La empresa Mefro Wheels, único fabricante nacional de llantas de acero para autos, cerró sus puertas y dejó sin trabajo a 170 personas. La producción venía cayendo en la planta de la ciudad de Rosario desde hace varios meses. La razón de ese comportamiento es que la propia casa matriz de Mefro Wheels en Alemania tomó la decisión de vender en el país llantas producidas en otra filial. Ante esta decisión corporativa, el Gobierno nacional no intervino y permaneció a la espera del cierre. El freno de la producción en Mefro Wheels desde comienzos de año ya tiene correlato en las importaciones: según datos del Observatorio de Importaciones de Santa Fe, desde principios de año se compraron al exterior 78.162 llantas de acero, cuando en el mismo período del año pasado no se registraban importaciones.
Desde hacía cuarenta días que los trabajadores de Mefro Wheels nucleados mayormente en la UOM dejaron de cobrar su salario a raíz del freno en la producción. Los jefes de planta advertían que no contaban con la materia prima que demanda la fábrica. De a poco se fue consolidando la idea del vaciamiento por parte de la casa matriz. Ayer los trabajadores decidieron aceptar la propuesta indemnizatoria que ofreció el grupo empresario: alrededor del 60 por ciento de lo que les corresponde por ley.
La casa matriz de Mefro Wheels está ubicada en Solingen, Alemania, en donde hay cuatro plantas más. También hay dos fábricas en Francia, dos en Turquía, tres en Rusia, una en China y una en Estados Unidos. “La culpa la tiene el dueño que está en Alemania, que vacía esta fábrica para beneficiarse trayendo ruedas de Europa. La reestructuración estaba hecha para hacer entre 120 mil y 150 mil ruedas por día, pero si no ayudan los de arriba no podemos hacer nada. La apertura de importaciones nos mató, ya que al permitir la importación en vez de fabricarlas, las traían de Alemania o de cualquier lado. Con una sola firmita que dijera que por un tiempo se frenaba la importación, esto se solucionaba rápidamente”, dijo ayer Miguel Valentino, delegado de los trabajadores de la planta de Mefro Wheels en Rosario, que vendía llantas a Ford, Fiat, Mercedes Benz, Peugeot-Citroën, Renault, Volkswagen y Toyota.
Hay dos factores vinculados al “clima de negocios” que forman parte del cuadro de situación del cierre de la planta metalúrgica. Por un lado, la actividad de la importación ganó atractivo con la gestión de Cambiemos a raíz de las mayores facilidades que presenta el trámite ante la Secretaría de Comercio. Por otro, el mundo empresario está al tanto de que el Gobierno “deja hacer” en la cuestión económica. Lo que durante el kirchnerismo podía convertirse en un duro conflicto político, el gobierno de Macri lo tolera sin quejas mientras reduce herramientas como el Repro del Ministerio de Trabajo, que permitía asistir a empresas en crisis.
“Mefro Wheels no tiene problemas de mercado. Es la única empresa del país que fabrica llantas de acero y es tecnológicamente de avanzada, está bien equipada. El problema es que el grupo global tomó la decisión de fabricar las llantas en otro lado y venderlas en Argentina. Y ante esta situación, el Gobierno no se mete en la defensa de las industrias argentinas. No estamos hablando de una empresa ineficiente, es absolutamente viable, víctima de una decisión del grupo global. El gobierno nacional no se involucró porque cree en la apertura económica y en la importación. En el fondo, subyace una mirada crítica de los sectores industriales nacionales. Y a pesar de la idea instalada de que las importaciones pueden domesticar a la inflación, se verificó que no bajaron los precios en el mercado argentino. Los sectores industriales no son todos ineficientes”, señaló ayer el ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani. “La responsabilidad de esto la tiene el Gobierno nacional, que permite la importación desmedida. Si no cambia la política, estamos recorriendo el camino de los 90”, advirtió el secretario general de la UOM Rosario, Antonio Donello.