Sumadas la etapa original de Manal -la de los dos primeros discos, La bomba y El león- más la reunión de 1980, que determinó el dispar Reunión, y los cruces que tuvieron en La Pesada, Javier Martínez y Alejandro Medina no compartieron más seis años de música en sus vidas. Los suficientes, claro, para que ambos construyan la pared rítmica que, junto a la impresionante técnica de Claudio Gabis, diera lugar a gemas imborrables del acervo musical argentino: “Una casa con diez pinos”, “No hay tiempo de más”, “No pibe” o “Todo el día me pregunto”, por nombrar una que compusieron los tres. Martínez no olvida, por supuesto. Tampoco soslaya expresarse sobre los momentos difíciles que atravesó el bajista, luego de un complejo trasplante hepático. “Obviamente que estuve con él, está todo bárbaro con Alejandro, me puse a disposición para cualquier cosa que necesitara. Por suerte, el Negro salió adelante… Es un gran artista, un tipo que compone, que canta, que arriba del escenario tiene un show impecable. Eso sí, que se cuide con la bebida y con la comida, porque ya no tiene 20 años”, se expide Martínez, sobre su viejo compañero de ruta.
-¿Qué reminiscencias hay de Manal en tu nuevo disco?
-Un tema que compuse pensando en el nombre. Yo pensé que manal era una palabra que había inventado yo, pero no: es el nombre de una herramienta de labranza que había en el norte de España, en la Edad Media. Acá hay un sincronismo y una coincidencia significativa relacionada con el origen de mi familia. Entonces, para el disco que va a salir escribí una canción que se llama “La historia del manal”, en honor a ese palo con un tiento en la punta, y otro palito más corto que se usaba para golpear las espigas, y hacer saltar el grano en la cosecha de trigo. Está en el diccionario enciclopédico Espasa Calpe... Qué dato jugoso, ¿no? (risas).
-¿Qué música le pusiste?
-Una estructura de rock and roll clásico.
-A propósito, ¿qué tratamiento musical pensaste para las versiones nuevas que vas hacer sobre los temas de Manal?
-Voy a respetar las formas, porque la mayoría de esas canciones las compuse en letra y música yo, pero tienen los arreglos que metieron Gabis y Medina, que son unos arregladores absolutamente geniales. Eso lo voy a respetar totalmente, y ya estoy haciendo algunas de esas cosas en vivo con mi power trío, que completan Maxi Delli Carpini en guitarra y Charlie Miranda en bajo. Con ellos no modificamos la estructura de los temas, solo el sonido. Le pusimos una impronta del siglo XXI. Para algunos temas, incluso, tengo pensado agregar algún bronce, toques de tango a través de algún bandoneonista. Algo de eso seguro va a haber.