Un chico de 17 años apareció muerto en un contenedor de basura en el barrio de Villa Soldati. La familia de la víctima sospecha de una disputa vecinal y asegura que el adolescente ya había sido amenazado de muerte. En el peritaje dispuesta por Gendarmería se encontró un casquillo de bala de un revólver con el que se cree que fue asesinado el joven.
Otro crimen volvió a estremecer al barrio porteño de Villa Soldati. A unas pocas cuadras de la villa Los Piletones, donde Bernardo Vera fue asesinado por una patota de punteros vinculados al macrismo el pasado 22 de enero, en los pasajes “F” y “G” del barrio Ramón Carrillo apareció, ayer por la madrugada, el cuerpo de Martín Mansilla en un contenedor de basura. En ese mismo lugar, horas atrás, Mansilla quedó en encontrarse con un amigo y por ello, había salido de su casa a medianoche. “Los dos estaban juntos en esa esquina de los pasajes “G” y “F”, entre la calle Laguna. En un momento de la madrugada, el amigo le comenta a Martín que iba hasta su casa a buscar algo”, indicó Belén Mansilla, hermana de la víctima.
“Cuando volvió al lugar lo vio a mi hermano tirado en el piso. Había mucha sangre y salió corriendo a mi casa para avisarle a mi mamá”, aseguró Belén a un noticiero televisivo. Es decir, en el lapso entre que el amigo de Martín Mansilla caminó hasta su casa y regresó hacia aquel pasaje en el barrio de Soldati, el adolescente resultó asesinado: fuentes de la investigación sospechan que se trató de un crimen planificado ya que se esperó hasta que el chico estuviera sin compañía.
El rasgo llamativo del homicidio sucedió minutos más tarde: en el momento en que el amigo de Martín volvió a correr, esta vez hacia la casa de los Mansilla para avisar de lo sucedido, el cuerpo de Mansilla fue ocultado en un contenedor de basura, a pocos metros donde fuera baleado. A las 5.30 de la mañana, vecinos del barrio alertaron que dentro del contenedor, cubierto en una bolsa de consorcio, se encontraba Martín. “Cuando le avisaron a mi mamá y ella fue, ya había tres gendarmes en el lugar”, explicó la hermana del adolescente asesinado.
El móvil del asesinato aún permanece incierto. Según el testimonio de Belén, la principal sospecha surge de un incidente vecinal que tuvo tiempo atrás el joven con otro residente del barrio de Ramón Carrillo. Además, agregó que ese mismo vecino lo había amenazado, al punto de “asegurarle que le iba a pegar un tiro”, explicó. Por su parte, efectivos de Gendarmería Nacional realizaron un peritaje en el lugar y allí encontraron una vaina de un revólver calibre 32. Los peritos sospechan que Mansilla fue baleado cuando su amigo se fue del lugar y luego, en el momento que el compañero de Martín salió a avisarles a los padres del joven, alguien escondió el cuerpo en el contenedor.
“Ramón Carrillo es tierra de nadie. La Gendarmería no entra al barrio, las autoridades gubernamentales no aparecen y acá suceden todo tipo de crímenes. Lo peor de todo es que tenemos que soportar a la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) decir que en un año bajará considerablemente la inseguridad”, aseguró a PáginaI12 Rosa Ortega, del Centro de Acceso a la Justicia (CAJ) de Villa Soldati.