Un rostro humano que yace inerte sobre una bandeja quirúrgica de una clínica en Ohio, minutos después de ser extraído de su donante; prontísimo a ser trasplantado a una joven de 21 años, la más joven en recibir tan minucioso procedimiento. Una mujer brasilera que abraza a su hijo adoptivo, nacido con microcefalia a causa del virus del zika. Un hombre en remisión que muestra las secuelas físicas que le dejó una enfermedad que jamás creyó podía afectar a un tipo: el cáncer de mama... Apenas algunas de las potentes fotografías que han resultado finalistas del Wellcome Photography Prize 2019, concurso anual que premia las mejores imágenes de ciencia y salud del globo en 4 categorías: Brotes, Medicina en Foco, Mundos ocultos y Perspectivas sociales. “El nivel de participación de este año ha sido fenomenal. Estamos encantados con cada foto que hemos recibido, porque todas y cada una cuentan una historia única y poderosa, y nos acercan a temas verdaderamente complejos”, dice Jeremy Farrar, presidente de un jurado que anunciará sus ganadores en los próximos días, y mostrará la selección destacada en la galería Lethaby, en Londres, del 4 al 13 de julio. Donde podrá verse de todo: el retrato de una mujer francesa de 80 y pico que, evidentemente encariñada, acuna como si de un bebé se tratase a Zora, robot controlado remotamente por una enfermera. La primera asistente sexual de Italia compartiendo cama con una paciente, una mujer semidesnuda con discapacidad a la que ayuda a explorar prácticas íntimas. Cómo un cadáver es tratado por un joven de Medellín que aprende ciencias forenses y embalsamamiento, amén de descubrir la identidad de cuerpos desconocidos o cubrir sus cicatrices antes de que sean devueltos a sus familiares. A un muchacho de Zambia, África, usando su bicicleta/ambulancia para trasladar a un chico con malaria a un hospital cercano. Cómo un hombre despierto increíblemente atraviesa una operación a corazón abierto con total conciencia, su cuerpo adormecido con una epidural en el cuello. Un laboratorio de simulación de partos en una escuela de matronas de Liberia, equipado con maniquíes ciertamente inquietantes. En fin, de todo, como en botica.
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