El Vaticano autorizó la apertura de dos tumbas que se encuentran en un pequeño cementerio interno en busca del cuerpo de Emanuela Orlandi, una adolescente desaparecida hace 36 años en el corazón de Roma. La desaparición de Orlandi, hija de un funcionario del Vaticano, ocurrió en 1983 y se ha convertido desde entonces en uno de los misterios más grandes de las últimas décadas. El caso, que tuvo repercusión internacional, suscitó una cadena de teorías que involucraron a la mafia, a las finanzas y al Vaticano.
Según informó el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisott, la excavación en el "Cementerio teutónico", cerca de la residencia del papa Francisco y de la basílica de San Pedro, será realizada el 11 de julio y contará con la presencia de los abogados de la familia Orlandi y de representantes de las personas enterradas. Luego de apertura, se analizarán los restos exhumados para obtener el ADN.
La decisión de la justicia vaticana, según Gisott, llegó tras "una fase de investigaciones" en la que el fiscal del vaticano, Gian Piero Milano, buscó "reconstruir las etapas de este largo, doloroso y complejo caso". Como las autoridades investigadoras del Vaticano no tienen jurisdicción para indagar la desaparición de Orlandi, el objetivo de esta iniciativa está centrado solo en verificar la posible sepultura del cuerpo de la joven en territorio Vaticano.
El pedido de la excavación fue impulsado por la familia en 2018, luego de que su abogada, Laura Sgrò, recibiera una carta anónima con una foto de una tumba acompañada por la frase "Busque donde indica el ángel". Según se supo luego de una serie de investigaciones, en el cementerio teutónico del Vaticano hay un ángel como el de la fotografía de la carta, tallado en mármol y con la inscripción "Descanse en paz".
A finales de octubre del año pasado, la desaparición de Orlandi había vuelto al centro de los medios italianos luego del hallazgo de restos humanos --que podrían pertenecer a la joven desaparecida-- por parte de un grupo de trabajadores que realizaban obras en la nunciatura del Vaticano. Se encontraron una mandíbula, varios dientes, un fémur, algunos fragmentos de cráneo y varias costillas. Sin embargo, tres meses después del hallazgo llegaron los resultados de ADN que confirmaron que se trataba de una falsa alarma: los huesos hallados pertenecían a dos hombres que vivieron entre los años 90 y 230.
Emanuela Orlandi fue vista por última vez el el 22 de junio de 1983, cuando tenía 15 año, en el momento en que salía de una clase de música en el centro de Roma. La joven era hija de un funcionario del Vaticano y residía dentro de las murallas de la ciudad papal. El caso, desde entonces, se ha convertido en uno de los misterios más grandes de las últimas décadas y alcanzó repercusión internacional luego de ser relacionado con una serie teorías que involucraban a la mafia, las finanzas y el Vaticano.
Hay teorías que apuntan --algunas a favor, otras en contra-- al mafioso italiano Enrico De Pedis. Luego de ser asesinado en 1990, el hombre habría sido enterrado en el interior de la basílica de San Apollinare, propiedad del Vaticano, como una devolución de favores por haber frenado los ataques de la mafia en contra del Vaticano, incluyendo el secuestro y asesinato de Emanuela. Otra teoría sostiene que De Pedis es el secuestrador: según declaró la hermana de Emanuela, la imagen del croquis que hizo la policía 24 horas después del secuestro --a partir del testimonio de un vigilador del Senado italiano-- era prácticamente una réplica del rostro de De (el secuestro habría sido una venganza de la mafia en contra del Vaticano por haber perdido varios millones en la caída fraudulenta del Banco Ambrosiano, en 1982, del cual el Vaticano era un accionista clave) . En 2008, una ex amante del mafioso declaró que De Pedis había asesinado a Emanuela por orden de Paul Marcinkus, ex director del Banco Vaticano y protagonista principal del escándalo del Banco Ambrosiano. Ese testimonio reabrió la causa, que había sido archivada en 1997 por falta de pruebas.
También hubo teorías que vinculaban la desaparición con el intento de asesinato de Juan Pablo II, ya que la familia de Emanuela habría recibido varias llamadas anónimas de personas ofreciendo canjear a la niña secuestrada por Ali Agca, preso por haber disparado contra Juan Pablo II en Plaza San Pedro en 1981.
A partir de las revelaciones de los Vatileaks, en 2012, hay teorías que implican al Vaticano. En una carta reservada que se filtró, Giampiero Gloder --uno de los sacerdotes que ayudaban al papa a redactar sus textos-- aconsejaba al pontífice no mencionar a Emanuela para no darles aliento a quienes acusan al Vaticano de ocultar información sobre el caso. Semanas más tarde, el sacerdote Gabriel Amorth, jefe de exorcistas del Vaticano y uno de los investigadores del caso Orlandi, declaró que Emanuela había sido convertida en una esclava sexual, usada en varias orgías en el Vaticano y luego asesinada.
Qué pasó con Emanuela y quiénes son los responsables de su desaparición, sigue siendo un misterio.