La actividad económica retrocedió 1,3 por ciento en abril y en el primer cuatrimestre del año acumuló una baja interanual de 4,6 por ciento, según informó el Indec. Con respecto a los meses anteriores, la caída comenzó a desacelerarse debido a la fuerte recuperación de la producción agropecuaria, la cual mostró un despegue interanual de 40,2 por ciento frente a una base de comparación muy baja provocada por la fuerte sequía que sufrió el campo en 2018. Otro rubro que subió fuerte en la comparación interanual fue pesca (35 por ciento) aunque con una incidencia dentro del indicador de apenas 0,08 por ciento. El resto de los rubros continuaron mostrando fuertes caídas. El peor desempeño correspondió al comercio minorista y mayorista que se contrajo 11,6 por ciento.
Fuentes del Ministerio de Hacienda pusieron el foco en el crecimiento intermensual de 0,8 por ciento, el más alto en seis meses. No es la primera vez que desde el gobierno se muestran esperanzados con una tenue recuperación intermensual de la economía. Sin embargo, el comportamiento de ese indicador aún está lejos de mostrar una tendencia. De hecho, en octubre del año pasado la actividad había crecido 0,9 por ciento, dato que fue celebrado por Hacienda, pero en noviembre, solo un mes después, la economía cayó 1,9 por ciento contra octubre. Después se observó una seguidilla de dos meses en positivo a la que también se aferraron algunos funcionarios, pero febrero mostró un estancamiento intermensual y marzo un rojo de 1,4 por ciento.
Ahora, el 0,8 por ciento de abril se transformó en un nuevo brote verde que hizo renacer, una vez más, las expectativas oficiales. “En abril se retomó la senda de crecimiento que se había iniciado en diciembre pasado, pero que se había visto desviada en marzo por un incremento transitorio de la volatilidad financiera”, destacaron cerca del ministro Nicolás Dujovne.
Desde el Gobierno también marcaron como positiva la desaceleración de la caída registrada en el dato interanual (-1,3 por ciento de abril versus -6,9 por ciento de marzo). “Esto es producto principalmente de la recuperación del sector agropecuario, por efecto de la reversión de la sequía, pero también por menores caídas en los sectores de la industria y de la construcción que habían sido muy afectadas por la volatilidad financiera del mes anterior (marzo)”, sostuvieron las fuentes oficiales.
En el caso del agro la recuperación es fuerte, pero no marca un despegue de la actividad sino, como el gobierno reconoce, solo la reversión del efecto de la sequía. De hecho, si se compara con abril de 2017 el campo muestra casi el mismo nivel de actividad que entonces. En el caso de la construcción y la industria, el indicador no muestra ninguna cifra que permita apuntalar algún tipo de optimismo. La construcción cayó 4,5 por ciento y la industria manufacturera nada menos que 8,5 por ciento. Si se observa la evolución de esos dos sectores durante los últimos tres años, la conclusión es la misma. El informe toma como base 100 el año 2004. Con respecto a esa cifra, la industria se había ubicado en abril de 2016 en 129,5 puntos porcentuales y en abril de este año en 119,6. Construcción, por su parte, en abril de 2016 mostraba 126 puntos porcentuales con la inmensa mayoría de la obra pública frenada luego del cambio de gobierno por el impacto de la devaluación y una serie de auditorías impulsadas por Macri, mientras que en el mismo mes de este año subió apenas a 143,4 puntos.