Los intereses de la deuda representarán el año próximo 2,8 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), llegando casi a triplicar la herencia que dejó el gobierno anterior. De hecho, en 2016 la administración Cambiemos pagaba 1 punto del PIB en intereses. El dato surge del informe de avance del Presupuesto 2020 que difundió el gobierno el jueves y no toma en cuenta el déficit cuasifiscal con el sector financiero que lleva adelante el Banco Central a través de instrumentos como las Leliq.

El acelerado proceso de endeudamiento registrado durante los últimos tres años, se combina además con una fuerte caída del Producto Interno Bruto, lo que explica que haya aumentado vertiginosamente el peso de los compromisos. Esa dinámica desembocó en una fuerte crisis el año pasado, cuando el mercado voluntario dejó de financiar al país y el gobierno se vio forzado a recurrir al Fondo Monetario Internacional. “El conjunto de políticas implementadas y el acuerdo con el FMI nos han permitido atravesar la turbulencia financiera de una manera diferente a la que históricamente ha ocurrido en Argentina. No se produjeron disrupciones con efectos permanentes sobre la economía: no se rompieron contratos, no se fijó el tipo de cambio ni se implementaron restricciones o cepos”, destaca el documento

El año próximo deberán arribar, de los 57.000 millones de dólares que prestó el organismo, 3900 millones, mientras que comenzará a correr el cronograma de repago de los otros 44.500 millones que recibió el gobierno de Cambiemos, incluyendo los 5400 millones que el organismo va a desembolsar cuando el directorio le dé el visto bueno al informe que este viernes elevó la misión técnica recomendando su aprobación.

“La renovación de los vencimientos Intra Sector Público se mantendrá como hasta ahora y se espera un refinanciamiento mayor del sector privado, atento a condiciones financieras más propicias para colocaciones de deuda del Gobierno argentino”, señala el informe de 96 páginas de avance del Presupuesto. Según las cifras de Hacienda, se plantea para el próximo gobierno necesidades financieras por 16.300 millones de dólares, compuesto de nuevas colocaciones o emisión neta (5200 millones) y renovación de stock (16.300 millones), en su mayoría –como señala el informe de Presupuesto—dentro del mercado doméstico. Para este año el Presupuesto aprobado anticipaba que la emisión de deuda neta iba a ser de 2500 millones de dólares, la mitad de lo previsto para 2020.

En el informe de avance se aclara que, a diferencia de las cifras de Hacienda, no se computa la deuda con el sector público financiero, que toma en cuenta préstamos subvencionados, remuneración de encaje, transferencias y topes. Un ejemplo es la burbuja de Letras de Liquidez (Leliq) que emitió el Banco Central (1,2 billones de dólares), una deuda flotante remunerada a una tasa del 70 por ciento anual. Es por eso que para este año se espera que el peso de la deuda total se acerca más a 3,6 por ciento del PIB y en el informe de avance sea de 2,7 puntos.

El año próximo los intereses netos tocarán el techo del macrismo (2,8 puntos) y luego, según el relato oficial, comenzarían a descender. En tanto, la deuda neta será este año de 49,4 por ciento del Producto y el año próximo se reducirá al 45,9 por ciento. El máximo fue el año pasado con el 53,4 por ciento del PIB, en buena medida por el impacto de la devaluación de más de un 50 por ciento del peso en los intereses de la deuda nominada en moneda extranjera.

“La deuda soberana Argentina no presenta un problema de solvencia, y la percepción del mercado respecto a los riesgos de liquidez debería mejorar tan pronto como se disipe la incertidumbre política vinculada a las elecciones y se consiga administrar eficientemente el flujo de vencimientos de los próximos meses”, asegura el informe oficial, pese que en el comienzo del mismo texto reconoció que si el FMI no acudía al rescate Argentina hubiese quedado al borde del default.

El Gobierno aconseja una política de reestructuración anticipada de vencimientos financieros. “Lo mejor para el manejo de los pasivos del gobierno en 2020 indicaría aprovechar un año de bajos vencimientos en relación a otros años y la ausencia de vencimientos en el mercado internacional para aumentar la composición de moneda nacional en el portafolio de la deuda del gobierno a través de emisiones en pesos, inclusive para cubrir los vencimientos en moneda extranjera, como también evaluar la oportunidad y conveniencia de canjear instrumentos de mercado por títulos de mayor plazo y eventualmente denominados en moneda local”, detalla el informe de avance oficial.

 

En cuanto al financiamiento con organismos públicos, para el período 2020-2022 adelanta que se buscará continuar con los aportes de capital y contribuciones comprometidos. “Del lado de las fuentes, se proyecta el desembolso de 3900 millones del programa con el Fondo Monetario Internacional y la refinanciación de los 3000 millones en vencimientos de otros Organismos Internacionales”, señala el documento oficial.