La Justicia condenó a 14 años de prisión al policía Mario Urquiza, acusado de matar al joven Sergio Ezequiel Luján, en un hecho de gatillo fácil en Pueblo Esther, en 2011. Así lo resolvieron los jueces María Isabel Mas Varela, Julio Kesuani y Edgardo Fertitta. La presidenta del tribunal leyó el fallo sin que la familia de la víctima llegara a la sala de audiencias, y hubo enojo de los padres. "¿Cómo que ya lo condenó, pero nosotros estábamos esperando que nos dejara pasar la gente de seguridad. Vinimos a todas las audiencias y no podemos escuchar la sentencia?", se ofuscó el padre, quien se manifestó disconforme con la pena, ya que la querella había pedido prisión perpetua. El fiscal Carlos Covani manifestó conformidad.
Luego de una semana de audiencias, los jueces dieron a conocer el veredicto, en medio de un clima de tensión, ya que mientras estaban terminando la lectura de pocos minutos, comenzó a entrar la familia a la sala, pero la sentencia ya se había dado a conocer.
La familia sufre hace más de cuatro años la pérdida del chico que tenía 19 cuando ocurrió el hecho en el que fue arrestado y baleado al intentar huir. "Me lo baleó mientras mi hijo iba caminando, quisiera saber qué harían ellos si pierden así a un hijo", dijo el padre.
El 1º de diciembre de 2011, Urquiza prestaba funciones en la subcomisaría 15ª de Pueblo Esther, cuando fue comisionado a un hecho de "apriete" al panadero del pueblo. Al llegar al barrio comenzó la cacería: Urquiza arrestó al pibe Luján y lo metió dentro del patrullero, sin esposas. Tras ello, cerró la puerta de la chata y fue a darle apoyo a su compañero que estaba en busca del segundo joven mencionado, incluso comenzó a gritarle a familiares de éste para que se lo "entregaran". Mientras tanto, Luján aprovechó la distracción del policía que hoy tiene 33 años, se bajó de la camioneta policial e intentó alejarse. Sin embargo, antes de hacer cinco metros el policía le apuntó con su arma y lo ejecutó con un balazo en la espalda, sin mediar voz de alto y delante de varios vecinos. Luego lo agarró de la remera y lo arrastró a la chata policial para llevarlo al Hospital Gamen. El chico no logró sobrevivir.
Al confeccionar el acta del suceso, Urquiza cometió más delitos: le plantó una arma calibre 22 al joven para poder hablar de un enfrentamiento y de esa manera lo anotó en el documento público, por lo que también se lo acusó de falsedad y portación ilegal de arma de uso civil.
Durante los tres años que duró la investigación, el policía cambió tres veces la versión de los hechos: habló de un enfrentamiento, luego dijo que se tropezó y que el tiro salió solo; y finalmente indicó que mientras corría, la mano en la que llevaba el arma chocó con su rodilla y el disparo se efectuó.
Covani nunca le creyó y cuando logró reunir la prueba lo citó a una rueda de reconocimiento: cuatro testigos los señalaron sin dudar. "Mintió", dijo el fiscal en su acusación, durante el juicio oral y público. En las audiencias se determinó que Urquiza incumplió la ley al llegar al lugar con el arma "montada"; es decir, lista para el disparo.
Lo más contundente para la condena fueron los testimonios "lapidarios" de al menos nueve testigos que aseguraron que aquella noche dos policías perseguían a dos pibes --el robo o "apriete" nunca se corroboró--, cuando Luján fue "ejecutado" sin mediar palabras. Urquiza "lo vio y le tiró", declaró una vecina.
El acusado fue detenido en 2015, cuando asumió como jefe de Logística de la Policía de Acción Táctica (PAT). Sin embargo, hace un año, la Cámara Penal le dio prisión domiciliaria y ahora resta esperar que la sentencia quede firme para solicitar la prisión efectiva.
En la primera audiencia del juicio, Urquiza pidió la palabra. "Quiero confesar el delito. Yo mentí en ese momento porque es la primera vez que me pasa una cosa así. Tenía miedo a perder el trabajo y me dejé llenar la cabeza por gente con más antigüedad. Hoy tengo el alma dolida, porque no tuve la intención de matar. Quiero pedir perdón a la familia. Pero esto servirá para dar luz, porque no fue así el delito", espetó. Sin embargo, el fiscal pidió que Urquiza fuera condenado por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma de uso civil, en concurso real con falsedad ideológica".