La lucha de los trabajadores obligó a la multinacional Glencore, principal accionista de Mina El Aguilar, a ceder ante sus reclamos. Luego de una marcha histórica y la decisión de permanecer frente a la Casa de Gobierno hasta que se diera una respuesta favorable a las demandas, este martes la empresa se comprometió a desplazar al gerente general Javier Ruiz Díaz, denunciado por malos tratos a los obreros; a pagar la totalidad de la primer quincena que se había liquidado parcialmente en represalia a la medida de fuerza que adoptaron los mineros y a seguir con el plan acordado con el ministerio de Trabajo en el marco de la conciliación obligatoria para garantizar la seguridad dentro de la mina.
Los seiscientos trabajadores que emprendieron la movilización el lunes a las cuatro de la mañana junto a sus familias, ante la negativa de la empresa de apartar a Ruiz Díaz, decidieron quedarse en la Plaza Belgrano hasta obtener respuestas. A pesar de la llegada del frío y de la lluvia, los mineros se mantuvieron firmes bajo la intemperie toda la noche. Recién en la tarde del martes lograron que la empresa cediera a sus reivindicaciones.
En la mañana del martes, cuando aún seguían sin una solución a sus reclamos, en conferencia de prensa el secretario general de la Asociación Obrera Minera seccional El Aguilar, Carlos Trejo, agradeció el acompañamiento del pueblo jujeño que expresó permanentemente su solidaridad. También dio detalles de los riesgos que sufren los trabajadores en materia de seguridad y otros padecimientos a los que están expuestos. Entre ellos, señaló que el gerente general había descuidado los valores más esenciales de los mineros, el lado humano. En ese contexto detalló que mientras las autoridades tienen un comedor en el que pueden disfrutar de su comida caliente, el espacio que tenían los trabajadores fue cerrado “y la gente come donde puede”. Además, reclamó que como castigo al paro por tiempo indeterminado que iniciaron los trabajadores una semana atrás, la empresa respondió con un pago parcial de la quincena trabajada. “Si hay bronca con el trabajador minero es una cosa, pero con los niños no. Tenemos familias y no es posible que le quiten el pan”, reclamó.
Donato Cachambi, integrante de la Comisión de Conmemoración de la Marcha Histórica de los Mineros realizada el 8 de mayo de 1964, en diálogo con Página/12 señaló: “Cuando vi el tumulto de hermanos entre abrazos, lágrimas y euforia gritando arriba el minero, sentí que era una jornada histórica”. A esa hora, Trejo comunicaba a los trabajadores en la plaza que sus reclamos habían sido escuchados. “Esto también da cuenta de la importancia de recuperar la representación y la presencia gremial en las fábricas y en todos los ámbitos laborales. En la historia de este pueblo y de la Mina El Aguilar hay mucho llanto, mucho sacrificio, incluso hubo mucha sangre, detenciones, desapariciones. Con esta historia del sindicato y del pueblo aguilareño en lucha no hay lugar para ningún tipo de gerente, profesionales o técnicos autoritarios y soberbios. La separación de este directivo exigida en la lucha gremial es un acto de justicia”.
Roberto Paredes, uno de los mineros que marcharon desde El Aguilar señaló que la decisión de la empresa “descomprimió la situación que veníamos padeciendo, pero esto nos da una mayor responsabilidad a cada uno de nosotros, al gobierno, al gremio y a la misma empresa. Exige un mayor compromiso y obliga a estar atentos a lo que demanda y necesita el obrero. No hay nada que festejar, más bien hay que estar preocupados y para que esto no vuelva a suceder hay que trabajar día a día”, expresó.
Fernando Acosta, de la CTA Autónoma aseguró que “la marcha fue histórica en varios sentidos, no sólo por lo que representa la lucha minera, el Aguilarazo y otras luchas que han protagonizado marchas épicas demostrando que la mina solo funciona gracias al esfuerzo de los trabajadores que son los que producen la riqueza. Fue una lucha de la clase trabajadora y por eso contó con el apoyo de los trabajadores de Jujuy. Y el desplazamiento del gerente, que es un vaciador de empresas, explotador que ya había generado conflictos en otras compañías de este grupo económico, es un paso adelante. Ha sido un ejemplo contundente para el pueblo en general porque queda demostrado una vez más que la solidaridad de clase rompe con cualquier intento del poder económico asociado al poder político para generar ganancias para pocos y explotación para las mayorías”.
Por último, el diputado provincial Alejandro Vilca del Frente de Izquierda de los Trabajadores señaló que “esto demuestra que luchando se pueden imponer a patronales multinacionales como Glencore las necesidades de la clase obrera. Los mineros generaron una amplia solidaridad con todo el pueblo que obligó al gobierno a que se defina entre apoyar a los trabajadores o a la multinacional y rompió la tendencia que venían teniendo muchos de los reclamos sindicales, con despidos, cierre de fábricas y pérdida de conquistas. Esta huelga que termina con un triunfo demuestra lo que puede dar el movimiento obrero cuando está organizado y cuenta con el apoyo de la sociedad”.