Pablo Avelluto, el ministro de Cultura de la Nación, salió a desmentir que se quiera sacar el impuesto del 10 por ciento que se cobra a cada entrada de cine, cuya recaudación engrosa el Fondo de Fomento Cinematográfico. “Hubo algún tipo de inquietud, pero no tuvo fundamentos ni estudios o evaluaciones que se pudieran estar haciendo desde el Estado nacional sobre el 10 por ciento de las entradas que va a los fondos de fomento”, aseguró.
El funcionario agregó que “desde hace más de medio siglo en el mundo se discutió cuál debía ser la política que tenían que tener los Estados en relación a la industria cinematográfica, que es muy costosa más allá de los avances tecnológicos. Se pensó cuál debería ser el rol del Estado, y así nacieron los institutos nacionales como el nuestro. Creemos en la Ley del cine que regula el fomento de la instituciones cinematográficas, además venimos trabajando para una mejor transparencia en los fondos de fomento de la política audiovisual”.
En los últimos días, el sector de la producción cinematográfica se mostró alerta por la propuesta de la fundación neoliberal FIEL, contratada como asesora por el Gobierno, de eliminar el impuesto.
Avelluto consideró que “se puede producir en la Argentina generando fuentes de trabajo. Es lo que queremos aportarle a esta política que lleva tantos años y dando tan buenos resultados”. De esta manera quiso bajar la preocupación de la industria. En la última semana, ante el rumor, se manifestaron abiertamente en contra productores, directores, actores, técnicos y documentalistas.
La Red de Comunicadores del Mercosur consideró que "la quita de dichos gravámenes acarrea gravísimos daños para la producción audiovisual, la cultura e identidad de nuestro pueblo, como así también, significa una enorme pérdida de puestos de trabajo para nuestros técnicos y actores. Se trata de un avasallamiento al legado de tantos directores, productores, técnicos y hacedores culturales a lo largo de más de 80 años de lucha en el terreno del audiovisual de la Argentina".
La Red también estimó que las políticas del anterior Gobierno, " aún con errores y desaciertos puntuales, impulsaron una redistribución algo más equitativa y federal de los ingresos que recauda el Estado. Se demostró que es posible filmar una ficción en Corrientes, Jujuy o Río Negro, saliendo de la trampa histórica de la matriz centralista en la Argentina".