Deudólar; Deudeuro; Perjudicataria de la Resignación Universal de Deuda por Bisnieto; Hermane en deuda; Prosélites de la Orden de los carmelitos, juancitas, pedrites y demás nombres descalzos; Desabridas y descuidades por el Estado Meritocrático: A todos ustedas les quiero interpelar.
Compañeros, camaradas y cosufrientes de este infortunio maurificial no accidentalmente logrado pero igualmente dañino: ¿No os, as y es parece, que a pocas semanas de meter el voto en la urna (dicho esto sin la menor intención erótica ni doble sentida), ha llegado la hora, el minuto, el nanosegundo de que las argentinos nos preguntemos qué país queremos, y que esa pregunta se refiera al modelo político-económico que recorra a nuestro territorio nacional, y no a, por ejemplo, que unos digan Suiza, otres EE.UU., otris Cuba, algunes China, y algotres, Nueva Zelandia (país que muchas veces no figura en los mapas, por erratas de edición)?
No puedo dejar de hacer esta pregunta, porque me parece, codeudores, que si no actuamos a tiempo, las ratas se harán cargo de administrar nuestro capital intelectual, como ya están intentando hacerlo en varias escuelas primarias de nuestra orgullosa urbe capitalina.
¡Ojo al piojo! (o mejor ¡ojo a la rata!): los roedores empiezan por la escuela, siguen por la universidad, y terminarán adueñándose de nuestros centros de investigación, aprovechando el descuido que nuestro Mejor Equipo Contrario les brinda con total dedicación y plena pericia, que ¡A la hora del distrato en el distrito, nadie supera en pericia negativa a nuestros neoliberales!
Reconozco, querida deudócrata, que no es este el único tema del que debemos ocuparnos lis argentinus. Quizás creímos, como nos proclamaron en 1983, que “con democracia se come, se educa y se cura”, y no nos alcanzaron estos 36 años acaecidos desde entonces, para entender que “es condición necesaria, pero no suficiente”, y que, a veces, cuando se dice “El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”, en verdad lo que se está diciendo es “El pueblo no gobierna ni delibera”.
A buen psicoanalista, pocas palabras bastan, y si de algo sabemos los argentinos, es de Freud. Cuando él dijo “El inconsciente nos gobierna” o “Lo reprimido, vuelve”, cualquier compatriota presente en la charla hubiera asentido con la cabeza y susurrado a su eventual acompañante “Esto yo ya lo sé” sin obtener respuesta alguna, ya que es probable que su eventual acompañante fuera húngaro o checo y no dominara la lengua de Cervantes (¡fah, hoy me desperté metafórico!).
Digamos entonces que sí, mejor hablemos de política, debatamos ideas, pensemos, discutamos con respeto, hagamos todas esas cosas que siempre decimos pero jamás de los jamases ponemos en juego: discutir ideas, prioridades en serio, y todo eso.
Quien esto escribe intentó el pasado domingo una pequeña encuesta tuitera: “Me picó la curiosidad ¿por quién vas a votar?” desde mi cuenta @humoristarudy, dando dos días de plazo, y cuatro opciones: Uno:“Fernández-Fernandez”, Dos:“Lavagna –Urtubey”, Tres:“Macri-PIchetto” y cuatro:“otros” (Twiter no me daba más de 4 opciones, pido disculpas al resto de las listas)
Todo empezó como habitualmente. Lentamente, de a uno, iban computándose votos, mayoritariamente para la opción 1 (FF). Suelo hacer encuestas en las que 50-100 personas participan, amablemente, y a veces opinan (Twiter los deja dar una respuesta).
El lunes me desperté y para mi sorpresa había 8000, sí, ocho mil votos de golpe, casi todos para el Sumo Maurífice (no hay mucho oficialismo entre mis seguidores, debo decirlo) y unas 100 respuestas-opiniones, casi todas agresivas respecto del resultado, “Kukas, No vuelven más”; “Prefiero morirme de hambre antes de que vuelvan”, “¡Tomen, tomen, chorros!”, “¡Basta de encuestas K!” o insultos hacia mi pertenencia política (no especificada en la encuesta), hacia los tatarabuelos y los tataranietos de los votantes de la actual oposición y las sucesivas generaciones intermedias. Señalaban además la “necesidad de votar al oficialismo en lista completa, para poder meterla presa”. Algune entre lágrimas, lamentabe que el Sumo Maurífice optó por “un vice peronista” (Sí, ese, el que usted está pensando).
Decidí dar por finalizada la encuesta, cumpliendo la profecía autocumplida: me decían que “iba a pensar que estaba trolleada y la iba a cortar”. En realidad no lo hice por ese motivo, sino por lo agresivo de las respuestas, y la imposibilidad de debatir, discutir con argumentos, frente a quienes proclamaban que “No querían que fuéramos Venezuela” (quizás la Argentina de hoy se parece a su pesadillesca imaginaria de Venezuela). “Ganamos porque la gente piensa” (esto no eran las PASO, ni nada, solo un intento de satisfacer mi curiosidad personal) y todo tipo de delirios mauriscientes, patrifactorios y garquicéfalos.
Sólo faltó, nobleza obliga, hemos de decirlo que alguien diga “La fórmula Fernández-Fernández no cumple con el “cupo de gorilas” en sus listas”. No lo dijeron, pero estuvieron cerca.
Como no quería quedarme con las ganas de debatir, tomé una de las absurdeces: “Prefiero morirme (en verdad usaban un verbo más defectario) de hambre, antes de que vuelvan”.
Quizás un ser superior, o uno que se crea superior, les cumpla el deseo, antes de octubre (o sea “antes de que vuelvan”), pero no es nuestro deseo que esto ocurra, porque no queremos que se muera nadie, ni de hambre ni de nada que pueda ser evitado. Pero el Sumo Maurífice los escucha y complace, porque son su electorado, así que mejor deseen otra cosa ¡Miren si se les da!
Uno que se jacta de tener un mínimo de lectura, por menor que sea, no les cree. Me parece que la primer persona del singular, es aquí segunda o tercera del plural, y que en verdad quieren decir “prefiero que “se mueran”, los otres… aunque lo digan en primera del singular. Por alguna extraña ironía imaginaria del destino, se sienten exentes. Creen que no les puede pasar.
Mientras lo sigan creyendo, en lugar del “debate”, vamos a tener a “el de bate” enarbolándolo, para pegarnos donde duela
Hasta la que viene, siempre
@humoristarudy