El frente Juntos por el Cambio tendrá su primer encuentro nacional que funcionará como largada de la campaña nacional (que empezó, en verdad, hace rato). El cónclave se hará el próximo miércoles 10 de julio en Parque Norte y estarán los candidatos y los jefes de campaña de todo el país. Contará con la presencia del presidente Mauricio Macri y su compañero de fórmula, Miguel Angel Pichetto. Ambos serán los encargados de cerrar el encuentro, en el que se darán a conocer las líneas de la campaña y se trabajará en la organización en cada distrito.
El encuentro será el primero de todo el espacio junto a Pichetto. Y probablemente sea una de las pocas veces en las que se vea a todos los candidatos a diputados y senadores juntos en la campaña de 2019. Del cónclave participarán también la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quienes van por sus respectivas reelecciones.
El encuentro se terminó de delinear en reuniones de esta semana en la Rosada entre el jefe de Gabinete, Marcos Peña -recién llegado de su viaje por China-, el presidente del PRO, Humberto Schiavoni, y el secretario general del partido, Francisco Quintana. La idea del encuentro, según comentaron autoridades del PRO a PáginaI12, es "fijar los lineamientos de campaña y la organización en cada distrito, con criterios unificados". De las reuniones también participó Macri por momentos y se vio entrar al consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba.
También funcionará como una suerte de señal de largada para la campaña oficialista, propiamente dicha. El encuentro tiene algunas novedades: como es obvio, será la primera intervención en ese espacio de Pichetto, que hasta hace poco revistaba en el peronismo. Pero también es llamativo que esté previsto un cierre a cargo de Macri, a quien suelen preservar de esos cónclaves partidarios.
Todas las conversaciones serán cerradas a la prensa, aunque habrá espacios especiales en Parque Norte donde hablarán con los periodistas. Además de los candidatos, estarán los presidentes de todos los partidos que conforman la alianza y también los jefes de campaña de todo el país. Habrá, por supuesto, foto de familia con todos.
Entre los objetivos del encuentro está inculcar a cada sector las líneas discursivas de la campaña (democracia versus autoritarismo populista), que estará dividida en tres frentes: medios de comunicación tradicionales, redes sociales y Whatsapp. Este último servicio de mensajería dio señales de que buscará impedir los envios masivos de mensajes, que es justamente la estrategia que Peña dejó entrever que tendrá el oficialismo. Hay antecedentes: en Brasil, en las últimas elecciones, los partidarios de Jair Bolsonaro volcaron millones a enviar mensajes por Whastapp, muchos de los cuales fueron parte de una campaña sucia. Ahora la empresa, de la que es dueña Facebook, amenaza con iniciar acciones legales contra los call centers que hagan un uso inapropiado de la mensajería.
Como otras veces, la campaña macrista usará un mecanismo de microtargeting, con mensajes segmentados según el grupo (uno para las Fuerzas Armadas, otro para las militantes del aborto legal, otro para los empresarios rurales, y así). También se volverá a ver una fuerte reiteración de los tópicos de la pesada herencia ante la situación económica (ayer el ministro de Seguridad y candidato a diputado bonaerense, Cristian Ritondo, aseguró que "si quieren discutir la economía, discutamos de la provincia quebrada que dejaron") y de la idea de no volver al pasado.