“Si las listas las hubiera decidido La Cámpora, Cristina sería candidata a presidenta. Ella creyó que era mejor ponerme a mí y eso habla muy bien de Cristina”, dijo Alberto Fernández, precandidato a presidente por el Frente de Todos, como respuesta a las críticas que cuestionaron la presencia de algunos referentes de La Cámpora en las listas que fueron presentadas el domingo pasado por su frente político. Además de hablar de las próximas elecciones, en una entrevista radial, se pronunció a favor del Fútbol Para Todos y de frenar los aumentos de tarifas.
“Hay que saber lo que significa el cierre de una lista: es una de las cosas más horribles que da la política y ésta era particularmente difícil, porque estaba La Cámpora, el Partido Justicialista, (Sergio) Massa, los que antes habían salido de los de Massa (Frente Renovador), (Juan) Grabois, el Evita, (Victoria) Donda, el movimiento obrero. Un sinfín de sectores”, argumentó. Fernández sentenció además que “hay un error de concepto sobre cómo se construyen las listas”, mencionó que los “presidentes no las construyen” y que “son discusiones de política territorial”. En ese sentido, recordó que habló con los gobernadores de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y de San Juan, Sergio Uñac, para analizar el armado y sostuvo que ellos tuvieron un rol fundamental: “Fue así porque Argentina es un país federal: no quiero súbditos que levanten la mano porque sí. Quiero debatir con ellos, no exigirles ni imponerles. Argentina está harta de eso y me importa nada que Clarín se gaste diciendo que soy un títere”, remarcó.
Luego subrayó que no se iba a “desdecir” de sus críticas a la ex presidenta y que no tiene “ningún miedo” a realizar acuerdos con ella. “Me llama la atención que el único que no tiene miedo de eso soy yo, que debería ser la víctima”, aseveró y contó que le ratificó a su compañera de fórmula que durante el gobierno anterior tuvo “gestos de soberbia”. El ex jefe de Gabinete aclaró que si los comentarios tienen las intenciones de distanciarlo de la actual senadora no lo van a lograr. “Si quieren que me pelee con Cristina no lo pienso hacer porque tardé mucho tiempo en recuperar mi amistad con ella. Estoy muy feliz de ser amigo de Cristina y creo que es muy importante para el futuro”, afirmó y explicó que lograron recuperar “la mejor amistad y el mejor vínculo”. Fernández expresó que no va a “seguir a la manada” y que siempre va a “seguir” lo que cree, también defendió la conformación de las listas y dijo que en las boletas del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires estarán a la cabeza “dos que fuimos muy críticos de Cristina, junto con Sergio Massa” y que “en la Ciudad la encabezarán tres personas que fueron muy críticas de Cristina”. Durante la misma entrevista radial, el precandidato por el Frente de Todos destacó que no quiere “tener gente que me obedezca, hablaría mal de mí; quiero que me acompañen con convicción y quiero que si no están de acuerdo lo digan”. “No quiero más la uniformidad del discurso. Con Néstor Kirchner criticamos el pensamiento único y después se construyó otro discurso único”, puntualizó. En ese contexto, aseguró que en el frente electoral que él lidera “todos los sectores tuvieron que dejar algo de lado”, pero advirtió: “Lo que nunca vamos a dejar es la identidad y tampoco debe hacerlo Sergio Massa; nos unimos en la diversidad, no unirnos para uniformarnos”. Por otra parte, pidió “ponerle fin al tiempo de la discordia” y manifestó que no comparte la frase del actor Dady Brieva a favor de una “Conadep del periodismo”, aunque se preguntó “¿por qué no puede pensar eso?” y pidió “respetar” las posiciones de todos los sectores. “¿Por qué no podemos convivir en esa diferencia? ¿Por qué debemos maltratarnos por la diferencia? Yo no voy a ser el presidente de la venganza”, reiteró.
Alberto Fernández también realizó declaraciones acerca de la posibilidad del retorno del Fútbol para Todos en caso de llegar a ser gobierno y dijo que, si bien no es una de las prioridades, le gustaría que “la gente tenga la posibilidad de acceder al fútbol”. Por último también opinó sobre las tarifas de los servicios y subrayó que él “no seguiría incrementándolas” y que terminaría con la “lógica de dolarización” de las mismas.