El papa Francisco aceptó la renuncia del nuncio en España, Renzo Fratini, anunció este jueves el Vaticano. La renuncia del embajador del papa en España ocurre poco después de que el gobierno socialista español se quejara oficialmente ante el Vaticano por la supuesta injerencia de Fratini al cuestionar la exhumación del dictador Francisco Franco.
El nuncio, quien cumplió 75 años el 25 de abril, alcanzó la edad límite para la jubilación por lo que presentó su renuncia, tal como previsto por el código canónico. La salida del nuncio en España coincide con sus críticas al proyecto del gobierno hechas durante una reciente entrevista a la prensa local. "Han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará", afirmó. "No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil", apostilló el nuncio apostólico, cuyas declaraciones cayeron como una ducha fría.
El gobierno socialista intenta sin éxito desde hace un año retirar los restos del dictador de la monumental basílica del Valle de los Caídos, que hizo construir el mismo Franco, y enterrarlo en un lugar más discreto. El asunto se ha convertido en un pulso judicial entre el ejecutivo y los descendientes del dictador que gobernó España entre 1939 y 1975 tras ganar la guerra civil ocasionada por el golpe de Estado militar de 1936. El Vaticano, que tiene autoridad en la basílica, no se opone a la exhumación pero se ha mantenido a distancia de este tema altamente sensible en España.
Horas antes de que el Vaticano anunciara que había aceptado la renuncia del nuncio, el gobierno socialista español le había presentado una carta de queja, acompañada de una nota verbal repudiando la intervención del nuncio español.
El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, confirmó que la carta fue entregada por medio de la embajadora ante la Santa Sede, Carmen Peña, y añadió que existen "contactos diplomáticos" entre España el Vaticano sobre este asunto, más allá de los procedimientos formales. "Esperemos que el Vaticano la conteste", indicó Borrell en declaraciones en la sede ministerial.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que firma la carta, había explicado el miércoles que el Gobierno iba a transmitir al Vaticano la "discrepancia absoluta" con las declaraciones de Fratini. "Creemos que ha sido rota la neutralidad con la que las legaciones diplomáticas tienen que actuar. (...) Lo que se ha puesto en cuestión es una ley de los españoles, una ley de su Parlamento que es lo que el Gobierno está ejecutando y nos parece completamente inasumible la actitud del nuncio", había dicho Calvo, en alusión a la legislación española sobre memoria histórica.
Poco antes de que se conociera su renuncia, el nuncio utilizó una entrevista para intentar aclarar sus dichos y encuadrarlos dentro de la postura oficial de la Iglesia, aunque sin retractarse. Fratini aseguró que el Vaticano siempre ha tenido una posición neutral sobre la exhumación de los restos del dictador español y lamentó que sus declaraciones al respecto hayan generado polémica, ya que, según dijo, nunca tuvo intención de meterse en política.
"Lamento si mis palabras han generado una cierta polémica. No pensaba que lo que comenté pudiera suscitar un problema. Si alguien lo interpreta como una injerencia, solo quiero dejar claro que no era mi intención absolutamente meterme en política", precisó Fratini en declaraciones que publica la revista española Vida Nueva.
Fratini recordó que la Santa Sede ha entendido que la decision de trasladar o no a Franco o no es una "gestión interna" entre el Gobierno español y la familia del dictador, y ya ha manifestado que "no se opondrá ni será favorable al traslado". También señaló que le extrañaba "que se diga ahora que hemos tenido desencuentros con el Gobierno" español, ya que, según él, no sería el caso. Fue su última declaración pública como representante de la Iglesia Católica en España.