Escuchas telefónicas y la declaración de dos ex barrabravas dieron cuenta del entramado detrás del paravalancha leproso y de la relación de su ex líder, Diego "Panadero" Ochoa, con uno de los condenados por la muerte de su antecesor, Roberto "Pimpi" Caminos. La tercera jornada de juicio contra Ochoa como presunto autor intelectual del crimen, perpetrado en marzo de 2010, no tuvo desperdicio: se transmitió una escucha en la que Carlos "Betito" Godoy -quien cumple condena como autor material del crimen de Caminos‑ le reclamaba al Panadero, desde la cárcel, que le aumentara el sueldo. También el ex barra Matías Pera dio un puntilloso testimonio de cómo se conformó la "fuerza de choque" ante el final de la era de Eduardo J. López en el club del Parque y aseguró que el Panadero "no cumplió" una vez que llegó al poder. En el punto más tenso de la declaración, Pera llegó a tirarle un talonario de rifas al acusado. "Salí vos a vender rifas", le espetó Pera a Ochoa. Por su parte, el Panadero refutó con claridad una serie de escuchas relacionadas a publicidad, venta de entradas, y viajes a partidos en el exterior. Por la tarde, fue el turno de Sergio "Quemado" Rodríguez, padre de Maximiliano, quien aseguró que su hijo -que fue asesinado- le relató que "el Panadero se había mostrado feliz por la muerte de Pimpi". Lo que no pudo explicar el Quemado fue cómo su hijo estuvo presente en un encuentro con Ochoa si estaba preso al momento del crimen de Caminos, el 19 de marzo de 2010. Como si fuera poco, la jueza Marisol Usandizaga recibió una visita sorpresiva: su padre, el ex presidente de Rosario Central, Horacio Usandizaga, estuvo en la sala donde juzgan al ex líder de la barrabrava de Newell's (ver aparte).
Con el testimonio de Pera, quien era amigo del Panadero, se pasaron escuchas que apuntaron Ochoa como quien "mantenía" a Betito y a su familia, durante sus primeros años en prisión, condenado como autor material del crimen de Caminos.
-‑¿Cuándo me vas a aumentar el sueldo de 1500? Jajajaja. -pregunta Betito, desde el penal donde cumple la pena a 11 años.
-‑Y, ya vamos a ver. -responde Ochoa; quien cambia de tema y apunta a que le envió camisetas de edición especial y le promete hasta discos de pesas para ejercicios. También le dice que le va a mandar entradas para un partido; y negocian sobre si son 25 o 50. Finalmente, Ochoa promete 45.
"Es al único que le mandó algo, porque a los demás los dejó a su suerte. Le da todo a Beto para mantenerlo feliz; aunque esté preso, se ríe más que yo (en los audios). Hasta le puso el abogado (para el primer juicio). Le financió todos los gastos", aseguró Pera, quien comenzó su relato por el principio de la relación: "Diego era mi amigo. Nos conocimos porque él era cliente en un boliche donde yo era patovica, hace unos 10 años. Me llamó porque estaba juntando gente para sacarlo al Pimpi de la barra. Cuando (Eduardo) López todavía era presidente, nos juntábamos en la casa de un amigo de Diego, Richard, a comer asados. Ibamos con Maximiliano "Quemadito" Rodríguez (Ochoa es investigado como autor intelectual de su asesinato en 2013), Sergio el "Quemado", el "Pollo" (Luis) Bassi, Cocucha, Miguel "Morci", su hermano; Betito Godoy, Diego Baez y Diego Malcovich", relató Pera, quien aseguró que "fue un proceso organizar algo así". Y agregó: "Diego ya tenía conexiones directas con la oposición para las elecciones; y tenía la idea fija de agarrar la barra. Las cosas que se comentaban en esa mesa no eran para todo el mundo. Pimpi ostentaba mucha plata y llamaba a querer ocupar su lugar. Entonces, Ochoa convocaba y lideraba todo como cabecilla e ideólogo. Había un pacto: López era violento para que no haya elecciones y Pimpi era el que intimidaba. (Guillermo) Lorente necesitaba apoyo: un grupo de choque que lo proteja", dijo.
El barra habló de promesas incumplidas. "Yo iba a poder tener cosas que me prometió Diego, si lo escoltaba, lo acompañaba. Me decía 'esto es como robar un banco: una vez que estemos adentro nos repartimos todo'. Me prometió un gimnasio en el club, ser patovica de eventos y shows. Pero, no cumplió, Incluso, la primera pretemporada mandó a otro patovica y a dos policías amigos suyos. No a mí" Y sumó: "Cada uno hacía lo que sabía, Diego los convocaba por sus cualidades, y yo estaba en la parte de violencia de choque a golpe de puño. Otros eran los pistoleros. Maxi (el Quemadito) era el más guapo. Betito se fue violentando con el tiempo. Morci era como yo, boxeador. Dábamos miedo", aseguró.
"Diego tenía una amistad con Maxi y Betito mucho más grande que conmigo. Se empezó a romper también con Maxi, porque Diego no le cumplió. Cuando ya tenía su puesto, no nos necesitaba. Pero vinieron las fiestas de fin de año, y nadie tenía plata. Había sido un proyecto groso y no recibimos ni un gracias. Yo le hice la custodia gratis", dijo.
En ese contexto, contó los beneficios. "Entre los pistoleros había chicos de 19, 20 o 21 años; pibes que no tienen el carácter formado y si quizás antes no los dejaban entrar a un boliche, con Diego podían. Eramos la barra, y si queríamos podíamos entrar con un pibe de 12 años al boliche. Nos abrían el VIP y de pasar a tomar algún champán en una fiesta, tomábamos cuatro en un anoche. Se nos acercaban las chicas. Fue un cambio muy contundente. Diego manejaba la cancha más que el presidente", dijo. Y agregó: "Tiene un poder de manipulación impecable".
Si bien se habló del intento de ocupación al club, en 2009. Para Pera, el hecho más "contundente" contra el liderazgo de Ochoa fue la balacera a los colectivos que venían de Buenos Aires, con hinchas, en febrero de 2010. "Se decía que Pimpi estaba atrás, que lo había ordenado. Desde ahí el Panadero dejó de viajar en colectivo. Mientras estuviera vivo Pimpi, su fantasma estaría".
A fines de 2010, cuando Pimpi ya había muerto y Pera se peleó con Ochoa, el primero fue baleado. "Vinieron dos, uno era Cachorra (Jonatan Creciente), y me dijeron 'esto te lo manda el Panadero, por traidor' y me dieron como 30 tiros", recordó. En ese momento, se paró, se sacó un talonario de rifas del bolsillo y lo tiró hacia el escritorio donde estaba Ochoa."Salí vos a vender rifas", le espetó sobre lo que Ochoa le había dado para juntar plata, ante las quejas. También rememoró cuando "bajaron" al Panadero de la tribuna (en la famosa entangada) junto al Quemadito. "Maxi estaba resentido, no tenía plata y había estado preso un tiempo, pero el Panadero no le mandó ni un paquete de yerba. Le dijo, en el paravalancha, que no tenía ni una cama; y como él se negó a ayudarlo, Maxi le dijo que quería la barra, y él le respondió que se la gane. Ahí se agarraron y me metí yo", dijo sobre el hecho en el que fue condenado por robo (de una bandera) y lesiones a una pena condicional.
El Quemado también estaba en ese grupo "de choque". Y fue otro de los que declaró ayer. "Mi relación con Ochoa comenzó a mediados de 2008. Lo conocía de un videoclub porque somos del mismo barrio, vivíamos a una cuadra y media. Cuando comienza con la barra en Ñuls el desafío era quedarse con la tribuna. Por eso Ochoa se contactó con mi hijo Maxi, ya que había que juntar gente para las elecciones".
El Quemado recordó que "Diego me ofreció trabajo, me dijo que si ganaban las elecciones (con Lorente) me daban un trabajo efectivo adentro del club". "Pero nunca me dio nada" aseguro Rodríguez, quien cumple una condena de 32 años de prisión por haber ametrallado a tres jóvenes en el caso conocido como el Triple crimen de Villa Moreno.
Rodríguez mostró su resentimiento con Ochoa, al reclamarle que "cuando Maxi quedó detenido (por una pelea en un bar frente a la disco Mogambo) fui a suplicarle a Ochoa que lo ayudara. Me dijo que era 'cosa de cancha'. Mi hijo estuvo un año y cuatro meses detenido en Coronda, le supliqué que lo ayudara, no me dio ni un kilo de azúcar para llevarle a mi hijo, ni a mi nietita", confeso Rodríguez.
Al cierre de su declaración, el Quemado recordó: "Cuando lo mataron a Pimpi no me sentí bien. Ahí me empiezo a distanciar de Ochoa, porque él lo festejó. 'Me saqué al fantasma de encima', le dijo a un grupo", en el que estaba su porpio hijo, aseguró. Fue un punto que no pudo sostener: para el 19 de marzo de 2010, el Quemadito estaba preso.