La producción de acero crudo anotó en enero 291.300 toneladas, lo que representa una caída del 6,8 por ciento frente a los valores de diciembre y una merma del 11,6 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. Ese desempeño negativo se verificó a pesar del énfasis que el Gobierno pone en una supuesta reactivación económica y de la obra pública en particular. La fabricación de insumos siderúrgicos está bastante por debajo del año pasado, cuando el nivel de producción del sector quedó cerca de los valores de la crisis de 2001. De todos modos, la cámara que reúne a las empresas del sector es optimista para los próximos meses.
En el caso del hierro primario, la producción en enero fue de 247.600 toneladas, apenas por debajo de las 247.800 toneladas de diciembre y un 16,7 por ciento menos que en enero de 2016 (297.400 toneladas). En el caso del acero, las 291.300 toneladas fueron un 6,8 por ciento inferiores a las 312.600 toneladas del mes anterior y 11,6 por ciento menos que hace un año (329.500 toneladas). Tanto el hierro como el acero se utilizan en la construcción. En enero, el Índice Construya (IC) registró un descenso del 6,9 por ciento en la comparación interanual. Es la segunda peor caída en tres años para el sector, apenas por encima de abril de 2016. El derrape toma incluso otro color porque la comparación se efectúa frente a enero de 2016, cuando la obra pública estaba totalmente frenada en plena transición de Gobierno. En ese momento, la construcción cayó 2,5 frente al mismo mes de 2015. A pesar de esos datos, las empresas de la Cámara del Acero difundieron ayer en su informe que “el sector de la construcción, de la mano de la obra pública, comenzó a activarse con un incremento de pedidos de diferentes productos. En consecuencia, se espera que durante el primer cuatrimestre del presente año las plantas comiencen a dar muestras del mayor número de pedidos, tanto de obras públicas como privadas”.
En enero, la producción total de laminados terminados en caliente fue de 294.400 toneladas, un 5,1 por ciento por debajo de diciembre de 2016 (310.100 toneladas) y 14,1 por ciento menos que en el mismo mes de 2016 (342.700 toneladas). En tanto, los planos laminados en frío terminaron el mes pasado con una producción de 111.700 toneladas, lo que representa una merma mensual del 1,8 por ciento y del 8,6 por ciento interanual.
Los laminados se utilizan en la industria metalmecánica, afectada por la caída de la demanda y el mayor ingreso de importaciones. Según el Indec, el año pasado la actividad metalúrgica cayó 5,9 por ciento, mientras que la producción de autos bajó 8,3 por ciento. Las siderúrgicas, de todos modos, indicaron en el informe publicado ayer que “se prevé que las recientes negociaciones del Gobierno con Brasil, principal destino de las exportaciones del sector, podrían dinamizar las mismas en tanto y en cuanto la economía de nuestro socio comercial comience a mostrar signos de recuperación”. En el caso de la maquinaria agrícola, el instituto de estadísticas calculó que la venta de cosechadoras de fabricación nacional subió 29,5 por ciento mientras que los tractores lo hicieron en un 9,3 por ciento. Se trata del único rubro industrial favorecido indirectamente por la política oficial de mejora de la rentabilidad del sector agropecuario.
“La siderurgia vive hoy una crisis sin precedentes en el mundo, con exceso de oferta internacional, provocado especialmente por el rol de China en la producción y el comercio, y sin expectativas de resolución en el corto plazo. La sobreoferta mundial ronda las 800 millones de toneladas de acero, de las cuales más de 440 millones son aportadas por el gigante asiático. No obstante, China continúa incorporando nuevas usinas productivas, a pesar de poseer un programa de reducción de capacidad a través del cierre de usinas obsoletas”, explica el informe de la Cámara.