Rami Malek reveló cuál fue la única condición que puso para encarnar al villano de la próxima película de James Bond: que su personaje no fuera un terrorista de lengua árabe, o un criminal que utiliza la religión como justificativo para sus acciones. “Es un gran personaje, y estoy muy entusiasmado”, dijo el actor de origen egipcio al diario británico The Mirror . “Pero hubo una cosa en particular que discutí con el director Carey Fukunaga. Le dije: ’No puedo identificarlo con cualquier acto de terrorismo que refleje una ideología o una religión. No es algo que quiera representar en una pieza de entretenimiento, con lo que si esa es tu idea podés descartarme’. Claramente, esa no era su visión: es una clase muy diferente de terrorista”.
El actor, que viene de marcar records de taquilla y ganar un Oscar por su interpretación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, señaló que su herencia étnica y su conciencia sobre un “representación positiva” jugaron un rol central en su decisión. “No hay una primera o una segunda generación. Mi herencia es el material del que estoy hecho. Soy egipcio. Crecí escuchando música egipcia. Amo a Omar Sharif. Esa es mi gente. Me siento profundamente vinculado con la cultura y los seres humanos que viven allí”, señaló el intérprete, que nació en Los Angeles en 1981 pero cuyos padres, Said y Nelly Abdel-Malek, son un matrimonio egipcio que emigró a los Estados Unidos en 1978.
La nueva película de la saga del agente 007, por ahora solo identificada con el título de trabajo Bond 25, debió retrasarse por una lesión sufrida por Daniel Craig, pero Malek ya filmó algunas escenas en Noruega. “Tiene un guión muy inteligente, escrito por gente que sabe qué es lo que espera la gente de estas películas”, dijo. “A pesar de eso, siento un peso sobre los hombros. Quiero decir, todos crecimos viendo películas de Bond”.