El presidente estadounidense, Donald Trump, impuso ayer sanciones contra el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, y la cúpula militar del país. Además, Estados Unidos planea sancionar esta semana al ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, una figura clave en la negociación y el impulsor del acuerdo nuclear de 2015, adelantó el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin. Washington aumenta así la presión contra la República Islámica, a quien ya amenazó con destruir si busca la guerra.
“Las sanciones negarán al líder supremo, su oficina y a aquellos más cercanos a él el acceso a recursos financieros clave”, prometió Trump. “Esta medida responde a una serie de comportamientos agresivos del régimen iraní en las últimas semanas, incluido el derribo de un dron estadounidense el pasado jueves”, afirmó el mandatario. “El líder supremo de Irán es el responsable último de la conducta hostil del régimen. En su país lo respetan, y su oficina supervisa los instrumentos más brutales del régimen, incluidos los Guardianes de la Revolución”, subrayó. Este cuerpo es la organización militar más grande del país.
No obstante, Trump reiteró que le encantaría poder negociar con Jamenei para rebajar las tensiones bilaterales, una oferta que el líder supremo iraní ha rechazado hasta ahora. “Jamenei tiene el potencial de tener un gran país, y pronto, muy pronto (si negocia con Estados Unidos)”, subrayó. El gobierno iraní no está tan seguro, sin embargo, de que la oferta del mandatario estadounidense sea sincera. El embajador permanente de Irán en la ONU, Majid Takht-Ravanchi, aseguró ayer que su Gobierno no puede entablar un diálogo directo con Estados Unidos mientras su país está siendo amenazado. “Nadie puede aceptar un diálogo con alguien que te está amenazando con más sanciones”, dijo Ravanchi en paralelo a la reunión que el Consejo de Seguridad llevaba a cabo para abordar la situación de Irán. “Mientras dicha amenaza exista, Estados Unidos e Irán no empezarán un diálogo”, ahondó.
Trump describió las sanciones como una respuesta fuerte y proporcionada a los actos de Irán que calificó como provocativos, días después de asegurar que frenó en el último momento un ataque selectivo al país persa por considerar que no habría sido proporcionado respecto al derribo de un dron (avión no tripulado) estadounidense en el golfo Pérsico. Sin embargo, al ser preguntado por si las sanciones son una represalia por ese hecho, Trump replicó: “Esto es algo que iba a pasar de todas formas”. Mnuchin precisó después que las sanciones a Jamenei ya estaban preparándose de forma previa al incidente con el avión no tripulado, pero dijo que ese suceso –y los recientes ataques a cargueros en el golfo Pérsico– sí motivaron algunas de las medidas anunciadas ayer por el Departamento del Tesoro.
El ministro de Exteriores iraní, a quien el Tesoro incorporó en su lista negra, afirmó ayer que las personas cercanas a Trump están sedientos de guerra. “Donald Trump tiene 100 por ciento de razón respecto a que el ejército de Estados Unidos no tiene nada que hacer en el golfo Pérsico, la retirada de las fuerzas estadounidenses (de la zona) está totalmente en línea de los intereses de Estados Unidos y el mundo”, dijo Zarif, en un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter. “Pero ahora está claro que el Equipo B no está preocupado por los intereses de Estados Unidos. Ellos desprecian la diplomacia y están sedientos por una guerra”, agregó. Como “equipo B”, el canciller se refiere al asesor de seguridad nacional estadounidense, John Bolton; al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman. El domingo, Zarif en otro tuit, había señalado que el “equipo B” casi conduce al presidente estadounidense, Donald Trump, a desatar una guerra.
Además del líder supremo, también se impusieron ayer restricciones financieras a ocho comandantes iraníes, entre ellos el de la Fuerza Naval del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución, Ali Reza Tangsirí, quien lidera, según se indica en un comunicado del Tesoro, la estructura responsable del sabotaje de barcos en aguas internacionales. Las sanciones también afectan a Amirali Hayizadeh, comandante de la división aeroespacial de los Guardianes de la Revolución iraní, “cuya burocracia fue responsable del derribo” del dron de Estados Unidos, y a Mohamad Pakpur, comandante de la fuerza terrestre de ese cuerpo de elite, por sus acciones en Siria, según los argumentos del Tesoro. Además, quedan sujetos a las restricciones los comandantes de los cinco distritos navales de la Armada de los Guardianes de la Revolución responsables de las operaciones navales en provincias costeras como Bushehr, adyacentes al estrecho de Ormuz, entre el golfo de Omán y el golfo Pérsico, donde se produjeron los recientes incidentes.
La tensión entre Washington y Teherán, sin relaciones diplomáticas desde 1980, se intensificó el jueves pasado con la destrucción de un avión no tripulado estadounidense por un misil iraní en el Golfo. En medio de este clima de tensión, Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos exhortaron a soluciones diplomáticas para reducir la espiral con Irán. Rusia, aliado de Teherán, por su parte, calificó de ilegales las sanciones firmadas por Trump.