El Gobierno español anunció ayer que se quejará ante el Vaticano por las declaraciones de su embajador en España, Renzo Fratini. El nuncio había afirmado que el gobierno de Pedro Sánchez había resucitado al dictador Francisco Franco con su decisión de exhumarlo del Valle de los Caídos.
“Estas declaraciones no me han extrañado, ya he tenido alguna conversación difícil con el nuncio. Va a tener una respuesta contundente por parte del Estado español”, sentenció la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo. “El Estado Vaticano va a recibir una queja formal por parte del Estado español por una injerencia de esta naturaleza, en las formas en las que se ha producido, en los contenidos, absolutamente impropios de una legación diplomática”, agregó. La número dos del Ejecutivo español rechazó las palabras de Fratini al calificarlas como improcedentes e inaceptables. “Mucho más en un asunto como este que los afecta directamente dado que los restos de Franco están en una basílica”, afirmó.
Preguntada por las dudas sobre que finalmente los restos de Franco salgan del Valle de los Caídos, la vicepresidenta señaló que hay que mantenerse a la expectativa de lo que ordene el Tribunal Supremo, al tiempo que acentuó lo que quiere Gobierno es ejecutar una ley, que no ha tenido ningún voto en contra. “No estamos delante de ninguna circunstancia que no sea lo que corresponda a una sociedad democrática. Después de 40 años de democracia, el dictador no puede estar en un lugar público, donde le puedan rendir honores”, insistió Calvo, citada por Público.es.
Renzo Fratini, quien con 75 años dejará hoy su cargo tras una década como representante del Vaticano en España, había criticado con dureza al gobierno socialista por su decisión de exhumar a Franco, una medida que da cumplimiento a la ley de Memoria Histórica del país. “Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor”, dijo el nuncio, en una entrevista con la agencia Europa Press publicada el domingo. “La mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil”, agregó. “Detrás de este proyecto del gobierno socialista subyacen motivos sobre todo políticos e ideológicos. Está detrás una ideología de algunos que quieren de nuevo dividir a España”, disparó, para luego añadir que si lo que se pretendía era que la figura de Franco dejara de estar enaltecida, se ha conseguido lo contrario. “Se ha enaltecido mucho más después de que se anunciara esto porque las visitas han aumentado, el problema ha regresado, mucha gente no sabía dónde estaba el Valle de los Caídos”, afirmó el religioso, al tiempo que indicó que el Vaticano no se opone al traslado pero que, dijo, hay que respetar el derecho de la familia.
El Vaticano, que tiene autoridad en la basílica, no se opone a la exhumación pero hasta el momento se ha mantenido a distancia de este tema por ser altamente sensible en España. “Fratini no tiene que entrar en los asuntos internos de un Estado y mucho menos en un tema tan importante como es la exhumación y el traslado de los restos del dictador”, subrayó Calvo en declaraciones a la radio Cadena Ser. “El nuncio se ha manifestado en contra de una ley”, destacó la vicepresidenta española, quien espera, según afirmó, que ahora el Vaticano ponga las cosas en su sitio. La vicepresidenta destacó ayer, además, que el Gobierno tiene la intención de revisar la fiscalidad de la Iglesia en España. Según dijo, ya se ha enviado la propuesta a la Conferencia Episcopal su propuesta y que ya hay dos personas del Ejecutivo asignadas para sentarse para tratar el tema. “La Iglesia tiene que pagar impuestos como lo hace en Francia o Italia porque es justicia social. Ellos lo saben, por eso me resulta todavía más incomprensible la entrevista que ha dejado el embajador del Vaticano en España”, concluyó.
Desde su muerte en 1975, Franco se encuentra enterrado en una cripta en la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, un templo católico controlado por monjes benedictinos que forma parte de un monumento al fascismo construido por orden del propio dictador, quien yace allí junto a los cuerpos de miles de sus víctimas.
El abad del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, fue uno de los principales aliados de la familia Franco –en especial, de los nietos del dictador– en su estrategia obstruccionista. Cantera, incluso ha llegado a disputar el control de las llaves de acceso al recinto al propio Estado español. Por estas actitudes el gobierno de Pedro Sánchez intercedió ante el Vaticano para que se comprometiera en no obstaculizar la exhumación, recordó la vicepresidenta.
El gobierno socialista intenta sin éxito desde hace un año retirar los restos del dictador de la monumental basílica en las afueras de la capital española para enterrarlo en un lugar más discreto: el cementerio de El Pardo (Madrid), donde ya yace su esposa. El asunto se ha convertido en un pulso judicial entre el ejecutivo y los descendientes del dictador que dirigió España entre 1939 y 1975 tras ganar la guerra civil ocasionada por el golpe de Estado militar de 1936.