“Ojalá” es una interjección que, y aquí coincido con el diccionario, “indica vivo deseo de que suceda lo que se ha dicho o lo que se va a decir a continuación”. Por eso ante una nueva marcha contra la violencia hacia travestis y trans yo digo que ojalá….Si el “tiempo de la revolución es ahora” como sentenció Lohana Berkins… ojalá podamos dar forma clara a estas palabras. Ojalá hoy mi revuelta la pueda sostener en el diálogo con las, los, les jóvenes que no tienen mi experiencia, cuya experiencia yo no tengo. Ojalá mi resistir sea no negociando el uso barato del nombre de mis muertas, ojalá podamos combatir el Hetero-Winca-Patriarcado rechazando la seducción de sus banderas partidarias, banderas exitistas, de politiquería medio pelo, banderas de mezquinas ventajas, banderas de consignas robadas. ¡Ojalá! Porque es importante la foto en esta marcha, es importante que seamosmuchas, muches, muchos exigiendo Paren de matarnos. Pero además es importante que esa foto sea incapturable por partidos políticos, movimientos sociales, organismos de Derechos Humanos, por gays, por lesbianas, por hombres y mujeres trans. Es importante continuar siendo No domesticada, no domesticade, no domesticado.
¡Alerta!
Toda estrategia que viene configurada desde la hétero producción debería funcionar como alerta para no caer en la trampa de replicarla sin ánimo crítico. No caer, por ejemplo, en la ingenuidad de pensar que lo otro es lo violento totalizado y que en la nostredad la violencia no existe. Recordemos, por ejemplo, las primeras Marchas del Orgullo que contaron con apoyo claro del Estado: desde adentro del colectivo se había dispuesto un cordón de seguridad que era mucho más temible que la policía misma. Se nos relegaba por masculinidades emplumadas, desprolijas, por no sabernos ajustar a lo militar que toda militancia pre/supone. A falta de un enemigo externo tan presente como antes, aparecía un poder que se volvía contra nosotrxs.
Otra de esas estrategias configuradas desde afuera, es esa mística más extendida tan en las izquierdas pero que toda heterosexualidad emplea en el terreno político: la necrológica. Me resisto a que mis muertxs, amigas y compañeras más distantes, se conviertan en rédito. A mis muertxs lxs honro, las recuerdo, las cito manteniéndolas vivas en la conciencia propia y colectiva pero no son un hecho banal, me duelen y no lxs banalizo. A quienes hacen las cuentas y los discursos, no le duelen nuestras muertes. Y en ese discurso hegemónico, en ese duro proceso de insensibilización por el cual capitalizar a la “victima” nos hacen insensibles frente a nuestrxs muertxs. Miran la marcha y dicen: ¿cuánta gente mueven? ¿con cuántas muertes cuentan? ¿qué poder de movilización poseen? Entonces, vas de candidata trans (claro que en el puesto 10). Esas son sus lógicas y no deberìamos ajustarnos de modo acrítico a ellas. No podemos cosificar aquello vivo que nos acompañó y que dijimos/decimos amar. No podemos movernos en sus términos de éxito, somos minoría en interpelación democrática, exigimos derechos humanos y esto no puede tener lógica caritativa, puede que sea la oferta nunca puede ser lo que aceptemos. ¿Quieren nombres? Hay cientos. No pueden bastardear hasta el hartazgo el nombre de las que tiene más grueso el curriculum porque de ese modo , los nombres de Diana o Lohana terminan favoreciendo el anomimato de todos esos nombres que nosotrxs si sabemos, conocemos y nos duelen. Me preguntaba insistente la Zohe: ¿nuestras amigas no cuentan? Tres eran las muertas recientes hasta ese momento que vivían en el Gondolin.
¿Cómo lograrlo?
Intuyo que con simple creatividad, quizás domando nuestro deseo de ser lo mismo que nos proponen, ser girasol que contra su propia carne y costumbre se niegue a mirar al sol propuesto, esos activismos de politiquería cis en voces trans que se quieren trepar a la ola, esas mezquindades de subir a los escenarios sonoros y bien iluminados buscando posicionarse con discursos vacíos, obvios, copiados, mal actuados, exageradamente lacrimógenos y tremendamente aburridos ¿Nadie nos va a decir te sale mal hacerte la Evita de lxs descamisadxs? Ojalá podamos ver dónde está el sol y que no nos encandilen estos escenarios montados para el lucro político. Esto no implica que no participemos de otros espacios amplios que nos preexisten. Pero, si no vamos a dejar una huella ¿para qué transitamos esos espacios? Es importante que los drones tomen la foto y muestren que lxs que estamos somos quienes logremos ser. Y basta con que mientras más seamos mayor impacto político y comunicacional lograremos. incluso para sumar fuerzas en vistas a próximas ediciones lo importante es qué comunicamos. Muchas personas pidiendo una sola consigna “Paren de Asesinarnos”, ese es el punto de nuestra agenda que importa.