La historia siempre encuentra inesperados resquicios para colarse en el presente. El 9 de mayo pasado, Cristina Fernández de Kirchner presentó “Sinceramente” en la Feria del Libro de Buenos Aires. En esa ocasión, la ex Presidenta propuso la celebración de un “contrato social de ciudadanía responsable con metas cuantificables y verificables” con empresarios, trabajadores, intelectuales. En esa línea, CFK mencionó el antecedente del Pacto Social del tercer gobierno peronista. El gran constructor de ese acuerdo había sido un hombre de confianza de Perón: el ministro de Economía José Ber Gelbard. El nombre de este dirigente político/empresario (afiliado al Partido Comunista Argentino para sorpresa de Miguel Pichetto) volvió a sobrevolar en la reunión de Alberto Fernández con el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional Alejandro Werner.
El candidato presidencial del Frente de Todos recordó la trayectoria del padre del enviado del Fondo. En efecto, Manuel “Lito” Werner fue un contador porteño muy ligado a Gelbard. Cuando el alma mater de la CGE fue designado Ministro de Economía, “Lito” ofició como virtual jefe de Gabinete del equipo económico. En abril de 1977, la familia Werner (el matrimonio y sus dos hijos pequeños Martín y Alejandro) parte al Uruguay escapando de la dictadura militar. Luego de una corta estancia en Montevideo terminan viviendo en México. Ya en democracia, el ex funcionario reclama un resarcimiento económico por haber sido perseguido político en la dictadura.
En el expediente judicial, Werner relató que “el 15 de marzo de 1977 había sido informado por amigos que el general Suarez Mason y gente de la Policía de la provincia de Buenos Aires, a cargo del general Camps, querían detenerlo con la intención de hacerlo desaparecer”. Werner agregó “que dos días después de salir del país fueron a buscarlo a su domicilio policías que llevaban detenidos en los automóviles a Jacobo Timerman (director del diario La Opinión) y Jorge Mazzola (sastre y amigo de David Graiver)”.
El reclamo indemnizatorio fue rechazado por la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Justicia porque “no se aportan pruebas o indicios que permitan siquiera suponer que hubiera sido objeto de detención o de persecución directa contra su persona por las fuerzas de la represión estatal, en forma previa a su decisión de dejar el país”. A su vez, el equipo jurídico planteó que “su estadía en el extranjero no genera, per se, derecho a indemnización ante la inexistencia de norma positiva que prevea el otorgamiento de una reparación especial en estos casos”.
A su vez, la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal falló en coincidencia con los argumentos expuestos por los letrados del Ministerio.
El 12 de agosto de 2014, la Corte Suprema de Justicia ratificó la sentencia recurrida. Por esas ironías que tiene la vida, Manuel Werner falleció en México apenas un día antes del fallo del Alto Tribunal. El padre del enviado del Fondo fue un reconocido hincha del Club Atlético Independiente. Al hijo le toca preocuparse por otros “rojos” ajenos a la materia futbolística.