El juez Fernando Carbajal emitió un oficio para que los poderes ejecutivos y legislativos (de Nación y de Formosa) tomen “otras medidas reparatorias de las graves violaciones a los derechos humanos en perjuicio de la etnia pilagá”. La sentencia puede marcar un camino para otras matanzas aún impunes, cometidas por el Estado. Diana Lenton, investigadora del Conicet y de la Red de Investigadores en Genocidio Indígena, precisó algunas de las masacres aún sin juicio: Fortín Yunká (1919, Formosa, con al menos 700 asesinados), Napalpí (1924, Chaco), Zapallar (1933, Chaco), Batalla de Quera (1875, Jujuy). En el sur, Combate de Apeleg (1883, en el marco de Campaña del Desierto) y, en Tierra del Fuego, las masacres de Bahía San Sebastián (1886) y Playa Santo Domingo (primera década del Siglo XX, con al menos 300 muertos). “Todos son hitos dentro de un genocidio general y que no se detuvo entre esas fechas”, explicó Lenton.