La conformación de las listas de candidatos a diputados nacionales por Santa Fe reflejó no sólo la disputa tradicional por posicionarse en unos pocos lugares; sino que dejó expuestos acuerdos y negociaciones que excedieron la suerte de los electores en el propio territorio. Ni María Eugenia Bielsa, ni Roberto Sukerman ni el propio Omar Perotti; que fueron largamente los más votados en las elecciones provinciales están reflejados en la nómina de candidatos nacionales del peronismo.

Por el lado del Frente Progresista, Antonio Bonfatti y Mónica Fein se autoexcluyeron. A pesar de haber obtenido muchos votos en la general del 16 de junio, en este caso la derrota tuvo una gravitación inevitable: El socialismo se acordó tarde de la renovación política; prácticamente cuando ya no quedaba nada. Y encima se encolumnó a regañadientes detrás de una fórmula que tiene poco de progresista como la de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey. La urgencia de último momento y una larga serie de desatinos políticos terminaron en esta magra cosecha que determina un cambio de ciclo en Rosario y en la provincia. Una cosa es clara: La presentación de una "lista corta" sin candidato a presidente y vice hubiese sido directamente un suicidio.

Cambiemos, por su lado, trató de frenar el derrumbe político pero terminó respetando los acuerdos con la Casa Rosada. José Corral salió tercero en las elecciones provinciales pero con espaldas como para integrar una nómina de candidatos nacionales pegada a la fórmula Mauricio Macri-Miguel Pichetto. Se cumplió con la palabra empeñada y es Federico Angelini el que encabeza la nómina después de frenar una interna propia con Roy López Molina pero sin poder evitar la presentación de una lista que los lleva a las PASO con Martín Rosúa: Un impulso de último momento del radicalismo santafesino.

Andres Macera
Enrique Estévez hará campaña nacional.

López Molina quedará en la historia como uno de los ejemplos más palpables de cómo condiciona el contexto los votos de una sociedad. En el 2017 era casi el intendente puesto de Rosario. Tan sólo dos años después y por obra y gracia de las políticas públicas del gobierno nacional, el joven maravilla del PRO tuvo que pugnar para no quedar cuarto en los comicios pasados. Los votos son de los candidatos pero también de los nucleamientos políticos.

Está claro que Perotti no hubiese podido ganar la gobernación de Santa Fe sin el kirchnerismo adentro. Pero también está claro que poco podrían haber hecho los candidatos de ese sector si hubiesen ido en solitario a los comicios provinciales. Este equilibrio se vio claramente en el momento de las PASO donde funcionó la orgánica y el voto kirchnerista fue en gran medida a Perotti para imponerse a Bielsa. Pero después en la general también quedó claro que los candidatos del sector estuvieron muy lejos de la performance electoral del candidato a gobernador, en sus respectivas categorías.

El kirchnerismo sostiene que "los votos son de Cristina" en estas nacionales y por eso podía desdeñar las candidaturas de Bielsa y Sukerman. Marcos Cleri es el más orgánico de todos y se bajó sin chistar de la compulsa a gobernador a cambio de tener un lugar en esta lista de diputados nacionales para renovar su mandato en la Cámara baja nacional. La política funciona también en base a las necesidades.

Sebastián Joel Vargas
Federico Angelini tendrá competencia.

Si "los votos son de Cristina" ¿para qué recurrir a candidatos que puedan traccionar sufragios pero que después no respondan directamente al esquema del kirchnerismo? En esta etapa, el peronismo no necesitaba demasiado del trabajoso proceso de unidad que se alcanzó en la provincia. Los acuerdos fueron respetados, pero eso no quiere decir que no hayan quedado heridas y fracturas que en el futuro aparecerán cuando menos se lo esperen.

Jugado por jugado, el socialismo tiró el bochazo de la renovación generacional y decidió que Enrique Estévez se ponga al hombro la campaña nacional en Santa Fe. En definitiva es la decisión del sector que encabeza el gobernador y diputado provincial electo Miguel Lifschitz, el único socialista que quedó en pie después del 16 de junio. Bonfatti y Fein tenían poco para decir esta vez y admitieron el costo de sus sendas derrotas en la provincia. Así se disponen a enfrentar la polarización que se viene en agosto y octubre, confiados en recuperar alguna presencia en la Cámara tras los fallidos intentos de Hugo Marcucci que rápidamente se pasó a Cambiemos y de Luis Contigiani que tiró por la borda todo su capital político en un debate fanático por la despenalización del aborto. Así el último representante genuino del socialismo en Diputados, fue el mismísimo Hermes Binner.

"No somos el Movimiento Popular Neuquino" repetía un encumbrado dirigente del PS para hacer notar la necesidad de tener raíces nacionales. El socialismo fustigó la grieta todo el tiempo porque está afuera de ella, más allá de las consideraciones políticas que se tengan sobre las ventajas y desventajas de este enfrentamiento. Pero es claro a esta altura que es una disputa genuina que tiene profundas raíces en la sociedad. Con todo el Frente está obligado a plantear la tercera vía para sobrevivir. En Santa Fe pudo todos estos años, pero a nivel nacional el camino de la centro izquierda no peronista se fue estrechando cada vez más, hasta formar un pasillo angosto donde un puñado de dirigentes pugnan por unos pocos espacios.