nombres originales, y el texto dramático es el mismo, con la correspondiente adecuación. “Eso es porque es una historia universal, que te interpela por lo que cuenta sobre la humanidad en general”, opina Lenoir, que hace de la madre del personaje principal. “Es una obra que te enseña que todos somos distintos y que tenemos que volvernos más empáticos y no juzgar. Te invita a un trabajo de transformación interno, a plantearte porqué tu visión tiene que ser la correcta sobre las demás. No había necesidad de modificar nada del texto original”, dice la actriz.

Con gran respuesta del público hasta ahora, la pieza se ve los miércoles, viernes y sábados a las 20.30, y los jueves y domingos a las 19, en el Teatro Maipo (Esmeralda 443), con entradas desde 400 pesos. “Es una apuesta dentro del teatro comercial y creo que es porque no estamos pensando todo el tiempo en el éxito. Si funciona, mejor, pero lo que más queremos es transmitir profundidad. Si tenés la convicción de estar haciendo algo buenísimo y no vuelve toda la plata que invertiste, también eso vale un montón”, cierra la directora.