Mauricio Macri logró una síntesis notable entre realidad y marketing electoral. La realidad muestra recesión, inflación, cierre de 50 pymes por día, caída del salario real y un país mediano que se empequeñece todos los días a medida que crece su deuda externa, el verdadero nudo de la diplomacia cambiemita. El marketing quiere indicar que volvimos al mundo de la mano de los más elegantes. Todos los argentinos se van a vestir como el presidente francés Emanuel Macron. Cómo será éso, vaya uno a saber. Y vaya uno a saber qué se firmó en realidad entre el Mercosur y la Unión Europea
, porque según pudo verificar Página/12 no fueron consultados ni los industriales ni los sindicalistas, y menos todavía la oposición
. El arreglo que hizo llorar de emoción al ministro de Relaciones Exteriores Jorge Faurie parece aire, o sea marketing. Pero si algún día fuera sólido la Argentina conseguiría parecerse a la del siglo XIX. Cueros a cambio de chucherías importadas. Lana a cambio de ponchos Made in England. Y todo en un país más poblado que aquellas pampas descriptas por el británico William MacCann en su libro “Viaje a caballo por las provincias argentinas”, editado en 1853.
Tanto el Proyecto Aire como el Proyecto Adiós a la Industria Propia son compartidos por los gobiernos de la Argentina y Brasil. Jair Bolsonaro coincide con Macri en la propuesta de fondo: abrir el país más todavía a los capitales internacionalizados y que los amigos y parientes se asocien a ellos como operadores domésticos. Si una parte de la población queda relegada a vivir en guetos, algo habrá hecho. Bolsonaro no tiene elecciones a la vista porque empezó el 1° de enero pero le calza como un guante un fenómeno distractivo. Con el título de “Lo peor ya pasó”, el diario conservador O Estado de Sao Paulo citó a “integrantes de inteligencia del gobierno” según los que ya se habría agotado el arsenal disponible por la web The Intercept sobre el armado de una causa falsa contra Lula por parte del entonces juez y hoy ministro Sergio Moro. Medios que participaron del golpe contra Dilma Rousseff como la revista Veja confirmaron que eran reales los diálogos entre Moro y el fiscal Deltan Dallagnol transcriptos por el periodista norteamericano Glenn Greeenwald. El escándalo crece.
“En el proceso general de la sociedad se notan cuatro estados que el hombre atraviesa sucesivamente”, escribió 166 años antes de Greenwald otro cronista extranjero, MacCann. “El de la caza, la vida pastoril, la agricultura y por último el comercio.” Y anotó tras cabalgar dos mil millas: “Los hispanoamericanos de esta región se encuentran en el segundo estadio, porque si bien el comercio del Río de la Plata es muy considerable, se halla dirigido exclusivamente por extranjeros”.
Macri tiene razón. La Argentina está volviendo al mundo. Al de 1853.