Eliminar la brecha digital entre los diferentes espacios universitarios argentinos y con otros países de la región es el principal objetivo del proyecto de Conectividad Avanzada que las universidades nacionales le presentaron al Gobierno. La iniciativa fue elevada por la Asociación de Redes de Interconexión Universitaria (ARIU) al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y apunta a ampliar el nivel de conectividad interna de las universidades y, a su vez facilitar, la intercomunicación entre ellas.
“Es un paso muy importante porque se supone que los espacios universitarios y de investigación son un gran desarrollador de contenidos tecnológicos, de desarrollo científico y de acceso a datos en el mundo”, aseguró a Página/12 Carlos Frank, secretario ejecutivo de la ARIU.
Actualmente, la Red de Interconexión Universitaria (RIU), administrada por la ARIU, proporciona conectividad a la totalidad de universidades miembro con ancho de banda de 500 mbps simétricos, tecnología cien por ciento en fibra óptica contratada a distintas compañías de telecomunicaciones. Con el proyecto que ahora impulsa el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), 2 millones de estudiantes, docentes e investigadores universitarios dispondrán de hasta 2 gigas de acceso a datos e Internet durante diez años en cada aula. En ese sentido, se solicitó al Enacom que el proyecto se financie con el Fondo Fiduciario del Servicio Universal, que tiene como fin fomentar la conectividad.
ARIU es una asociación civil sin fines de lucro integrada por 52 universidades nacionales y dedicada a la gestión de redes, a facilitar la comunicación informática entre las casas de estudio y promover la investigación tecnológica. La adquisición de los equipos se realiza a través de sus miembros, las universidades y la colaboración de la Secretaría de Políticas Universitarias.
El nuevo proyecto contempla tres componentes centrales: lograr una conectividad fuerte dentro de las universidades, mejorar la conectividad central con los sistemas universitarios del mundo y lograr una continuidad a largo plazo.
“El proyecto busca resolver la conectividad interna de las facultades y alcanzar anchos de banda similares a los del resto del mundo, como en países como Chile y Brasil”, señaló Frank. La actualización del ancho de banda favorecerá el procesamiento de datos, posibilitando actividades de educación a distancia y la utilización de servicios avanzados como voz sobre IP, videoconferencias y aplicaciones de tiempo real, entre otras.
La iniciativa es clave para las sedes universitarias más alejadas de los núcleos urbanos y del conjunto del sistema. “Hay un problema que tenemos en el sistema, que es que ARIU provee conectividad hasta un punto. Es una conexión bastante elemental, que nos permite funcionar razonablemente. Pero hay universidades que tienen que resolver su conectividad interna por su cuenta, con prestadores privados. Todavía hay muchas discrepancias y desigualdades dentro del sistema universitario en términos de conectividad”, explicó Alejandro Villar, rector de la Universidad Nacional de Quilmes.
"Si el Enacom aprueba este proyecto, en las universidades tendríamos una gran conectividad, lo que permitiría aumentar el ancho de banda, mejorar la comunicación entre los estudiantes y la universidad y también para todo lo relacionado con la investigación", señaló Villar.
"Si hoy un estudiante tiene que bajar una aplicación, termina haciéndolo en su casa. Justamente, este proyecto apunta a cambiar esa situación. Invierte la ecuación y produce espacios de trabajo dentro de la universidad. Vuelve a una situación de inicio, cuando solo existían los ámbitos académicos -sostuvo Frank-. El objetivo es liderar desde las universidades la mejor conectividad."