La polémica por el nuevo aumento del boleto de colectivos en Rosario, a 27,50 pesos, puso al descubierto lo poco sustentable que es no sólo el servicio sino también la decisión política que puso únicamente en manos de la intendenta Mónica Fein, la resolución final del tema sin debate alguno. A tal punto que obligó al futuro intendente Pablo Javkin a la promesa de devolver esas facultades al Concejo una vez que asuma en el Palacio de los Leones. Esas facultades pudieron trasladarse de Córdoba y 1 de Mayo a Buenos Aires y Santa Fe con el acuerdo del Frente Progresista y los concejales del PRO. Un entente que cambiará a partir de diciembre cuando el interbloque peronista sienta que además tendrá respaldo del poder provincial.

La quita de subsidios nacionales al TUP impactó de lleno en el transporte local y dejó a mitad de camino la renovación que planteaba la nueva licitación del sistema completo. Pero también dejó en evidencia que la provincia casi no invertía en el Fondo Compensador para sostener el mayor y más complejo servicio que es el que se cumple en esta ciudad. Recién hace poco tiempo que esa inyección fresca de dinero llega a los 54 millones de pesos mensuales que pone la Casa Gris.

En medio del debate, Javkin dejó en claro que en el futuro cercano la cuestión dependerá también del gobernador electo Omar Perotti que lanzó una promesa de campaña que nadie olvidará: El boleto educativo gratuito que implica que alumnos y docentes no pagarán el transporte, tal como sucede en Córdoba desde hace ocho años. El reemplazo de esos ingresos al sistema será un problema que deberá solucionar el próximo gobernador que por ahora trata de calmar los ánimos alrededor de una transición demasiado larga y en la que el principal desvelo es encontrar a los hombres y mujeres que sean capaces de formar un equipo sólido de gobierno para administrar esta enorme y compleja provincia.

Javkin devolvería al Concejo la decisión sobre el transporte.

Pero estas cuestiones demuestran claramente algo que expone constantemente el concejal peronista Eduardo Toniolli: La decisión del costo del boleto de pasajeros es absolutamente política, la matemática sólo determina los costos generales del sistema. Cuánto ponen los distintos niveles del Estado y cuánto los usuarios, es una decisión de gobierno. Y la reciente decisión de Fein implicará un costo de al menos 4.500 pesos por mes sólo en transporte en Rosario para una familia tipo.

El sistema de transporte hace sus ajustes lesionando la prestación. La forma más directa de ahorrar cubiertas, combustibles y otros gastos, es sacar unidades de servicio resintiendo la frecuencia del mismo. Por eso una cosa es el funcionamiento de 8 a 20 en el área central y otra muy distinta es la prestación en los barrios y en la franja nocturna. La cuenta no es tan difícil sabiendo que en los años '90 la ciudad tenía casi 900 unidades que la recorrían diariamente y hoy cuenta con apenas 600 a pesar del crecimiento demográfico y la extensión de los recorridos urbanos por la proliferación de nuevas barriadas.

En los acuerdos con el Ejecutivo y los concejales del oficialismo, ahora en el PRO se dan cuenta de la nula participación que tienen en el asunto. La concejala Renata Ghilotti que integra el Ente de la Movilidad, confesó que se enteró por los diarios que se venía un nuevo aumento del transporte y de que había un nuevo estudio de costos que nunca conoció  pesar de integrar ese ente específico.

El estudio de costos del TUP que acaba de aprobar la Municipalidad de Rosario, señala que entre abril del 2018 y el mismo mes del 2019, se cortaron 107 millones de boletos (hasta ahora el número más bajo en 40 años había sido el del 2002, con 125 millones de boletos vendidos). Si tenemos en cuenta que en 2015 se cortaron 139 millones, estamos frente a una caída de 25% de usuarios en 3 años. Según publicó el Observatorio Social del Transporte. La pérdida del poder adquisitivo del salario de los trabajadores y la pérdida de calidad en la prestación del servicio son dos de los factores que influyen en la caída de usuarios. El tercer factor son los aumentos sistemáticos de la tarifa: un 378% desde noviembre 2015 a la fecha. Si entonces se podían comprar 972 boletos con un salario mínimo, hoy solo 424 boletos. Señala el mismo informe.

Además de confiar en que un cambio de signo político en la nación a partir de las próximas elecciones, le devuelva a la ciudad los subsidios que tenía; es claro que Rosario no puede sostener por si sola su transporte público. Al igual de lo que pasa con la salud pública que cada vez recibe más y más aportes provinciales para poder sostenerse, lo mismo deberá pasar para el desarrollo futuro de este servicio.

Todos los que conocen y administran o administraron esta ciudad saben que Rosario debería contar con por lo menos el doble del presupuesto que actualmente tiene que pasa los 24 mil millones de pesos. Del cual destina un 57%  a la inversión social. El misterio pasa por ver cómo engordan esas partidas propias o por el contrario será inevitable la creciente participación de los aportes provinciales. Un tema que fue complejo en su momento aún con administración del mismo color político, con lo que después de 12 años también habrá que ver cómo se reformula esa relación entre el poder central en Santa Fe y las necesidades de la ciudad más grande de esta provincia.