¿Qué hacemos con Scaloni? Ya lo masacramos después de la derrota contra Colombia y el empate con Paraguay, ya dijimos que el cargo le queda grande, ya lo crucificamos, lo resucitamos un poco con los triunfos antes Qatar y Venezuela, lo empezamos a mirar con otros ojos cuando repitió el equipo y ahora lo estamos elevando a la categoría de genial estratega después de la buena actuación (la mejor del torneo) en el partido contra Brasil.
Muy distinto hubiera sido todo si se daba como muchos presuponíamos una victoria clara y contundente de Brasil, si nos comíamos una derrota abultada como la que sufrió Perú o un peloteo infernal como el que padeció Paraguay. No pasó nada de eso, fue un partido bastante parejo, los de amarillos llegaron más claramente y definieron mejor y los de celeste y blanco metieron dos tiros en los palos y encima fueron perjudicados por el VAR que al menos debió revisar las jugadas de duda en los penales. Perdimos dignamente, no fue papelón ni mucho menos y entonces se revalorizaron las acciones del entrenador y en cada programa de la tele se preguntan qué hacemos con Scaloni.
En realidad, nosotros (el periodismo deportivo), no tenemos que hacer nada. El que tiene que decidir, el que tiene autoridad para definir es César Luis Menotti que es el manager general de la AFA y ya dijo que se debería abrir un nuevo proceso después de la Copa América. Estaríamos en el horno si la decisión de la continuidad (o no) de Scaloni pasa por la dirigencia de la entidad que rige los desatinos (y como consecuencia el destino) del fútbol nacional. Porque lo que hay que preguntarse, antes de saber el lugar que ocupará el DT interino, es en qué consiste el proyecto a futuro, a qué se apunta, qué se pretende de las selecciones mayores y las juveniles, si se va a poder armar una selección local que pueda entrenarse en Ezeiza y juegue en el interior, si los clubes se van a comprometer a ceder a sus jugadores cuando sean requeridos, si hay verdadera disposición de encarar una nueva etapa o si seguiremos por los mismos caminos de improvisación y cambios de rumbo continuos.
De la noche del Mineirao y de la Copa América en general nos quedaron dudas, algunas certezas (hay varios jugadores empezando por Lautaro Martínez, De Paul y Tagliafico que merecen continuidad) y nos queda también una lucecita de esperanza sobre el futuro. Ojalá no tengamos que sufrir nuevos apagones.