Las ventas en supermercados cayeron en abril 12,6 por ciento frente al mismo mes del año pasado. El desplome está expresado en cantidades. Los datos marcan el décimo resultado negativo consecutivo en el indicador elaborado por el Indec. La caída acumulada durante el primer cuatrimestre llega al 12,5 por ciento. Los principales shoppings del país, por su parte, registraron una profundización en el ritmo de caída al retroceder 22,6 por ciento en doce meses. Las caídas también comenzaron diez meses atrás. Entre enero y abril, las ventas a valores constantes en los grandes centros de compras cedieron 17,5 por ciento respecto del mismo período del año anterior. El mes de abril exhibió además el poco usual fenómeno, para tiempos de inflación, de una caída en el monto de ventas con respecto al mes anterior (marzo), tanto en centros de compra (shopping centers) como en supermercados. Entre los primeros, la caída de facturación fue del 2,3 por ciento, mientras que en los supermercados la reducción de ventas corrientes fue del 2,8 por ciento.
A contramano de la recuperación anunciada por el Palacio de Hacienda, las cifras oficiales exponen una sostenida merma en el consumo interno. El principal motor de la economía retrocede como consecuencia de la reducción en el poder de compra de los trabajadores y jubilados así como por el aumento en el desempleo. El deterioro laboral impacta de manera directa sobre el sector. En los supermercados relevados por la autoridad estadística, el personal ocupado total en abril retrocedió a 98.826 asalariados, un 3 por ciento menos que un año atrás.
Durante abril la inflación llegó a 3,4 por ciento mensual y en el primer cuatrimestre del año acumuló un incremento de 15,6 por ciento respecto de diciembre. Los aumentos de precios se dispararon un 55,8 por ciento en doce meses. El alza en alimentos y bebidas, por su parte, registró una escalada del 66,2 por ciento aunque en rubros como panadería, lácteos y carnes los aumentos fueron superiores. La magnitud de la inflación junto con la ausencia de mejoras salariales y la destrucción de puestos de trabajo explican el retroceso en las ventas observadas en los supermercados. La facturación total de esas empresas alcanzó a los 49.672 millones de pesos que representa un aumento nominal del 45,6 por ciento. En términos desagregados, los rubros que mostraron los mayores aumentos en los valores facturados fueron Carnes, Panadería, Lácteos y Almacén. En todos los casos la suba fue inferior a la inflación. Esa dinámica expresa una caída en las cantidades vendidas. Tucumán, Santiago del Estero, Corrientes, Tierra del Fuego y Santa Cruz, son las cinco provincias donde los supermercados registraron los menores aumentos en sus niveles de facturación nominal al ubicarse por debajo del 36 por ciento, casi 10 puntos menos que el promedio nacional.
En los shoppings relevados por el Indec la facturación nominal marcó los 7 mil millones de pesos, un aumento de apenas 21,2 por ciento. La cifra que muestra el promedio de los grandes centros de venta oculta las diferencias entre los locales ubicados en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Mientras que los porteños mostraron una suba de 33,1 por ciento en la provincia la facturación apenas aumentó un 12,1 por ciento.
En todos los casos los rubros con menos dinamismo fueron los electrónicos donde la contracción registrada alcanzó al 28,3 por ciento en términos nominales. O sea que, a pesar de los significativos aumentos de precios observados en heladeras, televisores y electrodomésticos, ni siquiera se logró alcanzar los niveles de facturación registrados un año atrás.
Los datos publicados por el Indec revelan el impacto de la crisis financiera y el programa de austeridad pactado con el Fondo Monetario Internacional sobre el mercado interno. La caída en la demanda es acompañada por un marcado retroceso en las principales producciones de la economía. Rubros diversos como lácteos, carnes, equipos de aire acondicionado, televisores y monitores, y celulares, fueron algunos los productos con peor desempeño en el primer cuatrimestre del año, según el informe de Estadísticas de Productos Industriales (EPI) que publicó el lunes el Indec. No se salvó ni el fernet, cuya elaboración se contrajo en promedio de enero a abril un 21,7 por ciento contra igual período del año pasado.
Asimismo, las últimas cifras oficiales muestran que el consumo privado registró en el primer trimestre el retroceso más profundo desde 2009 cuando la economía experimentó los coletazos de la crisis internacional. La apuesta oficial para sostener el consumo durante la campaña electoral, a pesar de la persistencia de elevados niveles de inflación, las altas tasas de interés y el deterioro en las condiciones de laburo, reside en distintos factores. Entre los instrumentos a los que apela el gobierno de Mauricio Macri para mantener vivo el mercado interno figuran la apreciación del tipo de cambio, el aumento anticipado en la AUH, los créditos de Anses, el relanzamiento del Ahora 12 y, en menor medida, los productos incluidos en el listado de precios esenciales.