La lucha de los trabajadores obligó a la multinacional Glencore, principal accionista de Mina Aguilar, a ceder ante sus reclamos. Luego de una marcha histórica y la decisión de permanecer frente a la Casa de Gobierno hasta que se diera una respuesta favorable a las demandas, la empresa se comprometió a desplazar al gerente general Javier Ruiz Díaz, denunciado por malos tratos a los obreros; a pagar la totalidad de la primer quincena que se había liquidado parcialmente en represalia a la medida de fuerza que adoptaron los mineros y a seguir con el plan acordado con el Ministerio de Trabajo en el marco de la conciliación obligatoria para garantizar la seguridad dentro de la mina.
Los seiscientos trabajadores que habían llegado a pie desde Aguilar hasta la capital jujeña pasaron la noche en la Plaza Belgrano, ubicada frente a la casa de gobierno, a la espera de una respuesta a sus reclamo. Recién en la tarde llegó la buena nueva cuando el titular de la Asociación Obrera Minera, Carlos Trejo, anunció que los reclamos habían sido escuchados: “Esto da cuenta de la importancia de recuperar la representación gremial. En la historia de este pueblo y de la Mina Aguilar hay mucho llanto, sacrificio, incluso mucha sangre, detenciones y desapariciones. Con esta historia del sindicato y del pueblo aguilareño en lucha no hay lugar para ningún tipo de gerente autoritario. La separación del directivos un acto de justicia”, aseguró. En tanto, Roberto Paredes, uno de los mineros que marcharon, señaló que la decisión de la empresa “descomprimió la situación que veníamos padeciendo, pero esto exige un mayor compromiso y obliga a estar atentos a lo que demanda y necesita el obrero. No hay nada que festejar, mas bien hay que estar preocupados y para que esto no vuelva a suceder hay que trabajar día a día”, indicó.