“Queremos que el teatro vuelva a tener una visibilidad altísima. Tenemos que llevarlo a que sea el teatro de la Argentina, que sea visto desde aquí y desde afuera como el lugar al que hay que venir para ver el mejor teatro. Mi aspiración es ésa”, expresó Alejandro Tantanian al anunciar ayer por la tarde, en la sala María Guerrero, la programación para este año del Cervantes. Leyó un texto “de misión”: “Encaramos el desafío de pensar el teatro y lo nacional en toda su complejidad”.
Tantanian, director del TNC, informó que con su equipo trazaron un plan que comprende tres años. “No puede restringirse el sentido del teatro nacional a las obras de autor argentino. Teatro nacional es el que se hace en el país, o para el país, o que es relevante para el país y que puede contribuir a agitar o transformar el país. A crearlo, en suma. Debe ser una caja de resonancia de los conflictos estéticos y sociales actuales. Más que un teatro-museo, queremos un teatro-reflejo del presente y, con suerte, un teatro-reloj que adelante lo que vendrá”, definió Tantanian, quien apuesta a un teatro público “de riesgo y diversidad”, que “discuta con los modelos dominantes”, y con vínculos más fuertes con la comunidad teatral.
“Con Alejandro nos entendimos desde un primer momento; descubrimos que soñábamos con el mismo teatro”, manifestó el ministro de Cultura, Pablo Avelluto. “El desafío es que ésta sea la casa del teatro contemporáneo argentino. Alejandro se lo tomó muy en serio. Construyó un proyecto”, elogió el ministro. Se refirió, además, a los andamios que hace tanto se ven en el exterior del teatro de Libertad 815: “Después de tantos años los vamos a sacar. Están para proteger a la gente que camina de los desprendimientos de la fachada. Ya hemos llamado a licitación y en los próximos días se adjudicará la obra”. El secretario de Cultura y Creatividad, Enrique Avogadro, celebró la transición “inédita”, y el público aplaudió a los anteriores directores, Rubens Correa y Claudio Gallardou. “Faltan muchas cosas para hacer a nivel edilicio”, dijo Tantanian, que brindó detalles de cambios que sí se hicieron.
Tarascones, de Gonzalo Demaría, con dirección de Ciro Zorzoli, estrenó en junio de 2016 y se mantiene en la Sala Orestes Caviglia (se repone hoy). A más de medio siglo del estreno de sus dos primeras obras, La espera trágica y Somos, el Cervantes propone la lectura integral de la obra dramática de Eduardo “Tato” Pavlovksy, en diferentes espacios del edificio y con la participación de más de cincuenta lectores, el 4 de marzo (única función). Con la coordinación de Elvira Onetto, participarán Cristina Banegas, Oscar Barney Finn, Ricardo Bartís, Rubens Correa, Analía Couceyro, Luis Machín y Leonor Manso, entre otros. “Será una toma de todo el teatro: los espectadores conocerán lugares que no han conocido, como camarines y oficinas. Pavlovsky nunca se había estrenado en este teatro. Nos parecía una buena acción de inicio antes de empezar la nueva gestión”, destacó Tantanian.
En marzo, también, Rafael Spregelburd estrenará La terquedad en la sala María Guerrero, punto de culminación de la Heptalogía de Hieronymus Bosch, inspirada en La mesa de los pecados capitales, pintada por El Bosco a fines del siglo XV. Al estreno de La terquedad en Frankfurt y Mannheim, le siguieron versiones en varios puntos del mundo. El estreno en el Cervantes es el primero de la obra en su idioma original. En abril será el turno de Savia, en la sala Luisa Vehil. Cuarta creación del autor sanjuanino Ignacio Sánchez Mestre, es la historia de Elsa (Mirta Busnelli), quien entre libros y plantas atraviesa una etapa de sutil renacimiento. Con dirección de Federico León, en la sala María Guerrero estrenará Yo en el futuro, que continúa un proceso creativo que comenzó en 2009 en un festival de Madrid. Una sola persona en escena, al piano, convive con la proyección de la obra en otros tiempos, lugares y públicos. En mayo Mariana Chaud estrenará No me pienso morir, con Sofía Brito, Maruja Bustamante, Claudia Cantero, Graciela Dufau, Tatiana Emede, Julián Larquier y Andrés Rasdolsky. Emiliano Dionisi dirigirá Cyrano de más acá, propuesta para todo público, lectura dramatúrgica y escénica de Cyrano de Bergerac.
En junio estrenará Cimarrón, de Romina Paula, donde relatos, canciones, bailes y universos intertextuales “se funden en un paisaje enigmático y onírico”. En el mismo mes, llegará otra propuesta infantil: Bigolates de Chocote / Deseos Inquietos, del grupo Bigolates de Chocote, de actores, músicos, titiriteros, clowns y compositores. Julio será el mes de Copi: se podrá ver Eva Perón / El homosexual o la dificultad de expresarse, una coproducción con Caen, Centre Dramatique National de Normandie (Francia). Son dos obras de Copi dirigidas por Marcial di Fonzo. Luego será el turno de El día de una soñadora (y otros momentos), que también reúne dos textos del autor, El día… y Río de la Plata. La puesta de Pierre Maillet presenta a Marilú Marini acompañada por voces en off, en una suerte de recital en formato libre. Finalmente, dirigida por Laura Paredes, actriz y codirectora del grupo Piel de Lava, Todo lo cercano se aleja es “una comedia desoladora” que ganó el Segundo Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia en 2015.
En agosto, Marini llevará a la escena “Escritor fracasado”, cuento de Arlt, con la actuación de Diego Velázquez. Nacho Bartolone estrenará en septiembre La madre del desierto, con actuaciones de Alejandra Flechner y Santiago Gobernori. En octubre, el TNC será sede del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), que organiza el Ministerio de Cultura porteño. En ese marco se verá 3 8 S M, de Laurent Berger, adaptación de la obra dramática completa de William Shakespeare, producción transdisciplinaria donde se funden el teatro, la performance, la creación audiovisual, la danza y la música.
Por otro lado, como parte del programa El Teatro Cervantes-Teatro Nacional Argentino produce en el país estrenarán en distintas provincias obras seleccionadas a partir de una convocatoria: Desmonte (mayo, en Rosario, con dirección de Leonel Giacometto); TiemVla (Teatro Volcánico) (en junio, Villa La Angostura, escrita y dirigida por Mariela Roa); Los gansos graznan un rato y se callan (julio, Lago Puelo, dirigida por Darío Levin y Adrien Vanneuville); y Número 7 (ciudad de Córdoba, estrena en septiembre, con dirección de Walter Cammertoni).
“Territorios en conflicto” se llama un ciclo de conferencias performáticas que se extenderá desde abril hasta noviembre y en el cual seis artistas amplificarán las voces de las víctimas del mal llamado desarrollo económico. Por otro lado habrá laboratorios de creación coordinados por Ricardo Bartís y Silvio Lang. Ana Durán y Sonia Jaroslavsky coordinarán el área de Gestión de Públicos. Visitas guiadas por el teatro, giras nacionales, otra usina creativa (“Panorama Sur”), “Volumen” (espacio para la interacción y el pensamiento sobre la escena editada) y un concurso lanzado en conjunto con Argentores completan lo que vendrá. Con un evento musical, el TNC cerrará el año.