La capitana del barco Sea Watch 3, está dispuesta a asumir las consecuencias legales de haber entrado sin autorización en aguas territoriales italianas. Carola Rackete afirmó que solo desea poder desembarcar cuanto antes a cuarenta migrantes que rescató y siguen a bordo.

“Estoy segura de que la justicia italiana reconocerá que la ley del mar y los derechos de las personas están por encima de la seguridad y el derecho de Italia a sus aguas territoriales”, señaló la capitana en una conferencia de prensa por Skype desde el barco. La alemana Rackete, de 31 años, dijo que aún no había recibido ninguna notificación sobre la apertura de una investigación por ayudar a la inmigración clandestina, después de que se informara de que la fiscalía de la ciudad siciliana de Agrigento había abierto una causa.

La portavoz de la ONG Sea Watch Italia, Giorgia Linardi, escribió en Twitter que “tomamos nota de la inscripción de nuestra capitana en el registro de investigados” por favorecer la inmigración ilegal, aunque confirmó que no había llegado notificación a bordo. “Afrontaré todo con el apoyo de nuestros abogados. Ahora solo quiero que las personas puedan bajar a tierra”, agregó la capitana.

El barco humanitario entró en aguas italianas hace 48 horas y espera anclado cerca del puerto de Lampedusa, la pequeña isla del sur italiano y el punto de Europa más cercano a Africa. El gobierno italiano todavía no autoriza el desembarco de los rescatados el pasado 12 de junio y la situación a bordo se agrava día a día. “En esos momentos, la situación es increíblemente tensa y se está agravando cada vez más”, aseguró la capitana, que habló del mal estado físico y psicológico de los migrantes. Sólo dos de los refugiados pudieron desembarcar, un joven de 21 años aquejado de fuertes dolores abdominales y su hermanito de 11 años que le acompañaba.

“No podemos decir a los refugiados qué va a ser de ellos, adonde van a ir y eso añade mucha tensión psicológica. Hay mucha gente con estrés postraumático, gente con historial de suicidios, gente que amenaza con tirarse por la borda”, afirmó la capitana.

Preguntada sobre su opinión acerca de los comentarios del ministro del Interior, Matteo Salvini, que se niega a autorizar el desembarco de los migrantes y ha dicho cosas como que “Italia necesita turistas y no clandestinos”, Rackete señaló: “hace mucho que no leo sus comentarios”.

“Tengo a bordo cuarenta personas, más veinte tripulantes, sesenta personas de las que encargarme. Estoy ocupada todo el tiempo, día y noche. Que Salvini se ponga a la cola”, dijo en la conferencia de prensa.

La capitana describió una difícil situación en el barco: “toda la tripulación está involucrada en ocuparse de los rescatados, hacemos turnos durante las 24 horas, les damos comida tres veces al día, pero ducharse o lavarse es muy difícil porque no tenemos bastante agua a bordo”, señaló.

“Tenemos tres retretes químicos y duermen en cubierta sobre mantas. Hacemos muchas consultas médicas, y también les organizamos actividades, como jugar a las cartas, algo de música, talleres de idiomas, para soportar esta horrible espera que está poniendo nerviosos a todos”, añadió.

El ministerio de Relaciones Exteriores italiano informó que cinco países están dispuestos a recibir a los migrantes: Francia, Alemania, Luxemburgo, Portugal y Finlandia. Salvini se niega a autorizar el desembarco de los rescatados mientras no obtenga un acuerdo con otros países europeos para acogerlos, algo que podría llegar pronto, según dijo ayer el primer ministro Giuseppe Conte, desde Osaka.