El cadáver que fue hallado desmembrado en la planta de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana (Ceamse), de la localidad bonaerense de José León Suárez, corresponde a un hombre de unos 40 años con aparentes rasgos orientales, de aproximadamente 1,60 metros de altura y que presenta un tatuaje en un brazo que podría ayudar en su identificación.
Los forenses que practicaron la autopsia no pudieron determinar aún si la víctima tenía algún tipo de lesión previa a su muerte –golpes, puñaladas o balazos–, pero sí confirmaron, tal como había adelantado el médico policial que revisó los restos en el lugar del hallazgo, que ingresó aún con vida al circuito de la basura.
“Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un cadáver que no fue hallado completo, que tenía su cráneo estallado y que fue despedazado por las máquinas del circuito de la basura, desde que entró al camión recolector en Capital Federal hasta su paso por Ceamse Colegiales y por Ceamse José León Suárez”, explicó una fuente policial.
Luego de analizar los restos en la morgue, los peritos le informaron a la fiscal a cargo de la investigación, Alejandra Alliaud, de la Fiscalía 1 de San Martín, que la víctima podría ser de origen “oriental”, que su estatura aproximada era de 1,60 metros y su edad estimada, unos 40 años.
Además, los médicos legistas encontraron en la cara anterior de uno de los antebrazos de la víctima un tatuaje de un corazón atravesado por una flecha que podría ayudar en su identificación.
“Estamos tratando de cruzar datos con la Policía de la Ciudad y la Policía Federal respecto a las personas que estén desaparecidas en el ámbito de la Capital Federal. Estos datos sobre las características de la víctima ahora van a ayudar para achicar el universo de la búsqueda”, dijo otro de los investigadores.
Los restos de este hombre fueron hallados el lunes pasado, en el Complejo Medioambiental Norte 3 de la Ceamse, el mismo sitio donde el 11 de junio del 2013 habían encontrado el cadáver de la adolescente Ángeles Rawson, de 16 años.
La sospecha es que, tal como ocurrió con el cadáver de Ángeles Rawson, el cuerpo haya sido arrojado en un contenedor de residuos en la Capital Federal. Los médicos forenses que revisaron los restos hallados determinaron que las lesiones que presenta son vitales, es decir que aún estaba con vida cuando ingresó a la planta.