En torno a qué destino darle a la tan mentada manzana 125, el Concejo reflejó ayer miradas bien distintas sobre la ciudad pretendida. Y tras un debate intenso y prolongado, con 15 votos contra 10 se autorizó la construcción del mega complejo inmobiliario en el inmueble donde funciona el estacionamiento Parking Mall, entre Corrientes, Paraguay, Rioja y Córdoba.
El plan de detalle para ese inmueble considerado "área de reserva" (zona especial, fuera de la regulación urbanística de su entorno) faculta a la constructora Lattuca y Asociados a construir hasta 40.800 metros cuadrados en tres torres de departamentos y oficinas, con cocheras subterráneas y paseo público interior. El proyecto varió mucho de cuando Aldo Lattuca lo propuso a la municipalidad ocho años atrás. Y recobró bríos el último año en el Concejo, con álgida polémica entre promotores y detractores. Lo aprobado autoriza una torre de departamentos de 36 metros por Rioja (12 pisos), para completar la altura de edificios linderos, otra por Paraguay de 66 metros, y la mayor por Corrientes, de 70 metros de altura (antes iba a ser de 88 metros), siempre con retiros de fachada de entre 5 y 6 metros.
La clave para superar la instancia parlamentaria fue la inclusión en el debate de la comisión de Ecología, además de la de Gobierno y Planeamiento. Allí se le agregó un estudio de impacto ambiental como requisito y la causa logró la adhesión entonces del concejal Osvaldo Miatello. Los bloques del Frente Progresista y Cambiemos completaron los 15 votos que aprobaron la moción contra la negativa de los bloques Ciudad Futura, Frente para la Victoria (Roberto Sukerman faltó y se lo reprocharon con suspicacias), Iniciativa Popular, Justicialista, Unidad Ciudadana y el Frente Social y Popular.
Con las modificaciones introducidas, Lattuca –que hasta ahora explota el inmueble con la playa de estacionamiento– deberá presentar el proyecto definitivo dentro de los próximos 12 meses. Luego tendrá dos años para iniciar la obra, y desde entonces deberá concluirla antes de doce años.
Como compensación, la empresa debe contribuir al Fondo de tierras con recursos que –según estimó anoche el socialista Horacio Ghirardi– hoy serían unos 60 millones de pesos. La inversión estimada hoy orilla los $1.700 millones. Además, el inversor se obliga a construir el paseo peatonal, la infraestructura de servicios necesaria (el cableado deberá ser subterráneo) y a donar lotes como para ensanchar calles Córdoba, Rioja y Corrientes.
Un grupo de afiliados al sindicato de la construcción Uocra presenció el debate, partidario de la aprobación del proyecto en tanto promesa de unos 500 puestos de empleo para ese gremio. Por eso aplaudió a los ediles que votarían positivamente. Cuando la concejala Marina Magnani argumentaba su voto negativo y lamentaba "lo trágico" de que hubiera trabajadores aplaudiendo la iniciativa empresaria, el secretario adjunto de Uocra, Sixto Irrazábal, le gritó: "¡Dejá de hablar al pedo! Estás diciendo pavadas. No te voy a permitir que hables por los trabajadores". El clima se calentó, el presidente Alejandro Roselló no logró acallarlo pese a advertirle que haría desalojar las gradas. Y finalmente los albañiles se retiraron con desprecio hacia la concejala de La Cámpora.
Fernanda Gigliani definió que "Rosario queda librada al interés empresario y el interés público queda relegado". Auguró trastornos cotidianos con esas torres en calles de 14 o 16 metros, con reducción de la luz solar, problemas de tránsito y estacionamiento. En su opinión, las "áreas de reserva aumentan la especulación inmobiliaria". Asimismo, objetó el proceso de informes que nutrió la elaboración de la ordenanza. "Hay áreas técnicas del municipio que no participaron del anteproyecto", dijo. Y aclaró que ni ella ni sus compañeros de voto se oponen a la generación de empleo. "Sólo tenemos un modelo de ciudad distinta", replicó.
Norma López dijo estar "harta de la chicana de que estamos contra el desarrollo de la ciudad. La desigualdad genera violencia".
Juan Monteverde, drástico, concluyó: "Hoy perdimos la oportunidad de discutir un modelo más justo de ciudad y demostrar que acá defendemos el interés de la mayoría y no del empresario. No debemos ser la escribanía de los constructores. Propusimos una alternativa pero en el Ejecutivo no escuchan porque temen que el empresario les pegue cuatro gritos. Hoy ustedes votan para que los ricos sean más ricos", apretó. El edil de Ciudad Futura afirmó que en ciudades como París, Berlín y Barcelona la tendencia es opuesta a esta clase de urbanización para el área central y señaló que "este proyecto reproduce desigualdad y expulsa más a la gente porque hace más caro el acceso a la vivienda. La población de Rosario no crece hace 20 años, pero siguen habiendo edificios nuevos. ¿Para quiénes? Discutamos ésto. Tienen miedo a los empresarios porque después no podrían pasar la gorra para la campaña", fustigó.
Pablo Javkin le contestaría luego que "Rosario es desigual porque era vinculada al trabajo, ferroviarios, portuarios, metalmecánica, todo lo que se reventó en los '90".
Los que argumentaron a favor hicieron hincapié, como Ghirardi, en la renovación urbana que propone el proyecto, la densificación del centro a contrapelo del proceso de desertización poblacional de la zona, la generación de empleo y actividad comercial con un emprendimiento de ese calibre.
Miatello remarcó en que el proyecto se ajustó al estudio de impacto ambiental, y que es más nocivo e insustentable propender a la extensión de las urbes hacia barrios alejados que construir en altura. Criticó la argumentación ecologista "de las ballenas", contra la necesidad de promover el trabajo. "Es más fácil decir que no y votar en contra".
Agapito Blanco advirtió que si a Lattuca no se le ofrece una inversión redituable "seguirá facturando con la playa y un solo empleado, sin molestarse".
María Eugenia Schmuck avaló el plan como punta para reactivar la zona. "Quiero que la gente vuelva a vivir en el centro, y no admito la sospecha de quien piensa distinto. El Plan Urbano de 2007 deparadaba allí dos torres de 66 metros, y nosotros estamos votando una de 70 metros. ¿De qué favoritismo hablan?", replicó. Y rescató la figura del área de reserva: "Es la posibilidad de que el Estado pueda intervenir en un proyecto privado de alta plusvalía, sino Lattuca seguiría con el parking".